Apatía total y cero estrés. Matías Ezequiel Martínez, el efectivo de la policía bonaerense imputado por el femicidio de Úrsula Ballido, se negó a declarar en la fiscalía de Chacabuco y será trasladado en las próximas horas a la Alcaidía Penitenciaria de Junín, ubicada a 50 kilómetros de Rojas. La palabra del fiscal tras el encuentro con el único imputado por el asesinato de la adolescente de 18 años y su promesa: "Voy a dejar hasta la última gota de sudor para que esta sea una reclusión perpetua".
Sergio Terrón, fiscal de la causa, se encontró cara a cara el viernes por la mañana con Martínez. "Me dio una sensación de apatía total. Son personalidades muy frías, que tienen la esfera afectiva bloqueada. No se estresan y cuando lo hacen es con conductas disruptivas como llegando a matar, como ocurrió en este caso", aseguró el funcionario.
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"Los perímetros y botones antipánico no sirven, son medidas simbólicas", denunció el fiscal, al tiempo que reconoció la impericia judicial y policial a la hora de dar respuesta a las 18 denuncias que realizó Úrsula antes de ser asesinada: "Es evidente que algo funcionó mal, pero lo que teníamos, no alcanzó. Si miramos para atrás, en todos los femicidios que hubo, los perímetros y los botones resultaron insuficientes. Son medidas simbólicas, que quedan al criterio de la persona a la que se los impone".
El fiscal propuso una capacitación de género y fiscalías especiales. "Con lo que tenemos hay que trabajar, pero faltan más herramientas porque no pueden haber tantos femicidios. Tal vez haya que crear fiscalías tematizadas de género, pero con un equipo interdisciplinario preparado. Hay muchas cosas para trabajar y mejorar".
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"Los legisladores deberán implementar otras herramientas más eficaces para evitar este tipo de hechos, como una tobillera para el imputado. Uno se maneja dentro del margen de la legalidad. En este caso, por ejemplo, el acusado no tenía ninguna sentencia condenatoria y con solo una denuncia no se lo puede detener", sumó.