29 Marzo de 2024 11:48
A casi 22 años del crimen de María Marta García Belsunce, quien fue asesinada de seis balazos en la cabeza en su casa del country Carmel de Pilar aquel 27 de octubre de 2002, Nicolás Roberto Pachelo Ryan fue condenado a prisión perpetua por ser autor penalmente responsable de los delitos de robo agravado por el uso de arma y homicidio criminis causae agravado por el uso de arma de fuego. Para la Justicia, María Marta llegó a su casa y al descubrir que le estaban robando, se enfrentó a los ladrones y terminó asesinada. De esta manera, la Sala I de Casación bonaerense determinó que "Pachelo le dio muerte a la socióloga".
En este contexto, se dio a conocer que Carlos Carrascosa, el viudo de María Marta, que fue condenado erróneamente a una pena a perpetua pasando siete años tras las rejas hasta que logró ser liberado y absuelto, buscará la destitución del fiscal Diego Molina Pico (responsable de la primera investigación) y avanzará con el juicio al Estado por el tiempo que cumplió en prisión siendo inocente. "Molina Pico se equivocó y, cuando la autopsia determinó que la habían matado, dijo que la familia lo había engañado y ahí se despachó con todos nosotros. Él quiso zafar de su error y lo que le quedó más cómodo fue la familia", sostuvo en diálogo con Infobae.
Por otra parte, trascendió un chat entre Pachelo y su abogada Raquel Pérez Iglesias que encendió las alarmas debido a la drástica decisión que habría tomado luego del fallo de más de 400 páginas firmado por los jueces Fernando Mancini y María Florencia Budiño que dispuso su condena. El miércoles al mediodía tras la sentencia, el vecino de María Marta fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad en La Plata y allí fue donde mantuvo una curiosa y alarmante conversación con su abogada a través de WahtsApp. "Lamentablemente estamos peleando solos los tres contra un sistema entero", le dijo Pachelo a la letrada.
En ese momento, el acusado lanzó una dramática frase que inquietó a su abogada: "No pude conseguir que me pongan solo en una celda por obvias razones. Pero hasta acá llego. Tenía pensado ponerle fin esta misma noche. Buscaré mi momento". De forma inmediata, Iglesias le mandó un audio de 12 segundos y luego Pachelo, le respondió cambiando de tema: "Sos una gran persona y abogada. Te agradezco todo lo que has hecho por mí".
Frente a estos inquietantes mensajes, la mujer intentó llamarlo, pero no recibió respuesta y al día siguiente continuó insistiendo: "Nico, querido, te veo en línea, hablemos cuando puedas/quieras". "Me estoy despidiendo de a poquito. No es fácil. Esto va más allá de García Belsunce", le explicó el condenado desde la cárcel. "Hola Nico. Estoy sentada trabajando en la sentencia de ayer. Por favor, dejame que pueda dar vuelta este fallo absurdo", le respondió su abogado.
Y le agregó: "Si te fueras en este momento quedaría esto así. No le des el gusto. Lo vamos a revocar". A pesar de los diversos intentos por modificar la posible decisión de Pachelo, el hombre manifestó: "Somos momentos y ya fui muy feliz". Hasta el momento no se anunciaron inconvenientes dentro del penal después de los chats filtrados entre el acusado y su abogada. La Casación consideró que el homicidio de García Belsunce "fue ejecutado por el vecino del matrimonio, siendo Pachelo quien dio muerte a la socióloga a fin de procurar la impunidad del robo que se estaba desarrollando en el domicilio de los damnificados".
Los jueces determinaron que se pudo "establecer que la muerte aparece como una rápida derivación de un hecho originalmente encaminado a la sustracción de cosas ajenas, faena atravesada por el fatal encuentro en la planta superior de la casa de la víctima con el ladrón conocido". A Pachelo lo habían acusado de matar y robarle a la víctima un cofre que pertenecía a la asociación benéfica Damas del Pilar, que contenía efectivo, tres chequeras y las llaves de la caja de seguridad de un banco. Desapareció el día de la muerte sin ningún rastro. Ahí se guardaba dinero para organizar un evento a beneficio, ya que María Marta se encargaba de la tesorería.