El abuso y asesinato de la adolescente Anahí Benítez (16) sigue sumando indicios. La aparición de la llave de la casa de Marcelo Bazán, uno de los principales sospechados, en un colgante que usaba la joven, se suma a la investigación por el crimen.
La casa de Marcos Bazán donde habría estado cautiva Anahí.
La prueba fue aportada por Silvia Pérez Vilor, la madre de Anahí y fue la fiscal del caso, Verónica Peréz quien comprobó que la joven llevaba esa llave desde hacía unos meses. Esto se pudo constatar en un quinto allanamiento a la casa de Bazán.
A ello se suma que, se hallaron rastros en la sangre de la adolescente de sulfato de naftaleno, un producto para las paredes que sirve para ahuyentar insectos.
Anahí desapareció el 29 de julio, y su asesinato ocurrió el 3 de agosto. La joven habría sido abusada bajo amenazas o los efectos de algún narcótico. De la autopsia surgió que la muerte se produjo por sofocación, en el marco de obnubilación traumática, según consta en el expediente.
Anahí desapareció el 29 de julio.
Hasta el momento, Marcos Bazán y Marcelo Villalba son en principio coautores del secuestro y asesinato. El juez Sebastián Monelos consideró que las fiscales acreditaron, “con el grado de provisoriedad propio de la instancia”, que el 29 de julio, alrededor de las 18, un hombre que sería Bazán, “coactuando junto por lo menos a Villalba”, la secuestró bajo amenazas o drogándola.
Después de ello, la mantuvieron cautiva en la casa del predio de Santa Catalina, y que la mataron luego de que se vieron cercados por los rastrillajes que se realizaron por el predio Santa Catalina.