por Matias Ayrala
11 Junio de 2021 13:11Esta historia es una pesadilla que paraliza a España hace 45 días. El martes 27 de abril, era un días más en la vida de las pequeñas Anna y Olivia, dos hermanitas de uno y seis años de edad, y de su madre Beatriz Zimmerman.
Desde hacía un tiempo, la mamá de las pequeñas se había separado de su Tomás Antonio Gimeno. Ese día, el padre de las chiquitas se las llevaría de paseo durante unas horas, ya que era su horario de visita semanal desde que él había dejado el hogar familiar.
Cerca de las 17 horas, Gimeno se llevó a Anna y a Olivia. Casi tres horas después, no se supo más nada de ellos tres. Hasta que Beatriz recibió un llamado telefónico de su ex pareja: “¡No verás nunca más a las niñas!”. De inmediato, la llamada se cortó y el teléfono fue apagado. Desesperado, Zimmerman dio avisó a la Guardia Civil. De ahí en más, comenzó una desesperada búsqueda.
Un día después de la denuncia de la mamá, las autoridades policiales revisaron las cámaras de seguridad y descubrieron que al padre de las nenas. De esa manera, reconstruyeron los pasos que hizo el día que secuestró a sus hijas: El 27 de abril, a las 17, Gimeno recogió a Anna en casa de la madre de las niñas. Después fue a buscar a Olivia a un campamento al que acudía tras el colegio.
Después de eso, se dirigió con ellas a su casa en el Municipio de Igueste de Candelaria. Alrededor de las 19.30 acudió al puerto deportivo Marina Tenerife, donde tenía su embarcación. Ese momento quedó registrado y fue una alarma para la Policía: Ni las cámaras de seguridad, ni el guardia registraron la presencia de las pequeñas Anna y Olivia.
En las grabaciones, Tomás hizo seis viajes entre su Audi A3 y el barco ya que transportó valijas y bolsos. Después de eso, subió y zaró. Solo. Pero, una hora y medias después, Gimeno regresaría al puerto. Ahí fue interceptado por la Guardia Civil y propuesto para sanción por saltarse el toque de queda en medio de la pandemia de coronavirus.
Pasada la medianoche, el hombre volvió a zarpar y se perdió su rastro. Al día siguiente, la embarcación fue localizada vacía, a la deriva y sin ancla frente a la localidad del Puertito de Güímar, en la costa este de la isla. La Policía allanó la casa del hombre pero no encontraron pruebas. En su auto tampoco. La Guardia Civil inició la búsqueda en el mar, en un radio de varios kilómetros de donde fue encontrada la lancha. La primera hipótesis fue que el padre mató a las pequeñas y se suicidó.
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Poco después de iniciado el rastreo, se encontró flotando una butaca para el auto, que utilizaba Anna. Tras días de búsqueda, el lunes 7, el barco Ángeles Alvariño, del Instituto Oceanográfico Español, halló una botella de oxígeno y una funda nórdica en el mar, ambas propiedad de Gimeno. Durante todos estos días, España se unió para que las nenas aparezcan. En redes sociales y medios de comunicación, las caras de Anna y Olivia se multiplicaron. El caso conmovió a la opinión pública. La madre de las niñas se repetía que tenían que seguir vivas.
La zona era investigada desde el 30 de mayo por el buque Ángeles Alvariño, que cuenta con un sonar y un robot submarino, que trabajaron durante semanas en una delimitada por el geoposicionamiento del celular del padre en la noche de la desaparición.
El jueves 10, la peor noticia fue confirmada en España. Los miembros de búsqueda encontrar, mediante el submarino, el cadáver de Olivia, la nena seis años. El cuerpo se encontraba en el fondo del mar, dentro de un bolso deportivo, atado al ancla de la embarcación de su padre. A su lado había otra bolso con un ancla, pero estaba abierto y vacío.
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Según el Tribunal Superior de Justicia de Canarias: “El cuerpo fue hallado por el robot del buque de búsqueda Ángeles Alvariño a mediodía de este jueves a unos 1.000 metros de profundidad a unas tres millas de la costa tinerfeña. Junto a la bolsa de deporte en cuyo interior se encontró, había otra bolsa vacía”.
Y completó: “El cadáver fue trasladado a tierra sobre las 18.00 y llevado al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en San Cristóbal de La Laguna”. Antes de emitir el comunicado, le confirmaron a la mamá que habían hallado el cuerpo de Olivia, su hija mayor. Las autoridades continúan con la búsqueda del cuerpo de la beba de un año.
El vocero de la madre de las nenas, Joaquín Amils dijo, durante una entrevista: "Beatriz no entiende lo que está pasando. Y a nosotros nos sucede lo mismo. En todo España sucede mismo. No entendemos. Lo que hecho es el peor de los asesinatos, el peor de los crímenes. Ha matado a sus propias hijas y ha hecho desaparecer los cuerpos. Y lo hizo en el mar porque era submarinista y sabía lo que es el lecho marino. Es un crimen atroz".
Beatriz ha publicado varias cartas en el último mes. En todas ellas expresaba su convencimiento de que las pequeñas estaban con vida. El miércoles pasado, aseguró creer que la botella de buceo y la manta eran “todo un teatro” para enmascarar una fuga. Ella estaba convencida que su ex marido, que estaba enojado porque ella había iniciado una relación, se había fugado. Sin dudas, las pequeñas Anna y Olivia, y su madre Beatriz son víctimas de la violencia machista. Hoy, con la confirmación de la muerte de la nena, el dolor es demasiado grande en España y en todo el mundo.