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Caso Erica Soriano: por qué la Justicia decidió detener a su ex

Qué se encontró de nuevo y por qué luego de seis años de su desaparición, de la cual aún no hay rastro, la Justicia considera que fue asesinada. Las claves de un caso que marcará un antes y un después.

02 Mayo de 2016 04:57
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Pasaron seis años y pese a que no existe un cadáver, fueron suficientes las coincidencias entre las pruebas que figuran en la causa y los dichos de un testigo encubierto. Se trata del caso de Erica Soriano, por el que detuvieron ayer a Daniel Lagostena, su ex pareja. El cuerpo de la víctima no fue hallado se detuvo a su las claves para detener a Lagostena.

Según testigos, la relación entre Erica Soriano y Daniel Lagostena era conflictiva.

Pero, ¿cuáles fueron las claves para detenerlo? ¿Qué elementos encontraron? ¿Tuvo que ver un testimonio clave?

La decisión del juez de garantías, Gabriel Vitale, fue detener a la ex pareja y conviviente de Soriano. Lo atraparon en su casa de Lanús en la que vivía con la víctima, situada en Coronel Santiago 1433.

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El magistrado accedió al pedido del fiscal de la causa, Gerardo Loureyro, quien tuvo en cuenta varios elementos de prueba como llamados telefónicos y la conducta inusual del acusado de “homicidio y aborto en contexto de violencia de género”.

Erica tenía 30 años cuando se supo por última vez de ella y estaba embarazada de dos meses.

Los investigadores determinaron que en la tarde del 20 de agosto de 2010, se dio por probado que la pareja fue al ginecólogo y a las 22.13 Erica recibió el llamado de una amiga y le dijo que estaba yendo con su pareja hacia su casa en auto. Esta llamada telefónica fue el último contacto que se tuvo de la mujer con su entorno social en momentos que se encontraba en compañía de Lagostena.

"Erica recibió el llamado de una amiga y le dijo que estaba yendo con su pareja hacia su casa en auto. Esa llamada telefónica fue el último contacto antes de "desaparecer"

Asimismo, se consideran de suma importancia las conversaciones que mantuvo el detenido con un familiar con el que no tenía vínculo. Cerca de la medianoche, Lagostena comenzó a intercambiar mensajes con su sobrino Brian Poublán, de 25 años, hijo de su hermana, con quien hasta entonces no tenía un trato cotidiano ni habitual.

Lagostena comenzó a intercambiar mensajes con su sobrino Brian Poublán, de 25 años, hijo de su hermana, con quien hasta entonces no tenía un trato cotidiano ni habitual.

Alrededor de las 5 de la madrugada del día siguiente un teléfono celular a nombre de la madre del joven registraron llamadas salientes en el centro porteño y la Costanera Norte, en Capital Federal, y luego se activó en Lanús, cerca de la casa del joven y su madre.

La pareja convivía en el barrio de Lanús.

Lo que llamó la atención a los investigadores fue la cantidad de llamadas, en total seis entre las 5.05 y 5.53. Sobre todo porque no era un horario habitual ni un respondía a un patrón de comunicación. Según una fuente judicial, se cree que esas llamadas se dieron en el lapso durante el cual se hizo desaparecer el cuerpo de Erica.

Lagostena dijo que solamente tenía un teléfono celular a nombre suyo luego se comprobó que tenía cuatro celulares activos.

"La Policía encontró la ropa con la que Lagostena dijo que había salido hacia lo de su madre tras mantener una discusión con él

Por otro lado, las contradicciones de Lagostena lo dejaron aún más en la mira. Cuando la familia de Erica concurrió a su casa con la Policía para saber sobre ella, encontró allí la ropa con la que Lagostena dijo que había salido hacia lo de su madre tras mantener una discusión con él, su cartera con todas sus pertenencias, excepto el celular, y el ácido fólico que tomaba por su embarazo.

Una de las últimas fotos de Erica junto a su mamá, Ester. 

En la búsqueda de pruebas se encontraron en la chimenea caliente restos de poliéster que se correspondían con una bombacha, por lo que se presume que el imputado quemó allí la ropa de su pareja. También se encontró una mancha de sangre debajo de una mesita ratona que fue detectada con luminol, pero como había sido lavada sólo se pudo determinar que era de mujer.

Otra prueba fue la determinante. El testimonio de una testigo de identidad reservada sostuvo que “el día del hecho Daniel y Erica discutieron y por tal motivo le pegó un “sopapo”, ella se cayó y se golpeó la cabeza contra una mesada” justo donde había restos de una mancha de sangre, según los exámenes policiales.

"El testimonio de una testigo de identidad reservada sostuvo que “el día del hecho Daniel y Erica discutieron y por tal motivo le pegó un “sopapo”, ella se cayó y se golpeó la cabeza contra una mesada” justo donde había restos de una mancha de sangre.

Como si fuera poco, los contactos del ex conviviente de Soriano con el rubro funerario son los que sostienen la hipótesis de que éste podría haber encargado la cremación del cadáver ya que en algunas oportunidades se han quemado cuerpos sin la documentación correspondiente.

Sin dudas, este caso instalará jurisprudencia ya que el fiscal Loureyro y el juez Vitale sostienen que, a pesar de que nunca apareció el cadáver, Erica fue asesinada por Lagostena dentro de la casa que compartían por la mala relación que venían atravesando.