05 Abril de 2017 17:30
Cámaras de seguridad que registraron su vehículo en las inmediaciones del boliche del cual salió la joven desaparecida. Indicios de que ese mismo auto había sido apresuradamente lavado y aspirado. Pelos y manchas. Esos son sólo algunos de los indicios que vinculan a Sebastián Wagner, de 29 años y trabajador de un lavadero de autos, con la desaparición de Micaela García en Gualeguay.
Wagner tiene una condena previa por dos violaciones.
También lo enlazan al hecho, claro, sus propios antecedentes: el sospechoso había sido condenado en el 2012 por violar a dos jóvenes en Concepción del Uruguay.
Sádico y pervertido
Ex empleado de un frigorífico y encargado de matar a los animales para la faena posterior, Wagner abusó sexualmente en el 2010 de una estudiante luego de golpearla y robarle en su casa. Cuatro meses después, violó a otra chica a quien obligó a subir a su auto para luego someterla en un parque.
"Yo salía de rendir en la Facultad de Ciencia y Tecnología, a eso de las tres de la tarde", le relató a Radio Gualeguay Nadia, la primera víctima del violador. "Wagner cruzó detrás de mí y me sorprendió, pero no pensé que me estaba siguiendo. Se metió a mi casa, me golpeó mucho, me arrancó parte del cabello y se fue. Salí desnuda a la calle y entré al negocio de al lado, donde me auxiliaron los vecinos".
Wagner se defendió de una tercera acusación de violación diciendo que el culpable era su hermano.
Reconocido por ambas víctimas y por varios testigos, el criminal recibió una pena de nueve años de prisión en un juicio abreviado. Un tercer caso de violación salió a la luz dos años después pero no pudo ser probado por una "chicana" judicial de Wagner: como efectuó el ataque encapuchado y la única prueba era el ADN, adujo que el culpable era su hermano gemelo Maximiliano.
Libertad condicional
Sin embargo, sus nueve años de condena terminaron convirtiéndose en cuatro: luego de cumplir dos tercios del tiempo estipulado en la cárcel, el juez Carlos Rossi le otorgó la libertad condicional en julio del año pasado.
En una entrevista brindada al diario El Argentino de Gualeguaychú, Rossi supo detallar el proceso que lo lleva a tomar este tipo de decisiones, subrayando que "los internos son evaluados permanentemente y calificados cada tres meses" por un equipo interdisciplinario.
“Ellos evalúan cómo el interno se ha adaptado al tratamiento para la reinserción que se le ha fijado. Si la persona resulta refractaria a ese tratamiento, lo posicionan de manera desfavorable", acotó.
Y fue justamente uno de esos informes negativos el que se dictaminó sobre Wagner luego de ser analizado por el equipo de peritos de la Unidad Penal Número 9 de Gualeguaychú. Sin embargo, el juez decidió brindarle de todas formas la libertad condicional.
