17 Julio de 2019 09:27
La modalidad era sencilla: desde falsos call centers, una banda de estafadores ofrecía créditos personales a tasas muy bajas y con el único requisito de hacer un depósito previo en concepto de supuestos “gastos administrativos”. Sin embargo, el monto acordado nunca llegaba y luego se perdía todo tipo de contacto. Operaban desde Quilmes y Moreno y fueron detenidos por la Policía bonaerense tras una investigación de la DDI de Trenque Lauquen que terminó con 37 personas detenidas.
La banda de estafadores fue desarticulada ayer durante un operativo que se extendió por varias horas y luego de cuatro allanamientos realizados en Quilmes y Moreno. Según detallaron fuentes policiales, caían en la trampa entre 15 y 20 personas por día, a partir de llamados telefónicos donde les ofrecían créditos a tasas muy bajas y casi sin requisitos, con la única condición de pagar por adelantado un depósito por los “gastos administrativos”.
ASÍ CAYERON "LOS OPERADORES"
De acuerdo con los investigadores, la banda integrada por al menos 37 personas recaudaba unos 2 millones de pesos al mes mediante la estafa. La investigación comenzó en la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Trenque Lauquen, provincia de Buenos Aires, a partir del testimonio de una de las víctimas. La causa fue caratulada como “organización ilícita y estafas reiteradas”, y quedó en manos del fiscal a cargo de la UFI N° 3 de Trenque Lauquen, Juan Garriz, junto a su par, el fiscal General, Roberto Rubio.
Entre los detenidos se encuentra el líder de la banda, un hombre de 48 años. La causa comenzó a mediados de 2018, luego del testimonio de varias víctimas de la banda apodada como “Los Operadores”, no sólo en Trenque Lauquen, sino también en Carlos Casares, Pehuajó y Henderson. El modus operandi en todos los casos era el mismo y los afectados relataban que eran estafados tras hacer el depósito por los gastos administrativos para obtener un crédito personal.
Según detallaron fuentes policiales, la cantidad de dinero estafada variaba de acuerdo a cada caso, aunque oscilaba entre los $3.000 y los $15.000. Fuentes con acceso a la causa señalaron que la banda “captaba a los interesados a través de redes sociales o publicidades con estas supuestas empresas crediticias”.
Lo curioso es el grado de “profesionalismo” con el que contaba la banda de estafadores: habían montado en distintos puntos del Conurbano bonaerense oficinas con teléfonos desde donde realizaban las llamadas. Para esclarecer el hecho se llevaron a cabo intervenciones telefónicas que comprobaron cómo actuaba la banda delictiva.
En los cuatro allanamientos de Quilmes y Moreno la Policía bonaerense secuestró teléfonos celulares, dinero en efectivo, computadoras, anotaciones de importancia vinculadas al modus operandi con el que actuaban con datos sensibles sobre las víctimas, tarjetas de débito, un auto y otros elementos que formaban parte de los “call centers” que habían montado, como teléfonos y auriculares.