La búsqueda fue incesante durante años. Y ahora, Manuela Ponz está más cerca de conseguir, al menos, un poco de justicia. En la tarde del miércoles, la Policía Federal capturó a Tito Frankin Escobar Ayllon en la ciudad de El Alto, en Bolivia. El hombre era un taxista que violó a esa joven en 2015 cuando ella se quedó dormida en su vehículo. En la madrugada del jueves 27, Escobar Ayllón fue trasladado al país después de años de un operativo de búsqueda extenso.
La pista sobre el lugar donde se escondía activó las alarmas el año pasado. Lo descubrió el Ministerio de Seguridad de la Nación, particularmente el departamento a cargo de la secretaria de Seguridad, Mercedes La Gioisa. Este hombre era uno de los prófugos más buscados y una causa por resolver para el Estado. Finalmente, tras un megaoperativo ddel Departamento de Inteligencia contra el Crimen Organizado de la PFA, lo capturaron en Bolivia a través de un pedido internacional emitido por el Juzgado N°2 a cargo de Manuel Gorostiaga.
Hasta hoy, el Estado ofrecía una recompensa de 5 millones de pesos por datos fehacientes que permitieran la detención del prófugo. Finalmente, lo capturó el personal de Interpol y la Policía Federal. Fue trasladado a una dependencia oficial en Villa Lugano. En la mañana del viernes será indagado y será oficialmente informado sobre su imputación por violación.
Según pudieron determinar las investigaciones, el abusador había elegido Bolivia, donde vivían sus padres. Escapó después de que su esposa descubriera que había violado a una joven y fuera a denunciarlo ante la Policía Bonaerense en Sarandí. Tras fugarse, se esfumó durante años. Pero todos los indicios apuntaban a la frontera de Jujuy y Bolivia.
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Durante el seguimiento, la Policía identificó los celulares de la familia de Escobar Ayllon y los intervino. Después comenzó a hacer seguimientos tanto de esas personas como de los diferentes destinos del dinero que enviaban a través de distintas transacciones. “Continuando con la investigación, se relevaron las cámaras de seguridad emplazadas en las Terminales de Ómnibus de Retiro y Liniers, a fin de determinar el arribo a la Provincia de Buenos Aires de Emma Emiliana AYLLON CHUQUIMIA, y su pareja, Juan Gerardo TORREZ VEINTEMILLAS, a quienes se los observó y siguió durante toda su estadía en la Provincia de Buenos Aires, hasta su regreso al Estado Plurinacional de Bolivia”, dice el informe oficial de la Policía.
Así encontraron giros de dinero de Emiliana, la madre del taxista, y de su padrastro. Y en el expediente se lee: “Del análisis de la información, obtuvo como resultado que tanto su madre, como su pareja, enviaron en distintos momentos dinero, a una persona de sexo femenino, a un domicilio de la Ciudad El Alto, del Estado Plurinacional de Bolivia, quien resultó ser la pareja de AYLLON ESCOBAR”. En los últimos años, el violador tenía una nueva novia. Llegaron hasta la casa de esa mujer y tras unos días de guardia, lo capturaron cuando lo vieron salir de ese domicilio.
El caso de la violación de Manuela Ponz había sacudido a la opinión pública. Ella fue abusada a bordo del Chevrolet Spin de la empresa Premium, que manejaba el hombre. Fue una noche de 2015, cuando ella salió de un bar de Colegiales y se quedó dormida en el asiento trasero. El hombre la tomó por sorpresa y abusó de ella. Después huyó de su casa de Sarandí, al ser denunciado por su propia esposa. Al auto lo dejó abandonado en Balvanera.
Tras la detención, la joven que fue víctima del abusador y escribió un libro sobre su recuperación, afirmó: “Recibí la noticia con mucha alegría, fue un mundo de sensaciones porque era algo que no esperaba. Lo que pasó había quedado muy atrás y hoy vuelve a colocarse delante de mi camino. Hoy amanecí con otra energía, con otras ganas creyendo que el mundo puede ser un poco más justo”.
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Y siguió: “Creo que una puede encontrar la justicia en dejar de sentirse una víctima, más allá del resultado. Dejar de ser una víctima es una decisión política que puede tomar una y convertir eso en otra cosa. Cuando la pena, el dolor y la angustia, en lugar de hacerlo una marca de por vida lo hace un motor de lucha, se transforma en algo positivo. A muchas mujeres nos toca pasar por situaciones así o similares y es bueno que haya un mensaje. No somos eso que nos pasó para el resto de nuestras vidas sino todo lo contrario, que podemos ser algo más y hacer algo más y mejor”.
En ese punto, relató: “Salí del hospital después de que me revisaron y me dieron el kit, y me tuve que volver a subir a un taxi para ir a mi casa. Algo me hizo sentir que tenía que desafiar a la vida y no me quedé encerrada. Volví a salir a bailar, volví a tomar taxis, me volví a quedar dormida arriba de un taxi y no me violaron. Ahí te das cuenta y reafirmás que no te pasó por tu culpa sino porque te cruzaste con un violador”.
Por último, la ahora abogado explicó: “Estos años fueron complejos. He sido una privilegiada, tuve mucha suerte y muchos recursos. No todas las mujeres cuentan con los recursos. Fundamentalmente tuve una red, poder apoyarnos en otras que nos acompañan, que nos abrazan, nos levantan cuando nos caemos. No soy nada de esto sola, sino que detrás de esto hay muchísimas, miles de mujeres que esperaron este día tanto como yo, que han pasado situaciones parecidas y no han encontrado justicia”.