La Justicia se encontró con el primer obstáculo en la investigación del homicidio de Fernando Báez Sosa a manos de una patota de 10 rugbiers: los celulares de los dos acusados por el crimen.
Es que los equipos de los dos imputados como coautores del crimen, Máximo Thomsen y Ciro Pertossi, iPhones tienen un sistema operativo de difícil acceso, ya que "están encriptados" y que "a veces se logra acceder a ellos, y otras no", según detalló el fiscal general de Dolores, Diego Escoda.
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La forma más simple de hacerlo, según le explicaron peritos informáticos a BigBang, es que los propios dueños acepten desbloquearlos para que la Justicia pueda revisarlos y analizarlos. De lo contrario, por lo menos en los casos que se dieron en el país, no se podría conseguir esa información.
“No recuerdo un caso reciente en el que la Justicia haya logrado hackear un Iphone para conseguir información”, le dijo a este medio un veterano investigador judicial.
La Justicia lo que busca es determinar, mediante esos peritajes, si hubo algún intercambio de mensajes después del crimen para saber, por ejemplo, de quién fue la idea de incriminar falsamente a Pablo Ventura, el remero de 21 años que fue liberado tres varios días de estar detenido, si hubo alguna comunicación con el objetivo de lograr buscar “zafar”.
El principal escollo que tienen los investigadores es el encriptado que tienen los productos de Apple pero también crecen las dudas sobre el almacenamiento en “la nube” de los mismos. Es que el sistema operativo de los Smartphones de la marca de la manzanita permite configurar además (algo que también tienen los dispositivos de Android cargar toda la información que se tiene en el ICloud.
Una de las dudas que tienen los investigadores es si algunos de los contactos de los dos rugbiers detenidos hayan logrado acceder con las claves de las cuentas y pueden haber borrado información sensible. Es que mediante la cuenta de Icloud se puede hasta eliminar los mensajes que se guardar en el teléfono.