Durante el último fin de semana no todos los argentinos pudieron celebrar la Pascua. Este es el caso de Clarisa Zylberman y Julieta Rovea, las dos mujeres que murieron en un accidente de tránsito tras ser embestidas por un hombre identificado como Alejandro Castro, quien manejó con 0,25 gramos de alcohol y, como si esto fuera poco, dio positivo en cocaína.
El hecho ocurrió en la madrugada del último viernes cuando las mujeres, quienes iban arriba de un Renault Duster y junto a otras tres personas, transitaban las calles Chivilcoy y César Díaz, del barrio porteño de Floresta. Alrededor de las tres de la mañana, un hombre las embistió a toda velocidad, generando así que las víctimas impactaran contra un poste de luz y una casa.
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Respecto a los sobrevivientes, fueron trasladados rápidamente al Hospital Álvarez debido a los politraumatismos que sufrieron, mientras que las mujeres fueron atendidas por el SAME en el lugar, pero ya se encontraban sin vida. En este contexto, Castro fue detenido en el marco de la causa por “doble homicidio culposo”, por manejar con alcohol y cocaína en sangre.
El Juzgado Criminal y Correccional N° 59 es quién tomó la causa y determinará la condena del imputado. Clarisa había cumplido hacía pocos días 54 años, y sus amigas la describieron como una “luchadora” no solo por atravesar un duro momento en la pandemia debido al COVID-19, sino también por superar cuatro veces el cáncer.
Era madre de una joven de 27 años, y estaba a pocas semanas de mudarse a un nuevo departamento ya que se separó del padre de su hija. No obstante, Julieta, madre de dos hijos de 15 y 20 años, se las rebuscaba como podía para sobrevivir. Era profesora de la UBA y tenía un emprendimiento de perfumes.
El auto de las víctimas fatales quedó destruido. El accidente quedó registrado por las cámaras de seguridad de la zona, que filmaron el momento exacto del impacto. Debido al fuerte ruido que hizo, los vecinos se despertaron y fueron quienes llamaron al 911 para alertar sobre la situación.