por Alejo Paredes
31 Octubre de 2022 08:00Este jueves, Sabrina Mascarello iba a comenzar a darle un cierre al peor momento de su vida. Desde hace poco más de dos año no descansa, apenas come y tampoco logra conciliar el sueño. Se refugia en su familia, amigos y en su trabajo, mientras lucha contra el hombre que, borracho, con cocaína y cannabis en sangre, atropelló y mató a su hijo, Lucas Peralta Luna, cuando recién comenzábamos a encerrarnos en nuestras casas por culpa del coronavirus.
La llegada del COVID-19 había cambiado todo el panorama de este joven y entusiasta de 21 años (hubiera cumplido los 24 el jueves 7 de octubre de 2022). Lucas soñaba con irse a vivir junto a su novia, Luana, y trabajaba con su moto como repartidor en medio de la pandemia, la cual había dilatado aquel gran objetivo de irse a vivir junto a su pareja a una casa propia.De hecho, le había llegado a decir a su mamá que se iba a esforzar el doble con tal de conseguir aquel anhelo. Incluso si eso implicaba trabajar hasta altas horas de la noche para conseguir la plata que le faltaba y así pagar el techo propio. Pero un accidente automovilístico terminó acabando con su vida el viernes 10 de julio de 2020, cerca de la medianoche.
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Lucas venía de realizar una entrega en su moto por Av. Corrientes, cuando Sebastián Di Pietro, de 40 años, a toda velocidad lo atropelló y lo mató con su Dodge Journey. El accidente fue a la altura de Corrientes y Serrano. Di Pietro fue acusado de homicidio culposo, pero en cuestión de horas fue excarcelado.Desde entonces, Sabrina, la mamá de Lucas, se puso la causa al hombro, contrató a un abogado y a pesar de los obstáculos con los que se topó, logró que la causa llegara a manos del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°46, a cargo de Jorge Anselmo De Santo. El magistrado había dado por finalizada la etapa de investigación y ordenó que la causa sea elevada a juicio oral y público, el cual se iba a desarrollar los días 27 de octubre, 3 y 10 de noviembre.
Quedó sorteado el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°19 de la Capital Federal, pero Sabrina desconoce si finalmente se llevará a cabo el juicio oral que le vienen prometiendo desde hace más de dos años porque la defensa de Di Pietro presentó un documento señalando que su cliente no estaba en condiciones de afrontar el proceso judicial: "Dijeron que se encuentra en terapia intensiva, al parecer con pancreatitis aguda a causa del alcohol".
Sobre el tiempo que tardó la justicia en ponerle fecha al juicio por el homicidio de Lucas, Sabrina explicó: "Hasta principios de este año no nos habían dado fecha. De hecho, desde enero estuve golpeando las puertas del juzgado hasta que pude hablar con el secretario y me dijo que estaba en la lista. Le advertí que iba a ir cada semana hasta que me dieran una fecha, y así fue".
En diálogo con BigBang, la mamá de Lucas detalló que el juicio se iba a desarrollar primero el 14 de octubre, pero la indecisión de la justicia provocó que se demorara más de la cuenta. "No sabían si iba a ser por Zoom o de manera presencial, pero como tardaron en tomar esa decisión el juicio se terminó pasando para el 27 de este mes y de manera virtual. Se cubren con el tema de la pandemia, saben que ya terminó pero no les importa", sostuvo Sabrina.
Y opinó: "Para ellos es más fácil estar en su casa que trabajar. El día 15 de octubre, la defensa de Di Pietro presentó un certificado médico advirtiendo que su cliente estaba en terapia intensiva por pancreatitis aguda producto del alcohol. La policía averiguó y supuestamente está internado, por eso decidieron suspender la audiencia de este jueves. Por ahora, se mantienen las fechas del 3 y 10 de noviembre, pero yo ya no sé qué creer".
Sabri descreer de la enfermedad de Di Pietro y tiene razones para eso. Se trata de una persona que no solo atropelló a su hijo a máxima velocidad e intentó abandonarlo a su suerte, sino que su internación se dio justamente una semana antes del inicio del juicio. "Me parece dramático. Le busco a todo el pelo al huevo, estoy constantemente pensando de dónde lo puedo agarrar para que me muestren si es cierto o no lo que acusa. Por ahora estamos esperando que entreguen la historia clínica para ver en qué condición está. Si está lúcido y no está con respirador, puede declarar en el juicio como corresponde", sostiene la mamá de Lucas.
La familia de Lucas se encuentra como querellante y si bien Di Pietro está imputado bajo la figura de "homicidio culposo", un delito que tiene penas previstas de entre tres a seis años de prisión, buscan cambiar la misma a "homicidio simple" para elevar los años de la pena. Sin ir más lejos, la fiscal indagó por "homicidio simple" a Di Pietro, pero por alguna razón que Sabrina nunca entendió, la justicia volvió en sus pasos y no terminó modificando la carátula de la causa. "Al volver de la feria, nos dijeron que lo indagaron por homicidio simple, pero que la carátula iba a quedar como estaba. O sea, por homicidio culposo. Algo pasó en el medio porque quedó con la carátula que tenía en primer momento", afirmó.
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Las pericias y los estudios realizados al hombre de 40 años determinaron que venía alcoholizado, drogado y que había superado por mucho los límites de velocidad establecidos. De hecho, el resultado de los análisis de sangre dieron 1.9 (para que sea un agravante penal el máximo debe superar el gramo de alcohol por litro de sangre o aire espirado) y que había consumido previamente cannabis y cocaína. "Está confirmado, el tenía cocaína y cannabis en sangre", sostuvo SabrinaAl mismo tiempo, los peritos determinaron que venía a bordo de su Dodge Journey a más de 100 kilómetros. "Iba a más de 100 por hora, con 1.97 de alcohol de sangre y 3.6 de cocaína. También le detectaron cannabis. Por las pruebas, nosotros consideramos que este hombre sabía que iba a matar a alguien. De hecho, lo hizo. Aparte la pena sería irrisoria si la causa sigue como homicidio culposo, porque es de 3 a 6 años", sostuvo.
De ser condenado, Di Pietro podría recibir dos años más de pena por haber "violado" la cuarentena estricta, social y obligatoria que regía por entonces en el país a causa del COVID-19. "Sinceramente estoy con asistencia psicológica, pero no psiquiátrica. Me lo ofrecieron, dije que sí, pero desistí de tomar medicación porque creo que puedo sola, pero en realidad no puedo. El sábado se me rompió un vaso que era de mi hijo y me puse muy nerviosa", contó.
Y continuó: "Hablé con la psiquiatra, le dije que no podía más y que me iba a explotar el corazón. Ella me atendió y me dio medicación. Me resisto, pero sé que me va a ayudar. El cuerpo me pide tranquilidad y lo que más ruido me hizo es que este hombre sostuvo que tiene ´incertidumbre´ por lo que pueda llegar a pasar. Dijo que sabe qué hacer con su vida. ¡Insólito! Soy yo la que no sabe qué hacer con su vida".
A más de dos años del accidente que le arrebató a su hijo, a quien definió como un chico sencillo, amable y feliz, Sabrina no descansa: comenzó a acudir al lugar del accidente mensualmente acompañada de familiares y amigos del joven de 21 años, cada vez que se cumple un nuevo aniversario de la muerte de su hijo. Allí, espera a que el semáforo indique la luz de alto para contarle a las personas que pasan por allí lo que sucedió con Lucas.
Al mismo tiempo, se aferra a su trabajo y sostiene que es lo único que le da las fuerzas que necesita para salir de su casa: "Sigo trabajando porque la verdad el trabajo con los chicos me hace estar tranquila, es algo que me gusta y al ser un jardín de infantes es lindo y me conecta con la vida. No tengo planes a futuro, elijo estar en pijama y mirar a la nada misma. Antes se me ocurría hacer cosas a futuro y ahora me digo ´para qué o qué sentido tiene´".
Angustiada y en medio de esta batalla constante para lograr justicia, Sabrina se encuentra con tratamiento psicológico a causa del dolor que le causó lo que entiende como el asesinato de Lucas. Aunque, afirma: "Por ahora trato de no tener sentimientos hacia el tipo porque la verdad, odiarlo no me llena. Ignorarlo es más fácil, pero quiero verlo frente a frente cuando lo condenen y también quiero que se lo digan en la cara, no por zoom. Me aferré mucho a Dios últimamente y pienso que vinimos a ésta tierra a aprender y espero que este tipo haya aprendido, y le duela realmente lo que hizo. Pero no creo que haya un sentimiento de dolor o arrepentimiento a lo que le hizo a Lucas. Para mi es el asesino de lucas, ni mas ni menos".
Todo ocurrió el viernes 10 de julio de 2020, cerca de las 23.15. Lucas venía abordo de su moto por Av. Corrientes cuando Sebastián Di Pietro lo embistió con su auto mientras venía a más de 100 kilómetros por hora y luego de violar la cuarentena obligatoria. Por el impacto, el joven de 21 años salió despedido, mientras que el hombre de 39 arrastró con su Dodge Journey la moto del repartidor varios metros hasta que se incrustó con un semáforo y un generador de luz.
Las pericias determinaron que la moto de Lucas quedó a más de 100 metros del lugar del impacto y totalmente destrozada. La familia de Lucas sostiene que Di Pietro no sólo nunca quiso asistir al chico, sino que además busco la forma de escapar del lugar, pero los vecinos no lo dejaron. "Ahora también adujo problemas psiquiátricos. Él está con un pancreatitis por su alcoholismo. Ahora como está en abstinencia, lo van a internar en un psiquiátrico", contó.
Y sentenció: "No sé si es alcohólico de verdad o si se trata de un actor que a 10 días del inicio del juicio fingió esta enfermedad". Uno de los testigos del hecho fue un taxista que se encontraba estacionado en el lugar y que vio como una de las zapatillas de Lucas, tras el impacto, salió despedida e ingresó por una de las ventanas de su vehículo. Por el hecho, Di Pietro solamente pasó detenido unas cuantas horas y fue liberado casi de inmediato por policía de la Comisaría Vecinal 15 B de Villa Crespo.