03 Junio de 2018 10:00
Nahir Galarza confesó el asesinato de su novio, Fernando Pastorizzo. Desde entonces, la joven de 19 años permanece detenida en la Comisaría de la Mujer de Gualeguaychú. Se negaba a declarar porque quería recibir primero asistencia psicológica. Pero sorprendió al solicitar una ampliación de su primera declaración; la misma en la que confirmó la autoría del brutal homicidio. El lunes comienza el juicio oral y, pese a la fuerte estrategia de sus abogados, llega al banquillo imputada por "homicidio doblemente calificado por el uso de arma y la relación de pareja".
Nahir permanece detenida desde el 29 de diciembre en el que confesó el crimen.
Las partes escucharon con atención los detalles que la joven brindó sobre aquella madrugada. Tanto la querella como el fiscal se sorprendieron por la cantidad de contradicciones e incongruencias que presentaba. Los seis puntos que, según los abogados de la familia de Fernando, complican aún más a Nahir.
El arma homicida
En su primera declaración, la joven aseguró que fue ella quien tomó el arma reglamentaria de su parte que se encontraba sobre la heladera. Esta confesión podría haber elevado la carátula por la premeditación. Consciente del agravante, ahora Nahir declaró que fue Fernando quien, en un lapso de furia, tomó el arma antes de abandonar su casa.
Los padres de Nahir en la cocina de su casa: la heladera de fondo.
"Fui a buscar mi cargador a su casa, me quedé en la vereda por miedo a que me forzara a entrar. Después obligándome me dijo que me iba a llevar a mi casa. Cuando llegamos ya estaba tranquilo y me pidió si podía entrar. Pasamos por la cocina y agarró el arma de mi papá. Ahí me dijo 'Mirá que fierro el de tu viejo'".
Los celos y el fin de la relación
Nahir y Fernando habían protagonizado un violento episodio el viernes anterior al crimen en la puerta del boliche Bikini. Según el relato que el propio compartió con sus amigos, fue Nahir junto a una amiga quienes lo atacaron y golpearon al punto de dejarlo inconsciente. En ese momento, Fernando grabó parte de la secuencia con su teléfono celular y aseguró que ella lo amenazó con “inventar que el que le pegaba era él”. Algo en lo que llamativamente basa ahora su defensa.
No se hablaron más hasta que Nahir lo llamó por teléfono el 29 de diciembre. Luego fue hasta la casa de Fernando con la excusa de buscar el cargador de su teléfono celular. Allí, según la declaración de la confesa asesina, Fernando le recriminó una relación con un chico identificado como Rafael.
Ya en la casa de Nahir, la joven asegura que Fernando volvió a insistir con que cortara el vínculo. “Para que me deje tranquila, le dije que no pensaba dejar de verme con nadie por él y le conté que en ese momento al único que quería era a Rafael. Ahí se enojó del todo, me agarró del pelo y me sacó de la habitación. Cuando pasamos por la cocina, agarró el arma y me apuntó en la panza para que me fuera con él”, aseguró, y dijo que al salir de la casa, el chico se guardó el revolver en su pantalón.
La foto del viaje familiar a Brasil que comprueba la relación.
Sin embargo, los amigos de Fernando declararon todo lo contrario: que era él quien había decidido cortar el vínculo y que no quería tener más contacto con Nahir. De hecho, los últimos tweets publicados por el joven son categóricos. “Hay personas enfermas. Qué alivio sacarse algo tan pesado de encima. Hay que estar mal de la cabeza, sino no se entiende. Está loca enferma de la cabeza mal, nunca me va a dejar tranquilo”.
Los golpes que no dejaron marcas
“Me tiró de la escalera, de los pelos, y cuando llegamos al patio me abrazó como si nada, y me dijo que si yo quería que él se calmara, que haga lo que me pedía”, declaró Nahir. Sin embargo, los peritos no constataron ningún golpe en su cuerpo que coincida con su declaración. Quien sí presentaba lesiones previas, compatibles con la golpiza que les contó a sus amigos que había recibido por parte de Nahir y su amiga, era Fernando.
Fernando les contó a sus amigos que Nahir lo había golpeado. Los forenses constataron los moretones.
Nadie escuchó nada
Según Nahir, Fernando se puso violento y gritaba dentro y fuera de la casa en la que se encontraban durmiendo sus padres y hermano menor. Pero nadie escuchó nada. "Sacó la moto, yo estaba adentro de la casa, y desde afuera me empezó a gritar y a decir que yo me iba con él”, aseguró la joven.
Los padres de Nahir no se despertaron al escuchar la presunta y violenta discusión entre Fernando y su hija.
La velocidad de la moto
“(Cuando íbamos) por Costanera me empezó a hacer preguntas agresivamente, a decir que era una zorra, que seguro lo había visto (a Rafael) antes de verme con él, que era mentira lo que decía de Rafael. Después agarra por Bolívar y en un momento yo me quiero tirar de la moto y él acelera con todo. Le quise sacar el arma, pero él la tenía sostenida con una mano", declaró.
Así encontraron el viernes a la cinco de la mañana el cuerpo de Fernando.
El viaje continuó. Fernando la iba a llevar a Nahir a la casa de su abuela. Según los peritos, la moto se encontraba casi frenada al momento del primer disparo. Sin embargo, Nahir asegura que fue una frenada brusca lo que hizo detonar el primer disparo. No hay marcas en el piso que acrediten eso.
"Cuando llegamos a la calle de la casa de mi abuela iba tan rápido que cuando dobló perdió el control de la moto y en ese momento me agarro de él, él agarra la moto con las dos manos, casi nos caímos, y cuando me agarro de él le saqué la pistola. Ni siquiera miré cómo la agarré. En ese momento frena de golpe y yo sentí la primera explosión, y ahí nos caímos los dos de costado”.
Los "accidentales" disparos
El cuerpo de Fernando cayó de la moto boca arriba. El segundo disparo fue en el centro de su frente. “Me alcanzo a parar y como no entendía nada, empecé a temblar; me quedé como sorda, quedé como boba y fue todo rápido; me agacho para mirarlo y ahí es donde sale la segunda explosión que me sorprendió. Me quedé de nuevo sorda, y ahí reaccioné y tiré el arma al piso. No sabía qué hacer, estaba nerviosa, temblando, no sabía qué había pasado”.
Aunque Nahir ahora asegura que los disparos no fueron intencionales, en su primera declaración le explicó al fiscal de la causa con lujo de detalles cómo se disparaba la pistola y cómo había rematado a su novio. El peritaje balístico también la complicó: los disparos fueron realizados a quemarropa.