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Cómo será la película de Nahir Galarza: las cuatro versiones que inventó sobre el crimen

La condenada asesina y todas las contradicciones en torno al asesinato de Fernando.

por Manuela Fernandez Mendy

05 Julio de 2023 14:00
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"Soy Nahir Galarza. No quieren saber lo que pasó esa noche, ¿o sí?". Esa fue la escueta presentación audiovisual con la que Amazon Prime Video anunció el comienzo del rodaje de la película basada en la joven condenada a prisión perpetua por haber asesinado en 2017 de dos disparos en la espalda a su por entonces novio, Fernando Pastorizzo.

La película, cuya proyección se espera para finales de este año o principios del 2024, abordará la versión de los hechos de la asesina y no cuenta con la autorización de la familia de la víctima.

 

La pregunta que muchos se hacen hoy es, ¿cuál de las contradictorias versiones que la misma Nahir brindó ante la Justicia se contará la película? Y es que, a lo largo de estos más de cinco años, la condenada a perpetua acomodó su relato en cuatro oportunidades e incluso llegó a acusar a su padre, el ex oficial Marcelo Galarza, de haber sido quien ejecutó a traición a Pastorizzo, aquella madrugada del 29 de diciembre de 2017 en Gualeguaychú.

La previa del asesinato: la brutal golpiza de Nahir a Fernando y la decisión de la víctima de irse a vivir a Paraná

Eran las once y media de la noche del jueves 28 de diciembre del 2017. Hacía calor. Fernando Pastorizzo estaba en su casa, no tenía planes. Llevaba cuatro días sin tener noticias de Nahir Galarza, la “gurisa” con la que había mantenido una relación de “ideas y vueltas” durante los últimos cinco años. Pero el final, tan esperado por sus amigos, ya había llegado. “Me la saqué de encima”, les repetía Nando. La relación de tinte enfermizo había alcanzado su punto máximo en la madrugada de Navidad.

Esa noche, según les contó Fernando a sus amigos en un bestial audio, Nahir y una amiga lo habían golpeado en el local que se encuentra ubicado al lado de la casa de los Galarza y que, día a día, atendía hasta la madrugada del crimen la abuela de la asesina. “Recién logré salir de su casa. Es una hija de re mil puta, me viene a meter en su casa para cagarme a trompadas. Nunca le pegué a nadie, qué me viene a pegar así. Se me parte la cabeza mal, boludo. Me azotaron la cabeza contra la pared como 45 mil millones de veces”.

 

El relato de Fernando, inmortalizado en un audio de WhatsApp que envió al grupo que tenía con sus amigos pasadas las 8 y media de la mañana, fue una de las pruebas presentadas en el juicio que tuvo a Nahir como única imputada por el homicidio. Después del violento episodio, Nando -como le decían sus amigos- fue categórico y determinante: no había vuelta atrás. Se lo había dejado claro en el último mensaje que le mandó un día antes del crimen: "Ni aunque me paguen un millón de dólares volvería a querer saber algo de vos. Feliz día de los inocentes y que sea la última vez que me maltrates como lo hiciste. Quiero dejarte claro que no quiero que te metas más conmigo. Sabés, pero por favor. Yo no te jodo. Nada más".

El disparador, según los amigos de Nando, fue uno solo. "Nahir no lo sabía, pero Fernando tenía planeado irse a estudiar con un amigo a Paraná. Estaban buscando el departamento y tenían pensado irse a finales de febrero", reconocieron a BigBang. El cortante mensaje que le envió Fernando se tornó realidad cuando la confesa asesina comprendió que los planes de Pastorizzo eran croncretos: dejaría Gualeguaychú y se alejaría definitivamente. "Fue la primera vez que sintió que se terminaba en serio la relación y que no iban a volver más", refuerzan.

La primera declaración como testigo de Nahir Galarza sólo horas después del asesinato de Fernando Pastorizzo

Un día después de recibir el último mensaje de Fernando, algo sucedió. En la noche del jueves 28, Nahir decidió desbloquearlo de WhatsApp y lo llamó. Fernando atiendió, pero no lograba escuchar lo que su ex novia le decía. Ella, del otro lado, intentó comunicarse tres veces más: no hubo forma. Así que fue hasta el casino de Gualeguaychú, ubicado a dos cuadras de su casa, se pidió un remís y partió rumbo a lo de Fernando.

 

Lo que sucedió desde entonces es una reconstrucción parcial. Sólo se sabe lo que declaró Nahir, quien en los primeros 20 días de la investigación cambió su relato en tres oportunidades y luego una cuarta, pero ya en la instancia de apelación. Todo, claro, para buscar un atenuante a su imputación: homicidio doblemente agravado por el uso de arma de fuego y el vínculo. La primera declaración de la asesina tuvo lugar horas después del crimen, cuando lo hizo en todavía en calidad de testigo.

Nahir llegó a la casa de Fernando. Le reclamaba que le devolviera el cargador de su teléfono iPhone. Según la confesa asesina, él intentó que ella entrara a su casa y ella se negó. “Me quedé en la vereda por miedo a que me forzara a entrar a su casa. Después de unos minutos salió gritando, preguntando por qué no le atendía el teléfono. Le dije que se calmara, que lo había dejado en mi casa”, aseguró en su primera declaración Galarza.

Según la asesina, Fernando quería llevarla de nuevo a su casa en moto. “Estaba muy enojado y, para no complicar las cosas, le dije que estaba bien. Hice lo que él quería para que se calmara”, reconstruyó Nahir. Ya era la una de la mañana y se dirigieron de nuevo hasta la casa de los Galarza. “Ya estaba tranquilo y me pidió si podía entrar a mi casa porque quería hablar bien conmigo. Como lo noté más calmado, lo dejé entrar un rato. Entró la moto al negocio de mi casa y subimos”, prosigue el primer testimonio de la asesina.

En este momento del relato se produjo una de las contradicciones más fuertes de Nahir durante el juicio. En sus primeras dos declaraciones, la joven había dicho que fue ella quien tomó el arma reglamentaria de su padre, que se encontraba arriba de la heladera de la cocina. Ahora, luego de reunirse con su nuevo grupo de abogados, la historia era otra. “Agarró el arma de mi papá y me empezó a joder, a moverlo por todos lados. 'Mirá qué fierro el de tu viejo', me dijo y me enojé. Le empecé a decir que era un pelotudo y me fui a mi habitación. Él me siguió, pero antes volvió a dejar el arma”, sostuvo luego.

Luego del episodio del arma, Nahir y Fernando subieron al dormitorio de ella, ubicado en el primer piso y junto al de sus padres. La habitación, de aproximadamente tres por tres, estaba pintada de rosa. Junto a la ventana que todavía da a la calle está el sommier de dos plazas. Una guitarra, un escritorio y una silla tapizada de animal print completaban la decoración. Esa noche, pese a que según la asesina su víctima le gritó y la golpeó, nadie escuchó nada. En la casa se encontraban Marcelo Galarza, su mujer, Yamina Khor; y el hermano menor de Nahir. En efecto, la planimetría ordenada por el fiscal fue concluyente: de haber existido gritos, fue imposible que nadie los advirtiera; ni siquiera los vecinos.

La casa en la que los Galarza vivían en Gualeguaychú

Dentro de la habitación, Nahir declaró que tuvieron sexo consentido. Pero, después del encuentro íntimo, Fernando comenzó a reprocharle, siempre según su versión de los hechos, que había estado con “otros”. En efecto, la pelea de Navidad se disparó porque la rubia se había mostrado a los besos en el boliche Bikini con Rafael D.S; un joven de 19 años que estudia Profesorado de Educación Física en la Universidad Autónoma de Entre Ríos.

En su primera declaración, la que realizó a las 10.10 de la mañana del 29 de diciembre, Nahir contó otra cosa. En un intento por no desviar la investigación, la asesina reconoció que Fernando había estado en su casa, pero insistió en que se había ido pasadas las dos de la mañana. Y que, desde entonces, no supo más nada de él. Faltaban otras diez horas más para que se quebrara y acudiera a la fiscalía con el arma homicida. “Basta, fui yo. Lo maté yo”, confesó.

En su tercera declaración, la historia es otra. Según Nahir, Fernando la obligó a abandonar su casa a punta de pistola y ella subió a la moto con rumbo incierto. La pelea seguía. Eran casi las cinco de la mañana y el joven que en sólo cinco días iba a cumplir 21 años emprendió sin saberlo su último viaje. BigBang realizó el mismo recorrido que consta en el expediente, acorde, siempre, a la declaración de Galarza. En siete minutos hicieron 31 cuadras. Pocos metros después de pasar el centro de la ciudad, declaró que le pidió que la dejara en lo de su abuela. “Él sabía donde quedaba. Agarró para el barrio y empezó a acelerar un montón, como un loco. Era una calle cortada y empece a gritar”.

 

Según los peritajes realizados en la escena del crimen, la moto de Fernando se encontraba “casi apagada” al momento del primer disparo. No se encontraron huellas de aceleradas, ni nada que pudiera indicar un manejo brusco. Sin embargo, según Nahir, al doblar en la cuadra de la casa de su abuela el joven perdió el control de su vehículo y eso fue lo que hizo que el arma “se disparara” sola. “Iba tan rápido que cuando dobló perdió el control de la moto. En ese momento me agarré de él. Él agarró la moto con las dos manos. Casi nos caímos. Es ahí cuando le saqué la pistola. Ni siquiera miré cómo la agarré. En ese momento frenó de golpe y sentí la primera explosión”.

La explosión era un balazo de una nueve milímetros. Un disparo a quemarropa, según precisaron los peritos balísticos, que le quitó la vida en el acto. La bala atravesó los pulmones de Fernando y salió por su abdomen. Ambos cayeron hacia la derecha. Nando acababa de ser asesinado a sangre fría por su novia. Los peritos determinaron que el segundo disparo fue realizado a sólo 50 centímetros de distancia. Fue directo al corazón. Una siniestra elección; casi como si el inconsciente de Nahir le estuviera diciendo a su ex novio: “Si tu corazón no es mío, no va a ser de nadie más”.

Pero el recuerdo que tuvo luego Nahir fue otro. Asesorada por sus abogados, Nahir cambió el lenguaje policial. Mientras que en su confesión reconoció con extrema frialdad que le había “disparado dos balazos” a Fernando, ahora hablaba de “explosiones”. “No entendía nada, empecé a temblar. Me quedé como sorda, como boba. Fue todo muy rápido. Me agaché para mirarlo y ahí es en donde sale la segunda explosión que me sorprendió. Ahí reaccioné y tiré el arma al piso”.

El lugar en el que Nahir asesinó a Fernando

A pocos metros, un remisero fue testigo accidental del crimen. Eran las cinco y media de la mañana. Entre las sombras, divisó a un joven que yacía en el piso y a otra persona ubicada a pocos centímetros. Era Nahir, que en ese momento sólo podía pensar en una cosa: el arma homicida era la de su padre. 

“Lo primero que se me cruzó por la mente es que era el arma de mi papá y que le iban a echar la culpa a él. Entonces agarré el arma y me fui a mi casa caminando”. No le importaba si Fernando tenía una mínima chance de sobrevivir. Agarró el arma, la puso en el bolsillo de su short de jean y caminó hasta su casa.

El miércoles 29 de diciembre del 2022, día en el que se cumplió el quinto aniversario del asesinato de FernandoNahir se comunicó con su por entonces abogada, Raquel Hermida Leyenda, y le suplicó que la visitara en el penal de mujeres de Paraná, el mismo en el que cumple su condena perpetua por el crimen. "Sos la única persona en la que confío. Estoy desesperada", le espetó desde el teléfono del penal. El encuentro tuvo lugar recién el jueves cinco de enero y fue ese el momento en el que la confesa asesina dio su cuarta versión sobre el crimen: según Galarza, no fue ella quien asesinó a Fernando; sino que el verdadero asesino es su padre, Marcelo Galarza.

La nueva versión de los hechos de Nahir coincidió, en principio, con la separación de sus padres; quienes se mostraron como un bloque durante todo el juicio y los años posteriores a la condena. El primero en desmentir a Nahir fue su padre, el ex policía dueño del arma reglamentaria con la que, de acuerdo al fallo del Tribunal Oral de Gualeguaychú, la adolescente asesinó a quemarropa a su por entonces novio. "Yo no lo maté. Me estoy enterando de esto por ustedes (en alusión a los medios de comunicación). No sé qué decir. Todo esto es muy fuerte, que mi hija diga que yo fui el asesino", advirtió Galarza padre.

En efecto, el hombre reconoció -tal y como lo hizo en reiteradas entrevistas- que su primera reacción al enterarse del asesinato fue declararse culpable, para evitar así que su hija fuera presa. "Confieso que en un momento pensé en hacerme cargo, pero el abogado me dijo que no había forma. Creo que lo mejor es irme al campo un tiempo. Ahora dicen que puedo matar a mi familia, que maté a este chico, que soy lo peor. No voy a contradecir a mi hija, ni voy a hacer nada que la perjudique, todo lo que sea mejor para ella será bienvenido", reforzó.

Desde el entorno de Galarza sostuvieron entonces que el giro en la declaración de Nahir respondía al divorcio con Yamina Kroh, madre de sus dos hijos menores. En efecto, fue la propia Nahir la que ratificó las declaraciones de su padre en el mano a mano que mantuvo en el año 2019 con Mariana Fabbiani desde el penal. Sin embargo, la Justicia no contempló ninguna de las declaraciones mediáticas realizadas por ambos a la hora de desestimar la denuncia que presentó Hermida Leyenda, en representación de la propia Nahir.

"Se debe proceder a la desestimación in límine en relación a lo expresado de que sería Marcelo Galarza el autor del homicidio de Fernando Pastorizzo, por haber sido tratado ese evento y ventilado en Juicio Oral y Público; y confirmado en diversas instancias superiores y estar a lo que resuelva la Corte Suprema de Justicia de la Nación", sostiene el dictamen de la fiscalía de la ciudad de Gualeguaychú, que sí dio lugar a la investigación de los presuntos abusos sexuales que la joven asegura haber sufrido por parte de su tío paterno durante su infancia.

El dictamen se basó en la enorme cantidad de carga probatoria que se recolectó durante el juicio y que desestima puntos centrales de la nueva y hasta ahora última versión de Nahir. Tras el último revés judicial, la joven activó su nueva defensa mediática: autorizó así a Amazon para explotar los derechos de su imagen en la película y habría en marcha una serie documental de 12 capítulos y una miniserie de tres capítulos. 

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