27 Febrero de 2017 19:46
"Es mi casa", dice Carlos Eduardo Robledo Puch, el famoso asesino serial, cada vez que habla de la cárcel de Sierra Chica, situada a 12 kilómetros de Olavarría. En el año en que El ángel negro, que entre 1971 y 1972 mató a once personas por la espalda o mientras dormían, podría dejar ese penal para ir a otro con un remigen semi-abierto, BigBang te muestra cómo se vive en esa prisión inexpugnable.
La Suprema Corte Bonaerense consideró que no existe las penas perpetuas, por lo que a Robledo le surgió la posibilidad de salir en libertad a 45 años de su detención.
Robledo y su gata Kuki, en Sierrra Chica. Foto: Diego Sandstede.
Robledo tiene 65 años. En 1980 fue condenado a perpetua. En el juicio, llegó a decir: "Algún día voy a salir y voy a matar a todos". ¿Ese día está cerca?
En el video que encabeza esta nota, obtenido en exclusiva por BigBang, un detenido hace una especie de recorrida por uno de los pabellones de máxima peligrosidad. Se ven las paupérrimas condiciones de detención.
"Sierra Chica es una fortaleza, dicen que nunca se fugó un preso de la Unidad Número 2. A Robledo lo vimos, es un paria que no habla con nadie, pobre. Está mal de la cabeza", dijo Martín Lanatta, condenado por el Triple Crimen de la efedrina, que estuvo nueve meses detenido en ese presidio.
Martín Lanatta sigue detenido en Ezeiza. También pasó por Sierra Chica.
El video de una pelea
El video se parece una escena de la serie El Marginal: se ve a los presos manteniendo una batalla a facazos. Pero la gresca ocurrió hace unos seis meses en la Unidad Penal Número 2 de Sierra Chica, donde el interno Jorge Monzón Maidana murió asesinado por otro preso.
En exclusiva, BigBang te muestra un video inédito de cómo viven los más de 1.500 detenidos en la siniestra cárcel donde hace poco más de 20 años, hubo un sangriento motín en el que una banda mató a ocho presos, comió empanadas rellenas con carne humana y jugaron a la pelota con la cabeza de uno de los muertos.
La pelea en el penal de Sierra Chica.
"Es un tour por el mismísimo infierno", dice el preso que graba el video al que tuvo acceso BigBang. Es en el pabellón 9 de Sierra Chica, donde están detenidos los presos más peligrosos. En el video se ven las pésimas condiciones de detención de ese penal de máxima seguridad del Servicio Penitenciario Bonaerense. Celdas inundadas, sin calefacción y hacinamiento.
El informe lapidario
Hace dos años y medio, un informe de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) calificó a la cárcel de Sierra Chica como una de las peores de la provincia de Buenos Aires. "En Sierra Chica, las ratas viven mejor que los presos. Al menos tienen la posibilidad de escapar o andar por donde se les antoje. Los detenidos que purgan condena en esa cárcel viven en una representación del infierno: comida podrida, baños peor que chiqueros, sin agua, a veces sin luz, conexiones eléctricas precarias y pabellones que se inundan cada vez que llueve", decía uno de los asistentes sociales que participó de la inspección.
“Es una bomba de tiempo. Puede ocurrir una tragedia en cualquier momento. Cuando llueve, hay internos que se cubren con bolsas de plástico y hay cables pegados que rodean las paredes y los pisos. Viven deshumanizados y reducidos a condición de ratas”, denunció la Comisión.
"A 136 años después de su inauguración, las condiciones materiales de la unidad penitenciaria son deplorables por la indudable carencia de mantenimiento".
"Las paredes y los techos se caen a pedazos sobre los cuerpos y pertenencias de las personas encarceladas”, es uno de los fragmentos del lapidario informe".
“Sierra Chica refleja lo que ocurre en otras cárceles, donde se vive de las provincias situaciones similares de hacinamiento, condiciones edilicias precarias, comida pésima y escasa".
"Los internos consultados dicen que se mueren de hambre. Muchos de ellos no reciben visitas. Encontramos a personas que estaban por averiguación de identidad. En muchos casos no pueden ducharse, no hay luz, tampoco los sacan al patio. Hay madrigueras y ellos tapan los agujeros con su ropa para que no aparezcan las ratas. No parece importar que estas personas no duerman, no coman, no vivan”.
Según el informe, cuando los guardias caminaron entre las ratas con naturalidad, aparece la imagen más horrorosa de la deshumanización: “Para ellos las ratas y los detenidos son lo mismo: la negación absoluta y cabal de que allí hay hombres, una negación más lacerante que la violencia física”.
A eso se le suma un régimen que consiste en 24 horas de encierro en las celdas, sin acceso a las duchas, instancias recreativas, educativas o laborales ni comunicación telefónica con sus familiares o respectivos juzgados.
El peor motín de la historia
La cárcel de Sierra Chica, inaugurada el 4 de marzo de 1882, fue escenario, el 30 de marzo de 1996, de un sangriento motín encabezado por Los Doce Apóstoles, liderados por Marcelo Brandán Juárez, quienes tomaron como rehenes a trece guardias de la cárcel y a la jueza de Azul María Mercedes Malere. Más de mil presos se plegaron al motín.
En la revuelta, que duró ocho días, los apóstoles mataron a ocho presos, los incineraron en los hornos del penal y cocinaron empanadas con algunos de ellos. El 14 de abril de 2000, Los Doce Apóstoles fueron condenados a prisión perpetua en un juicio televisado. Ellos estuvieron adentro de una jaula.
El preso más famoso
El detenido más conocido del penal es Robledo Puch, preso por matar -en 1972- a once personas. El "ángel negro" está alojado en el pabellón "rosa" de Sierra Chica.
Robledo Puch con su gata Kuky, en Sierra Chica. Foto: Diego Sanstede.
"Acá es un desastre. hay corrupción. Hay guardias que venden falopa y hasta por unos mangos permiten a los presos tener sexo con la visita en la capilla del penal", llegó a decir el temible asesino.
El sangriento motín de la Semana Santa de 1996. Foto: Clarín.
Fortaleza centenaria
Ninguno de los 1500 presos detenidos en la cárcel de Sierra Chica podría escaparse. Sólo un presidiario logró fugarse en los ciento treinta años que tiene el penal: lo detuvieron a las pocas cuadras. La cárcel es una fortaleza construida en 1881, al costado de las vías del tren, por orden del entonces presidente Julio Argentino Roca, que pretendía tener un fuerte militar para avanzar en la Campaña del Desierto. El penal es un panóptico, sistema creado por el filósofo Jeremy Bentham en 1791: un solo guardia puede observar a los prisioneros sin que ellos lo vean, el objetivo es que crean que son observados todo el tiempo. Los doce
largos pabellones están distribuidos en forma circular. Los guardiacárceles armados con fusiles vigilan desde lo alto
de los muros. Es impenetrable.