En enero de 2021, una pareja oriunda de Misiones fue detenida por el asesinato de su hijo de cuatro meses, a quien habían enterrado a veinte centímetros de profundidad a la vera del arroyo Barrero en la localidad de General San Martín de la ciudad de Oberá. El niño fue encontrado 12 días después, pero las pericias determinaron que había fallecido entre el 6 y el 9 de ese mes. Estaba envuelto en una manta y presentaba signos de haber sufrido un golpe fuerte en la cabeza.
La confusión alrededor del hecho, respecto a la actuación de Héctor Oscar Dos Santos, de 33 años, y Karina Beatriz Dos Santos, de 24, se generó desde un comienzo del caso, ya que la mujer inicialmente fue detenida por hurtos en la zona de Alberdi y, gracias a la comunidad local que empezó a preguntar por el bebé, finalmente confesó que su pareja lo había matado y llevó a los efectivos hasta el lugar donde estaba enterrado.
A partir de esos hechos, y de los testimonios contradictorios brindados por los acusados durante la única jornada que duró el juicio que los tenía a ambos como acusados, ayer el Tribunal Penal N° 1 de Oberá los condenó a prisión perpetua, sin que ninguno de los dos haya reconocido ser autor del crimen.
"Me enredé con una raíz los pies y caí arriba del bebé, entre las piedras del arroyo. Se golpeó la cabeza muy fuerte. Fue un accidente, hizo un llanto feo y se calló, yo le mojé la carita, pero nunca más reaccionó", declaró Karina, quien afirmó que venían deambulando por el monte hacía varios días y que justo al momento del hecho venía corriendo porque había visto que la policía andaba por la zona.
Sin embargo, la pareja de ella dio una versión totalmente distinta, en la aseguró que su mujer lo había drogado para asesinar al bebé. De hecho, dijo que él, impotente de actuar, había visto cómo lo apretaba contra su pecho y decía 'callate, gurí de mierda'.
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Por eso, cuando escuchó la versión de la otra acusada, se sorprendió: "Recién me estoy enterando de que ella supuestamente se cayó arriba de él y que fue un accidente".Según su testimonio, estaba bajo los efectos del fármaco clonazepam, el cual ella le había administrado en gotas en un jugo que tomaba, y que cuando se levantó de la situación de imposibilidad, le dijo de llevar al bebé al Hospital, luego de intentar hacerle respiración boca a boca y reanimación, aunque ella le dijo que no y lo enterró.
El abogado de Karina, Matías Olivera, pidió seis años de pena para su defendida, por el delito de homicidio culposo en concurso real con ocultamiento de pruebas, mientras que del lado el hombre, sus letrados exigieron la absolución por falta de pruebas.
Durante el corto proceso, su hermana, Cinthia Dos Santos, declaró que el hombre había sido echado de la casa familiar a los 13, que además robaba, pero que nunca sería capaz de matar a su propio hijo.
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La argumentación no fue suficiente para los jueces Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Jorge Villalba, quienes finalmente resolvieron condenar a ambos basándose en la autopsia que determinó que había un "traumatismo de cráneo gravísimo con estallido de calota craneal", producto de un impacto y que también había "aplastamiento torácico y craneal post mortem".
"No fue una buena madre, las lesiones en la cabeza del bebé no fueron por una caída que supuestamente mata a una criatura. Ella no tenía ni un rasguño más que un golpe en el ojo porque le había pegado su pareja", sostuvo en su alegato la fiscal Estela Salguero, quien acusó a la pareja de saber muy bien lo que hacían: "Sabían cómo actuaban, lo llevaron adelante y luego enterraron al bebé".