La justicia de Concordia, Entre Ríos, condenó en las últimas horas a José Enrique Querencio, ex jefe de la Policía de dicha Ciudad a 12 años de prisión por abusar sexualmente con acceso canal durante al menos un año a una menor de edad. Además, en su contra constatan reiteradas amenazas a la víctima. El hecho lo denunció la madre de la víctima en el 2019, cuando descubrió las amenazas que el efectivo le hacía a su hija.
A raíz de que la víctima trabajaba en la jefatura del imputado, la madre de la menor decidió revisarle el celular y se encontró con mensajes y chats amenazantes por parte de Querencio a su hija, a quien le decía explícitamente que no contara ni revelara lo que padecía. “La obligaba a tener relaciones y sexo oral”, desarrolló la denunciante.
Locura en La Plata: un hombre le pegó e intentó ahogar a su pareja y al vecino que la salvó
Según el relato de la madre de la menor, en ese entonces Querencio la iba a retirar del colegio con el fin de recurrir a su oficina para desempeñar las tareas planteadas por el equipo de los policías, pero lejos de ser así, la acosaba y la abusaba sexualmente con acceso carnal durante al menos un año entero.En su declaración testimonial, la joven reveló que el agente de la policía le “arruinó la vida, le podría haber pasado a cualquier otra chica” mientras que su madre agregó: “La amenazaba con que, si hacía la denuncia, la iba a encontrar, llevar a un campo y la iba a matar”. No obstante, gracias a la revisión, eso no pudo ser posible.
Los jueces Ives Bastián, Carolina López Bernis y Mariano Caprarulo cerraron la causa y condenaron a Querencio a 12 años de prisión bajo la carátula de “abuso sexual agravado con acceso carnal y aprovechamiento de la inmadurez”. Hasta que se firme la condena, el imputado recibirá prisión preventiva.
Fue detenido por pedofilia: descubrieron que acosa a menores desde su celular en la cárcel
Por último, cabe recordar que en aquel momento Querencio presentó una licencia, pero un mes después fue separado de su cargo. Hasta el momento, solo tenía una prohibición de acercamiento y de cualquier tipo de contacto con la víctima o con su entorno.