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Confirman la condena perpetua a Nahir Galarza: punto por punto, las mentiras demolidas por Casación

El máximo tribunal penal de la provincia de Entre Ríos rechazó el argumento de la defensa de la joven para buscar bajar los años que estará presa por el crimen de su novio.

14 Agosto de 2019 13:23
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Finalmente, los abogados de Nahir Galarza no consiguieron hacer que la Cámara de Casación Penal de Concordia considere como “homicidio culposo” la muerte de Fernando Partorizzo y confirmó la sentencia por “homicidio calificado por una relación de pareja”. ¿Cuál era el objetivo final? Reducir la sentencia de prisión perpetua a menos años.

El cambio en la figura del delito, que tiene una pena máxima de 5 años, apunta a que los disparos en contra de Pastorizzo fueron accidentales. Asimismo, los defensores de Galarza aseguraron que no se la juzgó "con perspectiva de género" y solicitaron la nulidad de la sentencia por afectación al derecho de defensa.

En tanto, los representantes de los padres de Fernando y el fiscal coordinador de Gualeguaychú, Lisandro Beherán, resaltaron que "no se afectó el debido proceso" y que Nahir no fue "víctima de violencia de género", por lo cual debería confirmarse la pena a prisión perpetua.

La clave en ese pedido de cambio de delito se basó en un fragmento de la grabación de la pericia psiquiátrica a la que Galarza fue sometida a principios de febrero del 2018 advirtiendo que no se respetó el cumplimiento de la perspectiva de género. Se trata, en efecto, de una de las pruebas más contundentes por las que el Tribunal Oral desestimó la hipótesis de que Nahir había sufrido violencia de género por parte de Fernando.

Escena del crimen: este es el lugar en el que Nahir acribilló a Fernando

“Es importante aclarar que durante esa pericia psicológica, se le hicieron preguntas pedidas tanto por la querella, como por su defensa y las propuestas por la fiscalía”, aclaró en diálogo con BigBang Segio Rondoni Caffa, fiscal de la causa. “Todas las preguntas fueron evaluadas. Lo que hizo el psicólogo fue observar si dentro del relato (de Nahir) se podía encontrar algo que permitiera confirmar o descartar que sufría violencia de género. Y la conclusión fue negativa”, sumó.

La conclusión de la pericia psicológica a Nahir fue que no había sufrido violencia de género"

De acuerdo al informe firmado por el perito Simón Ghiglione, médico especialista en psiquiatría infanto juvenil, Nahir no sólo no sufrió violencia de género, sino que además presentó durante las tres entrevistas realizadas en las dependencias del Juzgado penal de Menores y Familia -los días 6, 7 y 9 de febrero de 2018- “ausencia de estrés postraumático tras el hecho”.

Las conclusiones de la pericia psiquiátrica a Nahir Galarza

Si bien no se encuentran indicadores de patología psiquiátrica definida, sí se evalúa la presencia de rasgos de personalidad como baja tolerancia a la frustración, irritabilidad y desregulación emocional. No se evidencia insuficiencia de las facultades mentales, ni alteraciones morbosas de las mismas, ni de la conciencia, que le hayan impedido valorar sus actos o influir en su libertad de autodeterminación al momento de los hechos. Se mostró colaboradora con la misma, destacando reticencia a hablar de ciertos temas, orientada en tiempo, espacio y persona, con conciencia de situación.Otra de las conclusiones del informe es que Nahir “es consciente de sus actos”. Además, se destaca la “disregulación emocional”, fenómeno explicado por el “control pobre sobre su propia expresión en distintas situaciones sociales”.

Tiene control pobre sobre su propia expresión en distintas situaciones sociales"

Durante uno de los encuentros, Nahir hizo alusión a un antecedente traumático durante su relación de casi cinco años con Pastorizzo. “Expresa como antecedente un episodio en el cual el sujeto (por Fernando) la habría agredido verbalmente, presentando según su relato angustia desde ese momento”.

Sin embargo, al indagar sobre el episodio, Ghiglione destacó: “Dicho episodio se habría suscitado hace aproximadamente dos años, no recordando el lugar donde se encontraba, la fecha exacta en que se produjo; si fue vía telefónica o presencial y sin que manifieste algún tipo de síntoma físico-emocional en futuros encuentros, ni evitación del sujeto como consecuencia”.

En efecto y pese al antecedente “traumático” que señaló Galarza durante la entrevista, Nahir y Fernando continuaron con su relación tres años más. De hecho, de acuerdo al peritaje realizado sobre los 104 mil mensajes que intercambiaron durante el 2017, Nahir y Fernando perdieron un bebé dos meses antes del asesinato.

Según consta en el expediente, cuando Nahir le contó por mensaje que había sufrido un aborto espontáneo, el joven de 20 años la consoló con un mensaje que -entre otros- le permitió al Tribunal dar por acreditado el vínculo de pareja, negado en todas las instancias por Galarza: “No te preocupes, después tendremos otro”.

La segunda declaración y por qué la defensa de Nahir giró hacia la “violencia de género”

Eran las 22.42 de la noche de aquel 29 de diciembre. Hacía muchísimo calor. “Basta, fui yo. Yo lo maté”, se quebró ante los fiscales. Habían pasado casi 18 horas desde el homicidio. Estaba acompañada por su primer abogado, Víctor Rebossio, y de su padre, Marcelo Galarza. La imputación: homicidio doblemente agravado por el vínculo y el uso de arma de fuego.

La frialdad comenzaba a apoderarse de su relato con velocidad. Como si los dos gatillazos la hubieran trasladado a otro plano. Fernando ya no era su “ángel”, era un “masculino” al que le había “disparado con un arma de fuego”. El lenguaje policial, tal vez mamado desde su infancia, marcó a fuego esa transformación. Nahir ya no era la “novia que lloraba a su ángel”, era una confesa asesina. “Saqué el arma de mi papá sin que él lo sepa. Estaba arriba de la heladera, donde la deja siempre. Los dos disparos los hice con esa arma de fuego. Luego di vuelta a la manzana y me fui caminando a mi casa”, relató.

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Esa fue la primera declaración de Nahir. Por ese entonces, el caso no había colmado, como lo haría días después, las tapas de todos los medios del país. La opinión pública se tornó en su contra. El testimonio de los amigos de Fernando fue clave: todos aseguraron que el vínculo era tóxico, que Galarza lo celaba y que el propio Pastorizzo había decido terminar con la relación días antes de su asesinato. Los mensajes, luego presentados en el expediente como prueba, lo acreditaron.

Mientras Nahir permanecía detenida en la Comisaría de la Mujer de Gualeguaychú, nuevos abogados comenzaron a trabajar en la “causa perdida”.Galarza ya había confesado la autoría del crimen, por lo que el objetivo de máxima no era su libertad, sino una reducción de su condena. En efecto, enfrentaba la posibilidad de ser sentenciada a cadena perpetua si se daba por comprobado el vínculo.

El martes 16 de enero, después de permanecer 18 días detenida, Nahir amplió su declaración. Tenía tres objetivos que cumplir y para eso debía desdecirse. Era imperioso para su nueva defensa desestimar el vínculo, instalar la violencia de género y hablar de una eventual muerte “accidental”.

Lo que buscó Nahir con la ampliación de su indagatoria era una disminución de pena"

“Cuando una persona declara como imputado, lo que hace es establecer cita. ¿Qué quiere decir esto? Son expresiones con las que busca desacreditar lo que la fiscalía le está imputando. Eso fue lo que hizo Nahir en la ampliación de su indagatoria. Lo que se buscaba era una disminución de pena”, recordó Rondoni Caffa.

Nahir jugó su carta en la declaración y apuntó también a la violencia psicológica. “Él sabía cómo manipularme. Me conocía bastante y sabía qué palabras decirme para que me doliera. Él hacía lo que quería conmigo. Con él tuve mi primera relación (sexual), que fue antes de los 16; por eso yo siempre hacía lo que él quería”.

El viaje de la muerte: los últimos seis minutos de Fernando con vida

Con el supuesto objetivo de “tranquilizar” a Fernando, la confesa asesina aceptó “la invitación” y se subió a la moto. “Llegamos a mi casa. No hablamos ni una palabra en el viaje. Ya estaba tranquilo”, prosiguió el relato. Y, aquí, un hecho importante: según su segunda declaración, fue en este momento en el que ella tomó el arma homicida. Ahora, para evitar el agravante de premeditación, su relato fue otro.

“Pasamos por la cocina y agarró el arma de mi papá que estaba arriba de la heladera. Ahí empezó a joder, a moverla por todos lados. 'Mirá qué fierro el de tu viejo', me dijo. Y ahí me enojé. Le empecé a decir: 'Qué pelotudo'. Como se reía más, le dije que era un enfermo y más cosas. Después, me fui a mi habitación. Él dejó el arma y me siguió”.

Ya en el dormitorio, siempre según la última declaración de Galarza, la víctima había logrado calmarla con abrazos y palabras. “Me pidió perdón y después hablamos bien. Me convenció de tener relaciones y, cuando terminamos, empezó a reprocharme con los chicos con los que me veía”.

Este es otro momento clave de la declaración. Atenta a lo que iba sucediendo en los medios, Nahir hizo alusión a la golpiza que, según los amigos de Fernando, había recibido a la salida del boliche Bikini. “Me decía cosas por lo que había pasado el 25 de Navidad, que mi amiga le había pegado. Él me estaba insultando, me decía que era una trola”.

Celos, inseguridad y violencia. Esas fueron hasta ahora las claves de la nueva estrategia de Nahir. Pero hubo un dato más, faltaba algo para cerrar el relato. ¿Por qué después de cinco años de mantener la misma dinámica de peleas esta vez había culminado todo con un baño de sangre? ¿Qué fue el factor disruptivo del patrón enfermizo que mantenían?

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Mientras que los medios difundían los mensajes de “alivio” de Fernando luego de haber “cortado para siempre” su relación tras la golpiza, Nahir introdujo otra variable. Una que, claro, la beneficiaba y corría del planteado "o sos mío, o no sos de nadie": la existencia de un nuevo hombre en su vida, un tal Rafael, que luego declaró durante el juicio y negó haber mantenido una relación con Nahir. “Estuvimos sólo una vez, éramos amigos con derechos”.

Rafael Distefano y Joaquín Osorio

El disparador del crimen fue, según el entorno de la víctima, el último mensaje que le había enviado días atrás Fernando: “No te quiero ver más”. En efecto, Pastorizzo tenía todo listo para instalarse en marzo en Paraná y comenzar con sus estudios universitarios.

Uno por uno, los testimonios propios y ajenos que desestimaron la presunta violencia de género que sufría Nahir Galarza

Aunque el Tribunal dio por probado el vínculo en su fallo y la pericia psiquiátrica anulaba la hipótesis de violencia de género, los abogados de Nahir jugaron su carta durante el juicio. Sin embargo, sus propios testigos -y los citados por la querella y la fiscalía- desestimaron la versión. Los amigos de Fernando. Su mamá, Silvia. Sol Martínez, la “ex amiga” que presentó la defensa de Nahir como testigo. La pericia psiquiátrica. Los peritos médicos. El propio ginecólogo de Galarza. Uno por uno, todos los testimonios que desacreditaron la presunta violencia de género.

Sol Martínez: “Fernando lloraba y me decía que jamás le había pegado a una mujer”

“¿Usted es amiga de Nahir Galarza?”, indagó uno de los abogados. “Era”, respondió ella sin titubear. Aquella madrugada del 29 de diciembre en el que Nahir acribilló de dos disparos a Fernando lo cambió todo. “Éramos amigas desde chicas, después hicimos el secundario juntas”, reconoció, aunque aclaró de modo contundente: “No tengo relación con ella”.

Sol y Nahir se conocieron durante la infancia. Luego, hicieron el secundario completo juntas. Después de recibirse, Sol se instaló en Concepción del Uruguay para continuar con sus estudios universitarios, aunque regresaba seguido a Gualeguaychú y siempre se veían. Aquel viernes, estaba en la ciudad; estaba de vacaciones y había vuelto para pasar las fiestas.

La noche de Navidad, sólo cuatro días antes del homicidio, Sol Nahir fueron juntas a bailar al boliche bikini. Durante “la previa”, sus amigas notaron que Nahir tenía lastimada la pierna y los brazos. “Me pegó Fernando”, dijo la estudiante de abogacía, pero no quiso dar mayores detalles de lo sucedido.

La noche siguió en el boliche Bikini, ubicado en la costanera y a sólo dos cuadras de la casa familiar de los Galarza. Según el testimonio de Sol, Nahir se había encontrado con Nahuel, uno de los tres chicos con los que salía. Fernando los vio dándose un beso y la increpó. “Estaban discutiendo y me metí para sacarlos”, reconoció la joven.

Fernando se puso a llorar, me dijo que él nunca le había pegado a una mujer y que no lo haría porque había vivido episodios de violencia de chico"

Acorde a su relato, Nahir lo había agarrado de los brazos a Fernando y él de los hombros. Sol intervino de inmediato. “No le pegués nunca más a una mujer”, le espetó. Fernando, según ella, la tomó de los brazos y no la dejaba ir. “En ese momento le di una trompada en el ojo derecho”, confesó. Pero Nando no respondió el ataque. “Se puso a llorar, me dijo que él nunca le había pegado a una mujer y que no lo haría porque había vivido episodios de violencia de chico”, sumó.

A muy pocos metros se encontraba presente el padre de la víctima, Gustavo. “Violencia de chico”, escuchó y no pudo disimular su cara de sorpresa. “Fernando lloraba y gritaba, decía que jamás le había pegado a una mujer”, reforzó Sol, pese a que la expectativa de la defensa de Nahir era capitalizar el episodio en el boliche para darle forma al escenario de violencia de género.

Gritos y paliza en su casa: la reconstrucción de la última pelea pública de Nahir Galarza y Fernando

Hasta ese día, Sol jamás le había visto un golpe a Nahir. Tampoco le había dicho si sufría algún tipo de hostigamiento por parte de Fernando. “Él era celoso y la llamaba cuando salíamos, eso sí”, reconoció, aunque titubeó mucho a la hora de ponerle un rótulo al vínculo que mantenían víctima y victimario. Una definición clave para sostener uno de los agravantes de la imputación.

“Ellos empezaron a verse cuando ella tenía 15 años. Estuvieron tres años, tres años y medio yendo y viniendo”, aportó Sol. “No sé si era el novio formal, pero era el único al que llevaba a la casa”, sumó, al tiempo que confirmó que Fernando había viajado a Brasil durante unas vacaciones junto a los Galarza.

Según los audios enviados por el propio Fernando en la mañana del 25, Nahir y otra amiga lo llevaron hasta el local contiguo de la casa de la asesina (que tiene conexión directa con la edificación familiar) y le propiciaron una feroz paliza. Sol reconoció haberle dado una piña en el boliche, pero negó haber ido a lo de Nahir.

“Los dejé solos discutiendo y me fui. De hecho, se puede ver por las cámaras de seguridad que no me fui con Nahir”, aportó. Si hubo otra amiga implicada, sólo Fernando lo sabe. En su declaración, Sol también desestimó otro de los pilares de la defensa de Nahir: el presunto diario íntimo en el que al joven había escrito que sufría violencia de género. El mismo, se viralizó días después de su segunda declaración, como un refuerzo mediático. “Nunca lo vi”, aseguró la ex mejor amiga.

Las amigas que le soltaron la mano y se negaron a declarar

Gran parte de las amigas de Nahir se negaron a declarar. “Le soltaron la mano, no quieren saber nada ni con ella, ni con todo lo que se generó alrededor del caso”, reconocen desde Gualeguaychú. “Una de sus mejores amigas directamente nos dijo que no quería venir porque no quería pasar por todo esto”, sumó la madre de NahirYamina, durante su declaración.

Quien sí aceptó la citación fue Giuliana Viera, una de sus compañeras de la carrera de Derecho en la Universidad de Concepción del Uruguay. Se conocían desde hacía pocos meses, pero fue una de las pocas que la visitó en la Comisaría de la Mujer. “Le pregunté por qué lo había hecho y me dijo: 'Si no lo mataba, nunca me iba a dejar en paz'”, aportó la estudiante y sumó otro gol en contra para los abogados, quienen insistieron durante todo el juicio en que los dos disparos fueron accidentales.

Una de sus mejores amigas directamente nos dijo que no quería venir porque no quería pasar por todo esto"

La vecina que terminó imputada por falso testimonio

El siguiente testimonio que presentaron los abogados de Nahir fue el de la vecina que vive en la casa de enfrente a la de los GalarzaMaría Inés Correa. No era la primera vez que declaraba. El jueves 11 de enero, sólo trece días después del homicidio, María Inés se presentó de forma espontánea ante la Fiscalía. Apuntó fuerte contra la víctima.

“Para mí era un chico muy agresivo, muy altanero, sacado; no sé si por alcoholismo o qué, pero muy agresivo. Siempre que lo veía la tenía de los pelos, del cuello, la agarraba y había muchas bofetadas, cachetazos fuertes”.

Su versión de los hechos no cambió y las contradicciones se profundizaron, al punto que los abogados querellantes pidieron su imputación por falso testimonio. Qué declaró durante el juicio y cuáles son las inconsistencias de su relato.

Las cuatro contradicciones de la vecina de Nahir

La mujer aseguró que los gritos de Nahir Fernando la despertaron cerca de las cuatro de la mañana y que por ese motivo se acercó a la ventana del living que apunta directo hacia la casa de los Galarza. Insistió en que, además, pudo ver con claridad la escena no sólo por el alumbrado público, sino porque ya estaba “saliendo el Sol”. Sin embargo, el reporte meteorológico precisa que amaneció a las 05.48. En su primera declaración, la vecina no habló del diálogo que mantuvieron Nahir yFernando durante el presunto forcejeo. Sin embargo, ya en el juicio, la mujer se alineó con la nueva estrategia de los abogados de Galarza: insistir con que el detonante de la pelea fue que la asesina le había dicho a su víctima que no quería verlo más. “Fernando le decía: 'Sos mía, la re puta que te parió'. Escuchaba que Nahir gritaba: 'Soltame, déjame en paz'”, reforzó. Desde dónde miró la presunta pelea es otra de las contradicciones. En un principio, aseguró que lo había hecho desde su ventana. Ahora, aseguró que lo hizo desde la “rendija de la persiana”. La noche en la que fue asesinado, Fernando tenía puesta una bermuda de tipo deportiva y un buzo gris. María Inés declaró que tenía puesto un “pantalón oscuro”. Nahir, por su parte, lucía un short de jean claro y un buzo rojo. Según la vecina, esa noche también tenía un pantalón y su abrigo era gris.

Las revelaciones del ginecólogo, el personal trainer y el entrenador de Nahir Galarza

El siguiente testimonio fue el de Víctor García, ginecólogo tanto de Nahir, como de su mamá. Durante su declaración se presentó la historia clínica de la imputada y se prestó especial atención a la visita que realizó el 22 de diciembre, siete días antes del crimen. En la misma, el especialista advertía que la joven presentaba una “lesión cutánea de tipo erosiva en el muslo interno”.

“Cuando le pregunté qué le había pasado, me dijo que había salido, tomado y que no se acordaba. Lo mismo me dijo la mamá: que no sabía”, confesó García, quien además advirtió: “No tengo mucho conocimiento en medicina forense pero en lo que entiendo, quizás las lesiones tenían un par de días. La lesión que noté en su pierna era cutánea”.

La declaración estuvo en sintonía con el testimonio de Walter José Giménez, entrenador personal de Nahir Yamina, quien la vio un día antes del crimen. “Noté que tenía un golpe mientras hacía abdominales. Me dijo que no sabía cómo se lo había hecho. La mamá, por su parte, me dijo: 'Sí, se lo vi'. Pero es grande”.

En tanto, los peritos médicos que revisaron a Nahir el 30 de diciembre no advirtieron golpes en su cuerpo. Se sumó, como último testigo, Mariano Adolfo Bohl, entrenador de hockey del Club Sudamérica en el que jugaba Galarza: fue él quien aportó que la condenada jugó hasta el mes de noviembre y que la descripción del golpe que habían realizado los anteriores testigos podría coincidir con un “bochazo”.

El primo de Nahir la acusó de haber golpeado a Fernando y el show de la abuela durante el juicio

El primer familiar en “soltarle la mano” fue Juan Cabrera, primo de Nahir, pero amigo de Fernando. En su declaración, el joven apuntó contra los celos de su prima y aseguró que su amigo le había dicho que la imputada lo había golpeado en la madrugada de Navidad y amenazado con que, si decía algo, era ella quien iba a decir que sufría violencia de género.

Mariana Kroh, tía materna de la imputada, se negó a declarar. La representación familiar quedó en manos de Brígida María Gálvez, abuela paterna de Nahir. La mujer vive en la planta baja de la casa de los Galarza y aseguró haber visto, tal como relató su vecina María Inés, una brutal pelea entre su nieta y Fernando.

Los abogados de Nahir comenzaron con el interrogatorio y le preguntaron si conocía a la imputada. “Pero, ¿cómo no la voy a conocer? Es mi nieta”, respondió sin tapujos. Nahir volvió a sonreír. En su declaración, que duró 19 minutos, Brígida se refirió a Fernando como “ese chico” o “el pibe”. Sólo mencionó su nombre en una oportunidad.

Pero el testimonio presentó contradicciones. Consultada sobre si conocía a la víctima, la abuela de Nahir asintió con la cabeza: “Sí, pero de paso no más. No lo conozco bien. La verdad es que lo conocí, pero de paso”. La siguiente pregunta apuntó hacia el vínculo que su nieta mantenía con Fernando. Pero la mujer no respondió de modo directo y aprovechó la oportunidad para seguir con la línea de la defensa que busca instalar que Nahir sufría violencia de género.

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“Mirá, te voy a contar algo. El año pasado, en verano, sentí que gritaban (en la calle). Me levanté y sentí la voz de mi nieta que gritaba. Entonces, salgo. Empezó a gritar: 'Soltame,soltame'. La tenía de los pelos y del cuello. Él (por Fernando). Entonces, ¿qué hice yo? Le pegué el grito. Le dije: 'Ey, ¿qué estás haciendo?'. Le grité fuerte. Él la soltó y agarró la moto y se fue”.

Según Brígida, su nieta le suplicó que guardara silencio. “Me dijo: 'Por favor, abuela, no lecontés nada a mis padres'. Entonces se cruzó la vecina de enfrente (María Inés Correa, quien ya prestó declaración) y me dijo: 'Mary, tenés que denunciarlo'. Y yo le dije: 'Yo no voy a andar mal con mi nieta. Si ella me pidió eso, no me voy a meter. Es mi nieta'”.

Las preguntas del fiscal de la causa, Sergio Rondoni Caffa, pusieron nerviosa a la mujer, al punto que protagonizó un insólito exabrupto: “Bueno, bueno, no me haga más preguntas porque no sé nada”. La respuesta desató una pequeña risa dentro de la sala e invadió el cuerpo de Nahir, quien miró a su abogado y no se pudo contener.

Dos semanas después, el Tribunal Oral de Gualeguaychú condenó a perpetua a Nahir Galarza. Aunque durante tres meses permaneció alojada en la Comisaría de la Mujer de su ciudad, cumple condena en el Penal de Mujeres de Paraná.

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