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Corradi fue a un careo con un ex policía que lo acusó de ordenar el Triple Crimen

El presunto ideólogo del Triple Crimen de General Rodríguez estuvo cara a cara con el ex policía José Luis Salerno. "Le saqué la máscara", le dijo a su abogado.

25 Febrero de 2017 10:30
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Ibar Esteban Pérez Corradi pareciera moverse como un ajedrecista en cualquier circunstancia. Aun cuando fue prófugo pensaba cada movimiento. El sospechado de ser el autor intelectual del Triple Crimen de General Rodríguez se mantiene con perfil bajo. En su lugar de detención, que no puede trascender por ser testigo protegido, mira series, lee y se comunica con su abogado para saber las últimas novedades de la causa. Esta semana perderá esa especie de tranquilidad: fue sometido a un careo con el ex policía José Luis Salerno, ex socio de Damián Ferrón, una de las víctimas.

Pérez Corradi estuvo casi 50 meses prófugo.

"El careo favoreció a Corradi, Salerno no supo qué decir, quedó en evidencia que mentía", dicen allegados a Corradi. Del lado de Salerno, dicen todo lo contrario: "Salerno salió airoso, nunca mintió".

El 7 de agosto de 2008, Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina aparecieron asesinados en una zanja de General Rodríguez. Por el triple crimen fueron condenados a perpetua Martín y Cristian Lanatta, y Víctor y Marcelo Schillaci. A Pérez Corradi se lo acusó de haber ordenado los asesinatos mafiosos. No hay, para la Justicia, un solo motivo, sino varios. Al parecer Forza pensaba delatar a Corradi. Además le había arruinado un negocio con los mexicanos y le debía dinero. 

A una semana de su fuga, el paradero de los Lanatta y Víctor Schillaci es un misterio

Los hermanos Cristian y Martín Lanatta, durante el juicio por el Triple Crimen.

El testimonio de Salerno

"Corradi me dijo que Forza, Ferrón y Bina le estaban cagando el negocio y que los iba a boletear", declaró Salerno, un ex policía devenido en empresario farmacéutico y socio de Ferrón

Salerno, cuando fue entrevistado por Periodismo para todos.

"Pérez Corradi en marzo me pide que vaya a Juan B. Justo y Corrientes, nos reunimos, me preguntó si seguía en el negocio de la efedrina, contestándole que no, siendo su reflexión: 'Damián te está cagando, me están cagando el negocio, los tengo que boletear'", declaró Salerno.

"Corradi me dijo que La Morsa era Aníbal Fernández", declaró Salerno. Pero Corradi dijo que eso se lo había dicho Forza.

Para Pérez Corradi, Salerno es un "mentiroso". "Dijo puras mentiras, y por eso celebro el careo, se le va a caer la máscara", le había dicho Corradi a uno de sus abogados.

Corradi estuvo casi 50 meses prófugo. Se lo consideraba un temible traficante de efedrina, pero él siempre se presentó como un empresario. "Las mentiras que se dijeron y escribieron sobre mí van a caer, una por una", dijo.

"Las mentiras que se dijeron y escribieron sobre mí van a caer, una por una

"Es un trámite de importancia porque los dichos de la otra parte van a quedar desacreditos", dijo Carlos Broitman, uno de los abogados de Corradi.

Corradi reaparecerá en un careo.

Falta de mérito para Corradi

El 28 de diciembre, la jueza federal María Romilda Servini de Cubría resolvió hoy otorgarle la falta de mérito a Pérez Corradi en la causa en la que está acusado por los supuestos delitos de "amenazas y homicidio agravado" de Forza, Ferrón y Bina.

Las tres víctimas del Triple Crimen.

El ex prófugo más buscado del país, preso desde el 19 de junio por la ruta de la edefrina, había sido sindicado por el Tribunal Oral de Mercedes como el autor intelectual de los crímenes cometidos por los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor y Marcelo Schillaci.

Sin embargo, Servini de Cubría dictó su falta de mérito en la causa: "El actual cuadro probatorio existente no permite a esta magistrada procesar o sobreseer al encausado considerando que hasta el momento el análisis detallado de los legajos señalados resultó de imposible concreción".

Los tres empresarios farmacéuticos, desaparecidos el 7 de agosto del 2008, fueron encontrados sin vida la noche del 13 de ese mes a la vera de un camino rural de la localidad de General Rodríguez, en el oeste del conurbano, atados con precintos. Todos fueron fusilados a sangre fría.

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