En plena zona de boliches y bares, frente a un canal de televisión, cerca de al menos tres redacciones de medios nacionales, a plena vistas de todos. Un boliche fue clausurado ayer por la noche por las violaciones a la cuarentena como consecuencia de la pandemia de coronavirus (Covid-19). Esto paso ayer en Fitz Roy al 1600 en un local en donde había 85 personas.
Cabe recordar que en la Ciudad rigen diferentes habilitaciones y esta semana se habilitó la posibilidad de que terrazas y patios internos de bares y restaurantes puedan ser usados. Sin embargo, hecha la ley hecha la trampa.
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Ayer por la noche, el dueño del local quedó detenido y será indignado hoy por el fiscal Maximiliano Vence que al momento de llegar al lugar junto a efectivos de la Policía de la Ciudad y de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) encontró a 85 personas adentro del lugar pasada la madrugada.
Es que los vecinos de la zona fueron quienes dieron el alerta después de escuchar ruidos y música fuerte pasadas la una de la madrugada. Cuando los agentes de la Policía de la Ciudad junto al personal de la AGC ingresaron al local constataron que había personas escondidas en distintos ambientes del lugar como el patio, la terraza, los baños y una habitación del primer piso.
En un momento los presentes se ofuscaron por la presencia policial e intentaron salir de forma brusca, sin embargo la situación fue controlada rápidamente. Ante este panorama, a instancia de lo solicitado por la fiscalía nro. 8, se detuvo al encargado del bar por la infracción a los artículos relacionados a violación del aislamiento y desobediencia a la autoridad (Art 239 y 205) y se procedió a identificar y notificar a los presentes por infracción al artículo 205.
El lugar, en tanto, fue clausurado por los inspectores de la AGC. Por ahora se trata del primer caso registrado de un boliche de Palermo. Cabe destacar que durante dos semanas hubo un “acuerdo no escrito” entre las autoridades y los diferentes comercios gastronómicos de ser un poco más flexibles con las reglas.
Esto sucedió después de que, aun cuando lo habían anunciado, no se terminó de habilitar patios y terrazas. La medida se comunicó 24 horas antes del día elegido para que pudieran volver a funcionar. Esto ocasionó que hasta que efectivamente se habilitaron casi todas funcionen en la clandestinidad. Algo que con el decreto nuevo quedó fuera de juego.
Se trata de la segunda vez que un bar queda en el centro de la polémica luego de lo que sucedió con Buller en Recoleta en agosto cuando, después de varias denuncias de personas que pasan por el lugar tanto la policía como la AGC fue al lugar.
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Las fuentes indicaron que no había dispuesto sillas, ni mesas en la vereda y que no había clientes en el interior de los locales. Sucedió sobre el espacio en la vía pública que comparten los bares Buller y Bartola, ubicados frente al Cementerio de la Recoleta.Si bien los encargados de las cervecerías recibieron infracciones por violación al artículo 205 del Código Penal, debido a que vendían bebidas sin respetar la distancia social para evitar el contagio del coronavirus, los locales no fueron clausurados porque no había otras irregularidades que así lo ameritaran.