Otro asesinato conmueve a Lanús. En la mañana del domingo 2, cerca de las 8.30 de la mañana, Agustín Pizzirusso, un joven de 16 años, caminaba por la calle Yatay, entre Hornos y Pasaje Pilar, en Villa Diamante. Se dirigía a la casa de su abuela. Llevaba una botella de sidra cuando fue interceptado por dos jóvenes. Uno era Alexis Villamayor, de 19 años, y el otro Ricardo Bravo, de 21 años.
El ataque que terminaría con la vida de Agustín quedó registrado por una cámara de seguridad de una casa, ya que el Municipio de Lanús no cuenta con cámaras propias en la mayoría de los barrios peligrosos del Partido. En un principio, se nota que el adolescente es increpado por Bravo, mientras Villamayor los mira a pocos pasos. De un momento a otro, Bravo le quita la botella y le da un golpe en la cabeza a Agustín, que cae al piso desmayado.
Pero la violencia de Bravo no se detuvo. Con el jovencito indefenso, en absoluto estado de inconsciencia, le pegó nueve botellazos en la cabeza. Después ambos huyeron. Pizzirusso fue asistido por varios vecinos de la zona, que llamaron a sus familiares para que lo llevaran a un hospital. El adolescente estuvo internado un par de horas, pero murió por los golpes sufridos en su cabeza, que le habían causado daño cerebral irreversible.
Por la tarde del domingo, Villamayor, el cómplice de Bravo, quien vio el asesinato de cerca, fue detenido en Ezeiza y fue trasladado a la Comisaría N°5 de Villa Diamante. La causa fue caratulada como “homicidio”, y se encuentra a cargo de la Unidad Fiscal de Instrucción N°7, a cargo del Dr. Martín Rodríguez. En tanto, Ricardo Ezequiel Bravo, sigue prófugo de la Justicia.
Mientras esperan por la detención del asesino, el padre del adolescente, Miguel, dijo en una entrevista que cuando le avisaron que su hijo había sido atacado, salió corriendo y trató de asistirlo. “Me desperté a las 9 de la mañana y él estaba tirado ahí. Cuando fui a ver, estaba muerto, tenía muerte cerebral”, contó sobre ese duro momento.
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Enseguida, Miguel relató que su hijo conocía al cómplice de su asesinato: “Mi hijo estuvo toda la noche con Alexis, eran amigos del barrio. Por una botella de alcohol vino todo el problema. Estaban escabiando juntos y él se trajo el alcohol y los otros lo buscaban para sacarle la botella, porque decían que la habían comprado ellos. Así me dijo el otro pibe que estaban con ellos”.
En tanto, Carolina, la mamá del adolescente, recordó que Agustín era un chico tranquilo y muy querido: “Él era un chico humilde, de barrio, le gustaba tener amigos en todos lados, se juntaba con un grupito y otro. Él quería pasarla bien nomás. No era un chico peleador. Nunca había tenido ningún problema porque todos lo querían. Era un buen chico”.
En tanto, desde sus redes sociales, Daiana Herrera, la prima del joven, publicó varias fotos y escribió: “Mi primo fue a una joda como todos hacemos, a bailar con amigos. A las 08:00 de la mañana fue a la casa de su abuela y salió a buscar a su novia y en el camino se encontró con estos dos hijos de p..., le querían robar la botella de escabio a Agustín, y Agustín no se lo quería dar”.
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Y siguió: “Uno de los giles le sacó la botella y le dio un botellazo en la cabeza, en la primera lo desmayó y siguió dándole botellazos hasta re matarlo. 9 veces le dio con dos botellas. ¿Para qué no? Si ya lo desmayaste para qué le querés seguir pegando hasta matarlo”.
Tras publicar fotos del asesino y su cómplice, Herrera escribió: “Ya van a cobrar estos giles. Asesinos de mier... Esto pasó en Yatay y Hornos, Agustín estaba tirado en el piso, la gente pasaba y no hacían ni una mier...”. Y finalizó: “Descansa en paz primo, se va a hacer Justicia”.