El asesinato de Pedro Daniel Barrientos, un chófer de 55 años que trabajaba en la Línea 620, en Virrey del Pino, partido de La Matanza, generó una crisis política y sindical a nivel provincial. Hubo partos y movilizaciones en el Conurbano Bonaerense, infiltrados en las marchas y hasta los propios colectiveros le dieron una paliza al ministro de Seguridad provincial, Sergi Berni. Lo cierto es que los culpables del crimen no fueron encontrados por la Policía. Hoy, los dos jóvenes de 19 y 24 años, que habían sido acusados del asesinato, fueron liberados por falta de pruebas en su contra.
Tras una serie de pericias, el fiscal Gastón Duplaá, a cargo de la causa, decidió que no pediría la prisión preventiva para los dos detenidos. La Justicia determinó que a través de los videos, los testimonios, la falta de material genético en el arma encontrada y, además, el resultado determinante sobre que dio negativo en deflagración de pólvora en los cuerpos de los detenidos, los acusados debían ser liberados.
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Más allá de que los testigos supuestamente habían reconocido a ambos en la rueda de reconocimiento, otros testigos habían ubicado a los detenidos lejos de la escena del crimen y en otros lugares a varias cuadras de la zona donde fue asesinado el colectivero. El barrido electrónico fue determinante para saber si alguno de los dos había disparado una pistola. Los resultados fueron negativos.
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En tanto, sobre la pericia que fue abandonada en la escena del crimen, una pistola Beretta calibre .40 no dieron ningún dato sobre el supuesto asesino. El arma de fuego no tiene ni huellas dactilares, ni ADN. En cuanto al auto utilizado por los asesinos, por ese lado sí hay dos detenidos que se habían hecho del vehículo. Ellos son Antonio González y Rodrigo Pititto.
El auto que fue utilizado por los asesinos para cruzarlo delante del colectivo en la madrugada y luego subir a matar, apareció quemado en Virrey del Pino. Era un Fiat Siena de color gris que había sido sustraído el 25 de marzo. En ese momento, Pititto, uno de los detenidos, pidió un Uber en San Justo para ir a Ciudad Evita. En ese momento, robó el coche.
Finalmente, el 3 de abril, dos asesinos subieron al colectivo, intentaron robarle a una mujer y aun hombre, que era Policía de la Ciudad. En ese momento, cuando bajaban, mataron al chofer. Luego intercambiaron disparos con el oficial. En el lugar encontraron 14 balas. El caso sigue impune.