Los jueces María Claudia Castro, Christian Ariel Rabaia y Emiliano Lázzari, del Tribunal Oral Criminal 1 de Dolores, dictaminaron la sentencia contra los ocho rugbiers imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa, cometido durante la madrugada del 18 de enero de 2020 a la salida del boliche Le Brique en Villa Gessell, y expusieron allí que Matías Benicelli, Máximo Thomsen, Ciro y Luciano Pertossi, y Enzo Comelli fueron condenados a cadena perpetua. Mientras que Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi, recibieron una condena menor al ser considerados como partícipes secundarios del crimen de Fernando.
Luego del veredicto brindado por los magistrados, acordarán entre la defensa y la querella cuándo será el día que se informe la condena en particular que le tocará a cada imputado, a partir de la participación que se pudo comprobar en el lugar de los hechos.
Durante el episodio, el defensor Hugo Tomei pidió que sus representados escuchen el veredicto de pie, algo que le fue concedido por los magistrados. Por otro lado, el Tribunal por unanimidad resolvió "rechazar el planteo de nulidad de la defensa" que pedía la nulidad del proceso.
Finalmente, el Tribunal brindó el veredicto condenatorio a Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi, por ser coautores penalmente responsables de "los delitos de homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, y por alevosía, en concurso ideal con lesiones leves. De conformidad con lo normado por los artículos 80 incisos 2do y 6to, 54, 89 y 45 del Código Penal, hecho cometido en Villa Gesell el 18 de enero de 2020, en perjuicio de quien en vida fuera Fernando Báez Sosa, a la pena de prisión perpetua, accesorias legales, más el pago de las costas procesales. Artículos 5, 29 Inciso 3, 40, 41 del Código Penal, artículos 530 y 531 del Código Procesal Penal"
A Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi, los condenaron a "como partícipes secundarios del hecho que fuera calificado como homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, y por alevosía, en concurso ideal por lesiones leves, de conformidad por lo normado por los artículos 80 incisos 2do y 6to, 54, 89 y 65 del Código Penal, a la pena de 15 años de prisión, accesorias legales y pago de costas procesales".
Del mareo de Máximo al desgarrador llanto de su mamá: la sentencia por dentro
Por otro lado, se refirieron al presunto falso testimonio de los amigos de los rugbiers. "Atento al requerimiento efectuado por los representantes del Ministerio Público Fiscal (MPF), con relación al inicio de actuaciones por la presunta comisión del delito de falso testimonio respecto de Juan Pedro Guarino y Tomás Colazo, por secretaría póngase a disposición de los mismos, la presente causa, como así también el registro de la grabación del juicio, a los efectos que estimen corresponder", delcararon.Cuando estaban leyendo la parte donde aclaraban que debía "regular honorarios profesionales en favor de los representantes del particular damnificado", Máximo Thomsen se desmayó y la lectura tuvo que ser interrumpida. "Saquen a todos los periodistas de acá. La reputa que los parió", gritó la mamá de Thomsen. "No soporto más nada", agregó. Luego continuaron con lo dictaminado.
A principios de este mes habían sido los alegatos y allí se pudo desnudar la estrategia judicial de Tomei, defensor de los imputados, quien en la última instancia posible del debate expuso el juicio social que sus defendidos habían sufrido durante los últimos años, además de hacerlos pedir perdón uno por uno por lo sucedido. Por otro lado, durante toda su exposición que duró algo más de una hora, nunca leyó nada, tras el reclamo que le había hecho al abogado de parte Fernando Burlando, quien durante su exposición final sí leyó largos tramos de la causa, rompiendo el código establecido, y en los ojos de los jueces.
La querella había hecho una exposición más larga en la cual, además de Burlando, también lo hicieron los abogados Fabián y Facundo Améndola, quienes repasaron toda la carga probatoria contra los imputados. Muy parecida había sido la ponencia de los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García.
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De esta manera, los fiscales y la querella, a cargo de Burlando, Fabián Améndola y su hijo, Facundo, en los alegatos finales habían pedido perpetua para los ocho acusados. Los funcionarios públicos y los abogados de los padres de Fernando Báez Sosa, Graciela y Silvino, habían entendido que los rugbiers mataron a Fernando de manera premeditada y con alevosía aquella madrugada de 2020 frente al boliche Le Brique. Mientras que la defensa a cargo de Hugo Tomei había pedido tras su alegato desde la absolución de todos por “nulidades procesales” hasta un homicidio con dolo eventual.
El tiempo perdido fue el eje en el cual tanto la querella como la defensa se movieron durante las 13 audiencias en la cual declararon más de 30 testigos, muchos de ellos presenciales. Con la fuerte carga probatoria fílmica del caso, fue difícil que los testimonios logren la contundencia de los videos, aunque el Tirbunal tuvo que discernir cuáles de ellos pudieron dar un reflejo fiel de lo ocurrido y cuales no lograron esclarecer qué ocurrió en los momentos que no quedaron grabados.
La determinación de dos condenas distintas, es una demostración de lo que no pudo llegar a demostrar la querella. Aun con el ADN de Blas en las uñas de Fernando, como determinó la pericia, el Tribunal lo metió dentro del grupo de los que recibirán 15 años.