En 2015, el sommelier Luciano "Lucky" Sosto fue condenado a cadena perpetua por el homicidio de Estela Garcilazo, su madre. Desde diciembre de 2013 está preso en el penal de Marcos Paz.
Sosto había sido condenado por el crimen de su madre por un tribunal oral. El acusado y su padre siempre sostuvieron que era inocente y había sido condenado sin pruebas.
Pero hoy la Sala I de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional decidió su absolución, la anulación de la sentencia y que recupere de inmediato su libertad.
Luciano "Lucky" Sosto fue absuelto hoy.
El abogado de Sosto, Tomás Farini Duggan sostuvo que su defendido "pensaba que la mamá estaba viva y que no cometió dicho crimen. A la vez no rechaza el hecho de que la mujer fue violada y asesinada. "La pericia fue muy cuestionada", indicó.
El tribunal que lo juzgó, hace cuatro años, estableció que, el 26 de diciembre de 2013, Sosto estranguló a Garcilazo, de 69 años, tras haber discutido por dinero. Ambos vivían en el edificio de la calle Seguí 4444, él en el 5° B y ella en el 4°B.
Por aquella época, Sosto era un prestigioso sommelier en el ambiente local. En esos días también consumía cocaína y recurría a los servicios de taxi boys casi a diario. En ese contexto, la jueza Diana Goral sostuvo que chocaba constantemente con su madre porque necesitaba financiar esos hábitos.
Sosto fue encarcelado en diciembre de 2013.
El sommelier llamó al servicio de emergencias horas después de la data de muerte establecida, afirmando que Garcilazo estaba convulsionando. Para la magistrada ello fue decisivo para su condena, aunque no se encontró ADN de "Lucky" en el cadáver, ni marcas de lucha en el cuerpo del acusado aunque Estela presentaba lesiones compatibles con acciones de defensa.
Durante el juicio la presencia de fosfatasa ácida prostática (una proteína del semen) hallada en la zona vaginal de Garcilazo, despertó todas las polémicas y arrojaron que la presencia de ese elemento no necesariamente determinaba la existencia de un ataque sexual.
La defensa, encabezada por Guillermo Schmidt y Juan José Avila, apuntó a que la mujer fue violada antes de morir y que Sosto nunca podría haber sido el autor del abuso. Este hecho, en principio, también le fue imputado por la fiscalía para luego ser desestimado por completo.
En primera persona
"Este es un caso típico de desidia judicial", dijo Sosto meses atrás en una entrevista exclusiva con BigBang."Si el caso no se hubiera vuelto mediático esto se hubiera hecho de otra manera. Con pocas pruebas, por las dudas te dejan en 'cana'. Eso es totalmente incompatible con el principio de inocencia".
"La única prueba es la llamada telefónica de auxilio y a eso lo mal interpretaron como coartada", agrega. "¡Mirá si me voy a poner a pensar en ese momento! Se nota en la forma que hablo, se nota que estaba desbordado por la situación".
Luciano Sosto era un prestigioso sommelier al ser detenido.
"Lucky" asegura que ese día bajó al departamento de su madre, la halló tirada en el piso y sólo atinó a abrazarla. "Yo a mi mamá la amaba con toda mi alma y mi vieja tenía adoración por mi", subraya.
Y su constante alegato fue apoyado no sólo por su padre Carlos sino por varios compañeros del universo gastronómico.
"Yo creo que hasta los penitenciarios acá creen en mi inocencia", declara el sommelier relatando que en Marcos Paz pasaba sus horas realizando tareas administrativas y ejercitándose físicamente.
"Era un p... de Palermo y en la cárcel me tuve que curtir bien curtido. Había cosas básicas que no sabía hacer porque me habían educado como un niño burgués", confiesa.
Sosto además señala que tuvo que enfrentar los códigos carcelarios en relación a su sexualidad. "Muchos no se bancaban que fuera gay, pero al mismo tiempo macho", explica. "Por eso decidí ser un preso modelo, ejercitar la observación y mantener mi cuerpo en buen estado. Me supe defender desde el principio".
En la cárcel se convirtió en otra persona para "sobrevivir".
"Acá la fraternidad está muy mal vista, cada uno se tiene que cuidar solo", continúa. "Cuando hacés 'yunta' con alguien, te sacan enseguida y te cambian de pabellón. Como ya llevo tiempo en el módulo me siento más respetado, pero no me quiero ni enterar lo que puedan llegar a decir de mí. No hay forma de que esto no te genere una secuela, muchas veces te tenés que convertir en otra persona para sobrevivir".
"Antes de llegar era un adicto a la cocaína, estaba en un plan sabático y esto fue un desenlace tremendo", rememora. "Esto me hizo empezar a reencontrarme con amigos con los que estuvimos distantes y que están haciendo mucho por mi desde un lugar de misericordia".