El femicidio de Sabrina González, la mujer de 36 años que fue asesinada a golpes y puñaladas en una vivienda de Virrey del Pino en el 2014 por su pareja, José Antonio Castellanos, continúa impune, ya que el único acusado permanece prófugo desde que ocurrió el hecho.
Aunque la UFI N°3 de La Matanza lleva adelante la investigación, lo cierto es que a 6 años del brutal crimen, la causa está paralizada y la familia de González reclama que se haga justicia.
"Los primeros dos años la investigación estuvo funcionando, porque cuando sucede el femicidio, desde el programa de victimas le asignaron a mi tía un abogado que pidió la captura internacional de Castellanos. Mis hermanos y yo éramos menores, así que ella llevaba adelante la causa. Después, como la fiscalía ya no lo buscaba, la abogada dejó de intervenir por falta de información, y cuando cumplí la mayoría de edad hace 3 años, me presenté como querellante", explicó Daira Sayavedra, hija de Sabrina.
Según su relato, la causa está parada, aunque pasó por distintas etapas. De hecho, le han llegado muchos comentarios de personas que aseguraron haber visto a Castellanos cerca del lugar donde antes vivía, por lo que en varias ocasiones aportó ante la Policía los datos que le habían brindado los vecinos, aunque los investigadores le sugerían que ella misma se fuera a fijar si la información era cierta.
"A raíz de eta situación, decidimos con algunas compañeras amigas de mi mamá, conformar una mesa de trabajo, y empezamos a viralizar el caso en las redes sociales para que todos sepan que hace seis años que mi mama fue victima de femicidio", se lamentó.
Como el pasado 3 de noviembre se cumplió otro aniversario del asesinato de Sabrina, su hija, junto a los allegados de la víctima, se manifestaron en la puerta de la fiscalía, y el secretario del fiscal los atendió.
"Nos atendió el secretario de Gastón Duplaá y nos comunicó que la causa no está cerrada. Mi miedo era ese, todavía no se cumplió el plazo para que la cierren, pero al no haber un apresado, pueden cajonearla. Después lo que nos planteó es que la causa tiene una línea de investigación, en las que hay indicios en los que ellos pueden seguir investigando y quizás dar con el femicida", agregó Daira.
La investigación tuvo varios fiscales, y por eso mismo, pasó por diferentes momentos. Actualmente el juez a cargo es Rubén Ochipinti, aunque nunca se pudo dar con el paradero del acusado, quien, según cree Daira, no salió del país. "Si yo lo veo al femicida, aviso enseguida al Policía, de hecho hace poco que fui a la casa, pero no lo encontré", explicó.
Incluso, en el 2018 se montó un operativo para poder dar con él después de que se descubriera que viajaba desde Santiago del Estero (de donde es oriundo) hasta Virrey del Pino, aunque los investigadores no se dieron cuenta que el micro tenía otra parada previa, y se escapó una vez más.
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"Después del hecho, en 2014 él viajó a Santiago del Estero. Allá había familiares que lo cubrían. Estuvo yendo y viniendo y en 2018 sabemos que se tomó un micro para acá. De Virrey del Pino salen un montón de micros clandestinos que vienen desde las provincias, y de hecho en una oportunidad el padre fue a comprar un pasaje diciendo que su hijo lo necesitaba porque había matado a alguien", aseguró la joven.
El femicidio de Sabrina
Durante casi 8 meses, Sabrina González y José Antonio Castellanos fueron pareja, y aunque al principio la relación marchaba bien, con el paso del tiempo las cosas se complicaron porque él empezó a querer prohibirle ciertas cosas."Ella era una persona libre, que tenía un montón de amistades, había conseguido un trabajo en la clínica Eva Perón de Ramos Mejía, y además militaba en una entidad peronista del barrio. Después conoció a este sujeto, y como empezó a tener actitudes violentas, por ejemplo le prohibía juntarse con sus amistades y hasta llegó a mandarle mensajes de otro teléfono diciendo que le iba a matar a los hijos, ahí es cuando mi mamá se asustó, y nos manda a nosotros (los tres hermanos) a la casa de mi abuela a Laferrere y él aprovechó para quedarse sola con ella". contó Daira.
Según pudieron reconstruir los investigadores, la principal hipótesis es que el 3 noviembre de 2014 el violento citó a González en la casa de su padre, ubicada en el barrio El Sapito, donde finalmente la terminó matando a golpes y puñaladas, y donde también su cuerpo fue encontrado cinco días después.
Tras el ataque, Castellanos se dio a la fuga, pero antes, pasó por la casa de la víctima a agarrar algunas cosas. "Nosotros vivíamos del otro lado del barrio, cruzando la ruta, ahí lo reconoció un vecino que lo vio todo mojado, como si fuese que se había limpiado la sangre. Fue hasta mi casa, dejó la ropa con la que la había asesinado y se dio a la fuga", explicó la hija de Sabrina.
Sobre el día en que apareció el cuerpo de su mamá, a pesar de que ella era solo una adolescente, recuerda que fue la hermana del supuesto femicida quien encontró el cadáver, después de haber notado que la vivienda estaba cerrada con candando. Como su padre había viajado a Santiago del Estero, entró a la propiedad para ver si podía ingresar por la puerta trasera, y al levantar una ventana, descubrió el horror.
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Aunque Castellanos no tenía denuncias previas, se sabía que había sido violento con otras mujeres, y de hecho, la madre de su único hijo, aseguró que él la había agredido y que por eso se habían separado."Yo no tengo dudas de que la familia es cómplice. Hasta el día de hoy lo cubren. Ellos se hablan y eso es lo que nos puede servir para encontrarlo", cerró aún esperanzada.