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De la búsqueda al desgarro: el drama de la familia del mochilero muerto en Perú

Federico Farías, de 21 años, estaba desaparecido desde el 4 de mayo en Perú. Su cuerpo fue hallado hace tres días en Machu Picchu. Su familia pide ayuda para repatriar el cuerpo de su hijo.

13 Junio de 2017 18:54
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Más de dos meses fue lo que duró la intensa búsqueda por el paradero de Federico Farías, de 21 años, quien había desaparecido en Perú.

El joven de Miramar había viajado como mochilero junto con sus amigos, disfrutando de las bellezas naturales y culturales del país inca cuando poco a poco ellos comenzaron a volver a Argentina. Sin embargo, antes de regresar a Argentina había un último destino el cual él quería visitar: las Ruinas de Machu Picchu.

Federico Farías habría tomado un camino alternativo en su excusión a Machu Picchu

Solo y como parada previa antes de volver a su casa, Federico se comunicó con su familia el 4 de mayo en Aguas Calientes, camino a las ruinas. A la distancia, esta terminaría siendo una comunicación distinta a las demás: era la última.

Había dejado sus pertenencias en un hostel, emprendiendo el camino a Machu Picchu con la intención de quien planea desviarse ligeramente y luego regresar. Cuando su familia dejó de recibir llamados de su parte, supieron que algo extraño estaba pasando.

La búsqueda de Fede, el incesante drama de la familia Farías

"Nosotros siempre estuvimos en contacto; nunca pasaban más de 4 días sin que habláramos", contó a BigBangNews Alejandra, madre de Federico. La alarma no los paralizó y rápidamente comenzaron a darse a la búsqueda del joven: un grupo de Facebook dedicado a compartir información sobre el caso, declaraciones a los medios y contactos con la cancillería argentina y las autoridades peruanas fueron tan sólo algunas de las medidas tomadas por los familiares de Fede.

Cuando se supo el 31 de mayo que había aparecido un cuerpo sin vida entre Cusco y la ciudad sagrada de los Incas, en el río Vilcanota, la sospecha de que podía pertenecer a Federico flotaba en el aire. A pesar de la negativa a reconocer el dolor más grande, el de la pérdida de un hijo, la verdad se terminaba imponiendo, dura y fría: un examen de ADN confirmaba que efectivamente se trataba de Fede.

Desde este punto en adelante no sólo comenzaba el inimaginablemente doloroso proceso del duelo de un padre por su hijo, sino también otro más, nunca contemplado. El de la burocracia, el del trámite y lo legal. Es que Federico murió en un país distinto al de su origen, y los análisis para confirmar su identidad, los viajes a Perú en su búsqueda y demás particularidades de la odisea tenían su costo. Y también lo tiene ahora el repatriamiento del cuerpo del joven, el cual aguarda ser enterrado por sus familiares.

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"Tentativamente 7 mil dólares es lo que cuesta repatriar el cuerpo hasta Ezeiza", cuenta Alejandra. Si hay algo que caracterizará el juntar aquella suma de dinero será el hecho de hacerlo todo a pulmón, en base al esfuerzo de quien no baja los brazos: las autoridades no cubrirán la suma de dinero y si bien el contacto con Cancillería estuvo presente, no se ocupan de este proceso.

"La solidaridad" es lo que explica la madre de Federico como lo más importante en estos últimos días de dolor. Su esposo y padre de Federico, Alfredo Farías, sigue allá, alojado por la compasión y ayuda del pueblo peruano. Su otro hijo, Nicolás, también había acudido a Perú a seguir con la búsqueda de su hermano, pero había tenido que regresar "porque no estaba en condiciones de seguir". Ya en ese punto la gente había colaborado: el análisis de ADN y la vuelta de Nico habían sido posibles por la caridad.

Una cuenta corriente abierta a colaboraciones, la clave para ayudar a la familia de Fede

Hoy en día, esta es más importante que nunca, ante el desafío de tener que juntar la cantidad de dólares necesaria para regresar a Federico a su país y con el panorama de autoridades que "no se ocupan". Si bien el peso de los trámites se hace difícil de cargar (Alejandra confiesa que la familia se encuentra endeudada), una cuenta corriente a nombre de la familia en la que la gente puede aportar es la respuesta. Antes de cerrar la conversación, la madre de Federico nos recuerda la importancia de ella.

Teniendo en cuenta la diferencia que puede hacer, la responsabilidad de compartir las formas de colaborar con la familia es ineludible.

Cuenta corriente a nombre de Alfredo Rodolfo Farías:

401289880957

CBU: 00700955-30004012898870

CUIL: 23224974159

Teléfono de contacto:

4194-1839