Cuando tras los festejos por la victoria argentina en Cuartos de Final del Mundial de Qatar 2022 desaparecieron Lucas Escalante y Lautaro Morello en el municipio bonaerense de Florencio Varela, hubo un evento que graficó la complejidad de lo que se vendría: hallaron dos cuerpos en un descampado de la zona, pero ninguno era de ellos. Este hecho expuso que los ajustes de cuenta en la zona eran más bien algo regular.
Finalmente, los meses y la investigación dieron con los presuntos responsables: el hijo y el sobrino del ex comisario detenido Francisco Centurión. En marzo comenzará el juicio en el que buscarán descifrar otros misterios del caso, y en el cual se avanzará, además, sobre otros tres uniformados implicados.
La fecha tiene mucho que ver. Un día como hoy, hace exactamente tres meses, ambas víctimas fueron a festejar por la victoria de "La Scaloneta" sobre Países Bajos, que dejaría al equipo en las Semifinales. En ese marco, luego se supo que ambos fueron detrás de una "oferta" de nafta que le habían dado los familiares de Centurión, Cristian y Maximiliano.
Tanto el comisario como el hijo y su sobrino son parte de los imputados. Los otros tres son los efectivos Luis Zaracho, Sergio Enrique Argañaraz y Ramiro Yair Forchinito. El delito por el que serán juzgados desde el año que viene, cuando en marzo de 2025 comience el debate oral en el Tribunal Oral Criminal N° 2, es el de homicidio doblemente agravado por alevosía y ensañamiento, privación ilegítima de la libertad y encubrimiento.
Según el relato del fiscal Daniel Ichazo, los familiares del comisario "estrangularon y propinaron golpes a Morello con claras intenciones de darle muerte, provocándole múltiples heridas en el cráneo y mandíbula, y finalmente causando su óbito por estrangulamiento". Cabe recordar que este cuerpo fue el único de los dos que apareció, días después y luego de que seis días intentaran quemarlo para borrar evidencias.
En ese sentido, Ichazo aseguró en la investigación que, tras lo ocurrido, Escalante fue secuestrado y así se mantuvo algunos días más en la casa de Centurión. Los cálculos son que a él también lo mataron y escondieron su cuerpo, aunque hasta el momento no se pudo dar con el paradero de este.
La aparición de dos cuerpos que nada tenían que ver con el caso a las pocas horas de su desaparición fueron la punta de un iceberg en el que, bajo el agua, había mafias policiales, sadismo y torturas. Cuando hallaron a Escalante en el descampado cercano a la autopista Buen Ayre, se supo que este murió por asfixia y que durante su secuestro fue torturado: tenía un dedo cortado y múltiples fracturas.