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De película: persecución, tiroteo, choque y muerte frente al Hospital Evita

Acorralados por la policía, dos delincuentes abandonaron a su cómplice herido en la puerta y terminaron chocando contra las rejas perimetrales, donde fueron detenidos. El raid había comenzado en Lomas de Zamora.

28 Noviembre de 2016 18:14
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Robo, raid, tiros, choque y muerte frente a un hospital. Parece una escena de película policial clásica, pero ocurrió en Lanús, en otro hecho de la cotidiana inseguridad.

Un asaltante murió en la entrada del Hospital Evita, donde fue abandonado malherido por sus propios cómplices en medio de una persecución y un tiroteo con la policía: terminaron chocando su auto contra el mismo centro asistencial y allí fueron detenidos.

El frente del Hospital Evita, escenario de una escena de película.

Según fuentes policiales, todo empezó en el partido de Lomas de Zamora, en el sur del conurbano bonaerense, donde tres delincuentes que se desplazaban en un auto Volkswagen Gol color rojo se enfrentaron a balazos con un policía local al que le quisieron robar.

El maleante que murió recibió un balazo en el tiroteo, por lo que sus compañeros quisieron llevarlo al hospital de Lanús para que le dieran atención médica.  Pero cuando se dirigían al centro asistencial eludieron un control policial y se originó una persecución que dio lugar a un nuevo tiroteo.

El malviviente fallecido fue arrojado por sus compañeros en la puerta del centro asistencial.

Al llegar al hospital, los ladrones arrojaron a su compañero malherido y quisieron continuar la fuga, pero fueron interceptados por personal de la Policía Bonaerense y hubo un nuevo intercambio de disparos. 

Los malvivientes terminaron chocando contra las rejas perimetrales del centro sanitario, y pretendieron escapar corriendo, pero fueron detenidos a los pocos metros. Entretanto, los médicos comprobaron que el ladrón herido había muerto por un balazo en la zona del abdomen.

Las fuentes policiales identificaron al fallecido como Eric Lezcano, de 21 años, y a los detenidos como Cristian Bueno, de 23, y Diego Sevilán, de 21, a los que la policía les secuestró una pistola calibre 9 milímetros y un revólver calibre 32.