Diego Cagliero tenía 30 años, convivía con su novia y su padre, y dentro de pocos meses iba a convertirse por primera vez en papá. Sin embargo, el pasado 19 de mayo fue asesinado en Martín Coronado, Tres de Febrero, en un confuso episodio con la Policía de la provincia de Buenos Aires, en el que existen versiones cruzadas.
Aunque en un primer momento las fuerzas de seguridad aseguraron que una banda compuesta por ocho ladrones había querido robar un supermercado, la Justicia ahora investiga si en realidad no se trató de un caso de gatillo fácil, en el que Cagliero perdió la vida por un disparo que recibió en su nuca mientras circulaba dentro de una camioneta con amigos. "No murió más gente porque Dios no quiso. Los policías hicieron un desastre y no están detenidos. Para mi fue la tragedia más terrible", dijo a BigBang Raúl Cagliero, el papá del chico fallecido.
Según contó a este portal, el domingo 19 de mayo él y su hijo fueron por la mañana al velorio de una persona muy cercana. Se trataba de un amigo íntimo de Diego, quien murió luego de haber sufrido un ataque de asma. La noticia fue tan fuerte para los dos, que juntos fueron a despedir al joven, y antes de irse de nuevo para su hogar, Cagliero le dijo a su padre que iba a almorzar con unos amigos y que después regresaba. "A eso de la 1:30 terminó el velorio, 2:30 lo mataron a Diego. Ellos fueron al supermercado Día (ubicado en Juan Domingo Perón al 7300) y ahí hubo un problema, uno de los amigos de él se quiso llevar una botella o una petaca sin pagar, pero a Diego siempre se lo ve que está haciendo la fila para comprar", aseguró.
El papá de Cagliero está seguro de que su hijo nunca se hubiera llevado nada del mercado sin pagar, como así también está seguro de que al joven lo mató la policía por error. "En las cámaras del supermercado se ve que Diego está haciendo la fila para pagar, y en un momento se da vuelta, porque los amigos discutían. Él estaba haciendo la fila con un amigo, y se ve que los dos salen del lugar para ver qué pasaba. Ahí el seguridad del lugar llama al 911 y dice que un grupo comando entró a robar con armas", explicó Raúl Cagliero, y así le dio forma a la primera versión policial que empezó a circular ya el mismo domingo.
En algunos medios de comunicación y, en las mismas redes sociales de la bonaerense y del propio intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, se jactaban de que habían detenido a una banda de ladrones que había querido robar en un supermercado de Martín Coronado. Incluso, afirmaron que un delincuente había perdido la vida, y que los demás habían sido detenidos gracias al rápido accionar de los oficiales.
Sin embargo, la familia de la víctima no sostiene la misma versión, y están indignados porque creen que este fue un caso de gatillo fácil, donde los policías de la bonaerense dispararon contra una camioneta que tenía un logo de Aysa, sin saber quiénes iban adentro y qué había pasado con ellos."Del supermercado, van a la casa de un amigo para buscar unos bombos, que iban a tocar en una plaza. Según me dijo la fiscal, los policías los miraban por las cámaras de seguridad que hay en la calle, por lo que no había patrulleros que los seguían. Cuando pasan por una comisaría, un patrullero los cruza, y el que conducía se asusta y los esquiva, y un poco más adelante para. La policía dice que escucharon que salió un disparo de la camioneta, y que por eso ellos dispararon", contó.
En la camioneta con el logo de Aysa, iban ocho personas. Además de Diego Cagliero, también estaba arriba el primo del joven que el grupo de amigos había velado apenas horas antes. Él mismo le contó a Raúl que no se habían escapado de la policía, y que se asustaron porque repentinamente aparecieron patrulleros y oficiales que les dispararon.
Según el certificado de defunción del joven fallecido, su muerte fue instantánea porque el tiro que recibió le fue directo a la nuca. "Nada los habilita a disparar (a los policías), había coches en la calle, y podía haber chicos arriba de la camioneta porque no se veía nada en la parte de atrás, era ciega. En las grabaciones de las cámaras de seguridad, se ve que los policías los hacen bajar y poner las manos en alto, y se que ninguno se quiere escapar. Después aparecieron armas en la camioneta, que no creo que sean de mi hijo, porque él nunca uso una", aseguró.
Durante cinco días, los amigos de Cagliero estuvieron demorados, aunque en las últimas horas fueron puestos en libertad porque no hay pruebas en su contra que indiquen que formaron parte de una banda de delincuentes. El único que aún está detenido es el que conducía la camioneta Trafic, la cual estaba en su poder porque es trabajador de la empresa Aysa, ya que tiene antecedentes penales por agresiones luego de haber protagonizado una pelea.
"Estaban detenidos por robo en banda, y el juez los liberó. El único que quedó detenido ni siquiera bajó al mercado a comprar", dijo, y cuestionó que los policías que participaron del hecho no fueron apartados de sus funciones, y mucho menos llegaron a estar apresados.La causa está a cargo de Fiscalía N°5 de San Martín, y desde que ocurrió el hecho, la fiscal Gabriela Disnan ordenó una serie de medidas, entre las que se encuentran el secuestro de las cámaras del supermercado, las pericias balísticas de las armas secuestradas hechas por las Gendarmería, las pericias en la camioneta y las pruebas para saber si alguno de los que iba en la camioneta disparó.
El papá de Cagliero dijo que por ahora se sabe que la camioneta recibió 11 disparos, pero que desde adentro no se registró ningún impacto. Además, indicó que dentro del vehículo se hallaron dos armas, pero que ninguna de ellas se usaron antes del hecho.
"Los policías siguen armados trabajando. No podés dejarlo en la calle armado porque yo tengo una familia y tengo que andar cuidándome, tengo miedo", confesó, al mismo tiempo que añadió que el miércoles tendrá una reunión con el intendente Diego Valenzuela, quien lo llamó para ofrecerle sus condolencias después de haber puesto en Twitter que su hijo era parte de una banda de ladrones.
Según Raúl, su hijo era muy querido por sus amigos, tanto, que en el velorio tuvieron que hacer fila para poder entrar a despedirlo. El dolor de su muerte injusta, también está teñido de cierta esperanza, porque la novia del joven fallecido está embarazada de cinco meses, y recientemente se confirmó que se trata de un varón.
Diego Cagliero trabajó hasta finales de febrero en una empresa que hacía mantenimiento de autopistas, y cuando se acabó la concesión, decidió abocarse a los trabajos de pintura mientras enviaba curriculums para conseguir otro empleo. Junto a su novia, los dos vivían en la casa de Raúl, una vivienda llena de felicidad por la llegada del nuevo integrante a la familia. "Él estaba muy feliz con su hijo. Por suerte el bebé está bien, su mamá esta triste pero aguanta. Ella está con sus papás, pero quiere venir a casa para sentir el olor de Diego", cerró.