28 Diciembre de 2022 13:42
Los casos de abuso sexual infantil por parte de los responsables de los establecimientos educativos no paran de aumentar y los padres están cada vez más preocupados. Ayer por la tarde se vivió una fuerte situación en el jardín de Infantes 949 de Isidro Casanova, cuando un grupo de padres se acercó al lugar para denunciar al portero de la institución por "abuso sexual" y exigir justicia.
Lo que sucedió fue que hubo al menos 20 denuncias de abuso sexual por parte de los padres de los menores que concurren a la institución, los cuales tiene aproximadamente cuatro años, motivo por el cual se ocasionaron destrozos. En una primera instancia los familiares de las víctimas vandalizaron y rompieron el frente del jardín para luego ir a la parte trasera y prender fuego uno de los toboganes que se encontraba allí.
Esto mismo hicieron en la casa de Carlos, el acusado que desempeña tareas de portería en el centro de aprendizajes para niños. Si bien la casa del hombre quedó totalmente destruida y arruinada, cuando intentaron ver si lo podían atrapar o al menos acorralar, se dieron cuenta que éste no estaba presente en ese momento en el hogar. Desde ese entonces no se sabe nada de él y continúa prófugo.
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La causa está en manos de la UFI N°2 de La Matanza, especializada en Conflictos sociales. En la investigación se logró constatar un dato importante gracias a que una de las madres notó algo raro en el momento que dejó ir a su hijo solo al baño, ya que tuvo un "extraño" comportamiento, no lo dejó pasar y lo llevó al pediatra. Pero el desenlace fue empeorando.
Es el médico quien le dice a la mujer que fuera a realizar la denuncia correspondiente a una comisaría, ya que cuando lo revisó encontró algo que si bien no se determinó qué fue, sirvió para que incluso hasta el médico forense que lo revisó más tarde, constatara que se trataba de un caso de abuso, y que lo mejor para la madre era alertar al resto de las familias y cuidar a su hijo lo más posible cuando lo necesitara.
Sin embargo, cuando la víctima se sentó con una psicóloga infantil previo a la cámara Gesell no dijo nada. “Eso es habitual. Los chicos necesitan un tiempo para adaptarse y expresarse. No es fácil para ellos, por mas profesional que sea, sentarse con un extraño y contar algo así”, le explicó una fuente judicial a Infobae. Hasta el momento ninguno de los niños pudo hablar con las autoridades psicológicas.