08 Septiembre de 2023 08:37
Inés Guadalupe Villalba, de 27 años, había salido de su casa el jueves 31 de agosto para caminar y jamás regresó. Desde entonces, a raíz de la denuncia de Ramón, su papá, se montó un mega operativo para dar con su paradero. Una cámara de seguridad la había grabado mientras se dirigía hacia una zona de viejas curtiembres, que ya no operaban más, al sur de la localidad entrerriana de La Paz, sobre la margen del río Paraná. Cerca de allí, buzos tácticos, personal de la Prefectura Naval Argentina (PNA), por canes de rastreo, policía montada, más de 50 efectivos policiales y dotaciones de Bomberos Voluntarios por tierra la buscaron sin parar hasta que finalmente encontraron su cuerpo sin vida.
El cuerpo fue hallado por efectivos de la PNA en el margen contrario a la costa y sobre una isla cercana a la localidad de Piedras Blancas, unos 70 kilómetros más al sur, de donde los canes de búsqueda detectaron sus últimos movimientos. En un comunicado, la Policía entrerriana explicó que se confirmó que se trata de la joven "por las vestimentas que llevaba el cuerpo",.
De esta manera y por orden del fiscal Facundo Barbosa, que lleva adelante la causa, fue trasladado al hospital de la localidad de Hernandarias y en las próximas horas se le realizará la autopsia en la morgue judicial de Oro Verde. El padre de la joven al realizar la denuncia había aclarado que Inés, quien tiene una hija de seis años al cuidado de la madre de su ex pareja, se encontraba medicada y bajo tratamiento psiquiátrico.
Siempre de acuerdo con los dichos de su papá, la víctima había sido despedida de su trabajo en un lavadero y se había separado del padre de su hijo a principios del año. De hecho, al menor lo cuidan los abuelos paternos, razón por la cual las autoridades, en principio, descartaron que la ex pareja de Inés esté relacionado con su desaparición y posterior muerte. "Era depresiva, tenía altibajos y estaba medicada”, destacó un investigador.
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Tal y como se puede leer en la causa, los ex compañeros de trabajo, amigas y familiares de la joven de 27 años detallaron que Inés les había manifestado que iba a salir a caminar cerca de las termas locales y el "Parque La Curtiembre", una zona de campings y cabañas en el sur de La Paz. A partir de ese dato, el fiscal y la policía analizaron las cámaras de la ciudad y de domicilios privados y recopilaron imágenes donde se la ve salir de la casa de una amiga.Luego, se dirige al domicilio de sus padres, donde dejó su celular, su DNI y tarjetas, y se minutos después, comienza a caminar hacia la zona de campings. El subjefe de la Jefatura policial Departamental La Paz, Gerardo Schumacher, había destacado que los canes de búsqueda "detectaron el paso de Inés en las zonas del baño, parrillas y caminos de senderismo", pero el animal "pierde el rastro en la la costa cercana".
Por este motivo, los buzos tácticos y efectivos de la Prefectura realizaron inmersiones en la zona, en 100 metros de costa por 20 metros hacia el interior del río, que no arrojaron resultados positivos. Finalmente, luego de varios días de intensa búsqueda, el cuerpo fue descubierto por efectivos de la Prefectura Naval Argentina en la orilla opuesta a la costa, cerca de la localidad de Piedras Blancas, a unos 70 kilómetros al sur de donde se registraron sus últimos movimientos.
La Justicia había detectado en el celular de la joven buscada mensajes de teléfono, llamadas telefónicas, audios y mensajes por WhatsApp con una persona con la que acordaban encontrarse en esa zona, y una comunicación con varios mensajes borrados desde el otro teléfono. Por este motivo, por ahora no descartan cualquier hipótesis y el fiscal espera por el resultado de la autopsia para evaluar los pasos a seguir.
Si bien a simple vista no se hallaron lesiones visibles que le podrían haber provocado la muerte, la Justicia entrerriana avanzará en la investigación para tratar de determinar si se trató de un homicidio. Incluso, el fiscal ordenó dos allanamientos en domicilios sobre calles Tacuarí y otra en Los Aromos, en los que se secuestraron siete celulares para tratar de conocer sus comunicaciones.
Inés medía un 1,70 metros de altura aproximadamente, era de contextura física delgada, tez blanca, cabello color castaño oscuro, y ojos verdes. Había sido vista por última vez el 31 de agosto pasado, cuando vestía una musculosa bordó, unas zapatillas negras y pantalón marrón. Fueron esas vestimentas las que le permitieron a las autoridades reconocer que se trataba de ella a momento de ser encontrada.
Lo llamativo es que durante su búsqueda, la Policía halló restos óseos humanos distribuidos sobre unos montes cercanos a la barranca y en una zona con gran vegetación y de difícil acceso. Los restos fueron analizados por el médico policial, quien explicó que se encontraban "totalmente secos, cuyo origen data de dos años o más, no presentan lesiones", y que no completan un esqueleto, por lo que se realizará un estudio forense para determinar su ADN.