Los allegados al abogado Rubén Carrazone están convencidos de que la Policía Bonaerense lo quiere involucrar en la desaparición de su mujer, Stella Maris Sequeira, de quien no se sabe nada desde el 29 de diciembre último, pese a que existen varias hipótesis que deberían ser seguidas con la misma atención para entender una trama compleja. Carrazzone dijo desde un principio que la policía le estaba pasando “un vuelto”.
“Carrazzone mató a la esposa y nosotros se la vamos a poner”, habría dicho el actual jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi, ante un grupo de periodistas. El abogado se encuentra actualmente en un limbo judicial: no participa como querellante en la causa, pero tampoco se le informó que se encuentre formalmente imputado por la desaparición de su mujer. De todos modos, se analiza pedir que Bressi declarare en el expediente, para rechazar o confirmar esas declaraciones.
La investigación por la desaparición de la mujer se inició por la denuncia del abogado. Stella Maris fue vista por última vez el 29 de diciembre: esa noche tenía previsto salir con unas amigas. El 30 se iba a reunir con su pareja para almorzar y celebrar su cumpleaños 60, junto con un grupo de amigos. La pareja comparte una quinta en Ezeiza, pero esa noche Stella Maris no volvió a dormir.
Según cuentan allegados a la pareja, era habitual que Stella Maris saliera con amigas y que alguna vez no volviera a dormir a su casa, por eso al abogado no le llamó la atención la ausencia. Pero el mediodía del 30 comenzó a llamar a los amigas y conocidas de su mujer, porque no tenía respondía al teléfono y no tenía ningún dato de ella.
La denuncia formal en la policía de Ezeiza se la tomaron recién el 1 de enero, después de que Carrazzone declarara que el 31 recibió una llamada en la que le pedían un rescate de 80 mil dólares para liberar a su esposa. Después de hacer la denuncia, Carrazzone recibió otra llamada: “fuiste con la gorra, ahora vas a tener que esperar”. Después ya no tuvo más contactos.
El martes de la semana pasada, la policía detuvo a Miguel Angel Franco, luego de haber realizado diversos cruces telefónicos, con lo cual se habría probado que una de las supuestas llamadas extorsivas al abogado las había realizado Franco, quien declaró dos veces en indagatoria. Su situación debe ser resuelta por el juez federal de Lomas de Zamora, Alberto Patricio Santamarina.
Carrazzone actuó en varios casos mediáticos.
Durante el 30 y el 31 Carrazzone, dicen sus allegados, estuvo buscando a su mujer en los lugares que solía frecuentar. En ese mismo lapso, una hija de Stella Maris, llamada Solange, se presentó en la comisaría de Ezeiza para presentar una denuncia por paradero por la desaparición de su madre.
Lo extraño es que la dos mujeres no se hablan desde hace cinco años. Solange habría dicho en su denuncia dejaron de verse después de que Carrazzone la golpeó a su mamá. Sin embargo, allegados al abogado dicen que la historia es otra: que la joven golpeó en la cabeza a su madre, quien sufrió una fisura en el cráneo. Desde entonces no se volvieron a ver. Además, no le habría permitido conocer a su nieto.
Los allegados a Carrazzone dicen que hay otra pista que debería investigarse. Stella Maris era socia en un restaurante en la zona de Lobos y reclamaba que le devolvieran un dinero que había invertido; se sentía estafada. También dicen que ella solía frecuentar a un pai umbanda, llamado Pepe, a quien consultaba. Y que es una mujer muy sociable, muy habladora. Todas hipótesis o pistas que deberían ser investigadas, además de la de Carrazzone, algo habitual desde la lógica policial: investigar primero al círculo más cercano.
Carrazzone fue el abogado de Jonathan Bianchi.
La pista de Saladillo
Carrazzone está convencido de que la desaparición de su mujer está directamente vinculada con su actuación en el caso del homicidio de Marisol Oyhanart, la maestra jardinera de 38 años asesinada en la ciudad de Saladillo, entre la noche del 14 y el 15 de abril de 2014, después de haber sido torturada con el encendedor de un automóvil en la zona del pubis.
Carrazzone fue el abogado en esa causa de Jonathan Bianchi, un perejil que fue imputado por el homicidio y luego fue desvinculado del caso. El abogado probó que Bianchi no tenía nada que ver con el crimen de Marisol, ya que el día de la muerte de la mujer él no estaba en Saladillo, una ciudad situada a 180 kilómetros de Buenos Aires. Y denunció que los policías habían actuado adrede en contra de su cliente para encubrir al verdadero homicida, un poderoso productor agropecuario de la zona, quien habría cobrado suculentos sobornos para que lo dejaran fuera de la investigación, algo que consiguió hasta ahora.
Bianchi denunció que luego de haber sido liberado y desligado del caso, fue secuestrado y golpeado por desconocidos, que lo dejaron tirado, atado de pies y manos en el costado de una ruta. Uno de los policías sospechados de encubrir en el crimen de Oyhanart fue trasladado a Lobos y ascendido hace unos meses. En la causa por el crimen de la mujer hubo varios avances en los últimos meses del año pasado, que podrían dar un vuelco en la causa y confirmar la trama de encubrimiento policial y judicial.