Fabián Ezequiel González Rojas está detenido hace un año en el penal de San Martin acusado de haber asesinado a Sheila Ayala, la nena de 10 años que fue encontrada muerta en San Miguel tras varios días de búsqueda. Aunque hasta hace algunos días el hombre de nacionalidad paraguaya era el único acusado como responsable del crimen, se supo que recientemente declaró ante el fiscal de la causa y que en su descargo reveló que en realidad quien asesinó a la niña fue su primo, un hombre que vivía en el mismo asentamiento ilegal.

En comunicación con BigBang, el abogado Hugo Icazati, quien representó a Leonela Ayala, la tía de la menor, cuando quedó detenida por el delito de "homicidio agravado por alevosía", contó que la semana pasada González Rojas pidió declarar ante el fiscal de la causa, Gustavo Carracedo, con el objetivo de limpiar su imagen y confirmar que sabe quién mató a la pequeña.

Carracedo ya tuvo acceso al expediente, por lo que explicó que el acusado confesó que vio como su primo subía a una camioneta una bolsa bolsa con un cuerpo que habita sacado de su casa. "Dijo que estaba tomando tereré en el balcón y que vio los movimientos. Confirmó que vio una bolsa con un cuerpo", explicó el letrado.

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Suárez vivía en el mismo asentamiento que Sheila, conocido como predio Tupasy, y su casa estaba ubicada justo abajo de la de su primo. Es por eso que el acusado dice que vio el descarte del cuerpo, aunque se calló y no llegó a decírselo a nadie antes de ser detenido. 

"Él dijo también que recibió ciertas amenazas policiales. Que el día del allanamiento en su casa la policía lo maltrató y le pegó", sostuvo el abogado, en base a que González Rojas denunció haber recibido amenazas de parte de los policías que fueron a realizar el operativo de búsqueda en el lugar.

En detalle, el detenido indicó que su primo tenía vínculos con estos oficiales, y que cuando lo acusaron a él de haber matado a Sheila, dijo que sabía quien había cometido el crimen en realidad, por lo que los policías le indicaron que no comentara nada si no quería tener problemas.

De este modo, el imputado le explicó al fiscal que durante este año estuvo preso por un supuesto crimen que no cometió porque le habían dicho que lo iban a matar o le iban a hacer algo a sus hijos. "Ahora al tomar conocimiento de que Leonela estaba bajo el cuidado de sus hijos, y que otra vez fue amenazado, él decidió hablar", indicó Carracedo.

Ante esta nueva declaración, fuentes de la causa indicaron que este miércoles se realizó un allanamiento en la vivienda de Suárez, para corroborar la veracidad el contenido del testimonio del detenido, con respecto a ángulos de visión y ubicación de las cosas.

Aunque la causa ya está para ser elevada a juicio, con González Rojas como principal acusado, hay posibilidades de que de un giro si se descubre algo nuevo sobre Suárez y el fiscal decide tomar nuevas medidas.

Hasta el momento, el marido de la tía de Sheila se encuentra detenido como responsable de haber estrangulado a la menor, mientras que Leonela salió en libertad en noviembre del año pasado, por falta de méritos.

"González Rojas va a seguir detenido. Tiene una preventiva confirmada por la Cámara. Leonela está en libertad y fuera de la causa. Se fue del barrio y vive con sus hijos. Ellos están separados, ella no lo va a ver a la cárcel, solo mantienen un vínculo telefónico por los chicos", aseguró el abogado de la tía de la menor fallecida.

Leonela Ayala fue liberada debido a que se pudo comprobar que no estaba en su casa al momento de la desaparición y posterior muerte de su sobrina, debido a que luego de una discusión con su marido, se fue del barrio.

En cambio González Rojas si está acusado de haber estado en su vivienda al momento de haberse cometido el crimen, y los principales elementos que lo unen al delito es que las sábanas con las que ahorcaron a la nena son las de su cama, mientras que el colchón, y otros objetos secuestrados de la bolsa donde apareció Sheila, también son de su propiedad.

El crimen

Sheila Ayala desapareció el domingo 14 de octubre de 2018 al mediodía, mientras jugaba afuera con otros nenes del barrio. Según se pudo reconstruir, la niña estaba en la puerta de la casa de su padre, y repentinamente desapareció y ya nadie la pudo encontrar.

Luego de la intervención policial, y de varios rastrillajes, su cuerpo apareció el jueves por la noche en una medianera lindera al predio de una fábrica, lugar que ya había sido rastrillado antes por los oficiales. Según las pericias realizadas en el cuerpo de la víctima, la niña fue asfixiada el domingo en el que desapareció. Luego del asesinato, su cuerpo fue embolsado y fue encontrado en una bolsa arrojada entre una medianera varios días después.