Desde el pasado viernes 21 de marzo, la vida de Patricia Ribera se detuvo en un torbellino de incertidumbre y angustia. Su hijo, Ezequiel Matías Vergara, de 28 años, desapareció sin dejar rastro en Villa La Angostura, y con cada hora que pasa, la desesperación se hace más grande. No hubo peleas, no hubo signos previos de alarma. Solo una reacción con un corazón en el grupo de WhatsApp familiar, y luego, el silencio.
La jefa de Ezequiel fue quien encendió la primera alarma. Llamó a su madre para avisarle que no se había presentado a trabajar. El desconcierto se transformó en pánico cuando familiares ingresaron a su casa y encontraron una escena perturbadora: sus cosas estaban en orden, su calzado y una campera quedaban abandonados, pero lo más inquietante era un mensaje en la pared. Escrito con determinación, como una despedida que nadie querría leer: "No voy a molestar ni hacer daño a las personas que amo".
La investigación se intensificó rápidamente. Patrulleros recorren las calles con su foto pegada en los vidrios, los medios locales difunden su rostro, y las redes sociales se llenan de pedidos de ayuda. La comunidad de Villa La Angostura, conmocionada, se une en la búsqueda de un joven que, según su familia, podía estar atravesando una profunda crisis emocional.
Sin embargo, un giro inesperado renovó la esperanza: movimientos en su cuenta bancaria el mismo día de su desaparición. Para su padre, Alejandro Vergara, este detalle cambia todo: "Estamos tranquilos en el sentido de que si una persona quiere quitarse la vida, no necesita dinero". La teoría de que Ezequiel dejó la ciudad cobra fuerza. En las terminales no hay registros de pasajes a su nombre, lo que sugiere que pudo haber salido haciendo dedo o con la ayuda de alguien.
Las autoridades pidieron las cámaras de seguridad del cajero donde se realizó la extracción de dinero. Si fue él quien retiró el efectivo, podría ser una pista clave para rastrear sus últimos movimientos. Mientras tanto, su familia no deja de difundir su búsqueda. Nadia, su hermana, compartió un mensaje desgarrador en redes: "No se puede explicar todas las emociones que genera una situación así. Solo pido, en este momento, poder saber que estás bien y que nos reuniremos pronto, amado hermano".
Las imágenes de Ezequiel circulan sin descanso. Mide 1,90 m, tiene tez blanca, cabello corto y contextura robusta. Su cuenta de Instagram refleja a un joven con ilusiones, que se describió con una frase esperanzadora: "Existe al menos un rincón del universo que podés mejorar con toda seguridad". Hoy, su familia solo desea que ese rincón lo traiga de vuelta a casa. La investigación está a cargo de la Fiscalía de Delitos Contra las Personas y cualquier persona que tenga información sobre su paradero puede comunicarse al 294-4494121. Mientras tanto, en Villa La Angostura, la angustia persiste y la esperanza sigue viva.