Nayelly Luján García Servín, de 15 años, desapareció el 23 de octubre en la localidad de Pico Truncado, Santa Cruz, junto a su padrastro, Juan Ignacio Esteban Apaza, de 32 años. Según la denuncia presentada por su madre, la joven no regresó tras haber sido dejada en un instituto de inglés. Incluso, las autoridades del establecimiento confirmaron que Nayelly nunca ingresó al lugar. En los días previos a su desaparición, la madre de la menor descubrió que su hija mantenía una relación con Apaza, con quien mantiene una relación desde hace once años -fue su esposo durante los últimos siete- y con quien tiene hijos en común.
La madre también reveló que Nayelly había intentado huir del hogar familiar anteriormente. A partir de la denuncia, los investigadores analizaron las cámaras de seguridad de la zona, en las que se observa a la adolescente subiendo a la camioneta Ford EcoSport blanca de Apaza, frente al instituto. Este vehículo se convirtió en una pieza clave para seguir los movimientos de ambos: la camioneta fue registrada posteriormente en controles de seguridad en las provincias de La Pampa y Córdoba, lo que llevó a las autoridades a extender la búsqueda a nivel nacional. Entre las hipótesis principales se manejaba la posibilidad de que se dirigieran a Salta, donde es oriundo Apaza.
Otra de las hipótesis que manejan las autoridades es que ambos se hayan dirigido a Paraguay, país donde Nayelly había residido previamente. Lo cierto es que en esta semana el vehículo fue encontrado abandonado en un depósito cercano a la frontera con Bolivia, lo que generó nuevas líneas de investigación. Los investigadores consideran dos escenarios posibles: que hayan cruzado caminando hacia Bolivia o que el abandono del vehículo sea una estrategia para despistar a las fuerzas de seguridad. Ante esta situación, se emitió un pedido de captura nacional e internacional a través de Interpol, mientras los operativos se reforzaban en las zonas fronterizas.
Además, personal de la División de Investigaciones de Caleta Olivia viajó a Paraguay para buscar pistas que le permitieran localizar a Nayelly y Apaza. Durante los análisis realizados en locales relacionados con el hombre, se incautaron dispositivos electrónicos cuya información está siendo analizada para esclarecer el caso. La madre de Nayelly, en declaraciones a medios locales, expresó su desesperación por la situación y relató el impacto emocional que está enfrentando, especialmente al tener que cuidar a los hijos menores que tiene con Apaza. Afirmó no haber recibido apoyo por parte de las autoridades locales ni provinciales y se siente desamparada en su búsqueda de respuestas. "Es una realidad insoportable", expresó, mientras pedía ayuda para poder reabrir su negocio y mantener ocupada su mente en medio de esta crisis.
Las autoridades continúan trabajando intensamente en el caso, con operativos en curso tanto dentro del país como en regiones fronterizas y países vecinos. La familia de Nayelly guarda con angustia noticias sobre su paradero, mientras se investiga las pistas recolectadas y se busca determinar el próximo movimiento de Apaza y la adolescente. "Es una realidad insoportable, solo quiero trabajar o que me permitan reabrir mi negocio para no sentir que les fallo a mis hijos. No he recibido apoyo en ningún aspecto, ni desde la localidad ni desde la provincia, y ya no sé a quién recurrir", dijo la mamá de la adolescente en la FM Las Heras 92.1.