Días atrás una niña de dos años, llamada Nahiara y perteneciente a la comunidad gitana, fue derivada desde la calle Provincias Unidas hacia el hospital San Roque, de Paraná, en la provincia de Entre Ríos.
Pese a los intentos de los médicos por estabilizarla en terapia intensiva murió. Tenía el tabique nasal fracturado, quemaduras de cigarrillos, golpes en todo el cuerpo y la cara desfigurada. Las autoridades de la institución alertaron a la Policía y detuvieron al padre.
Nahiara junto a su padre.
Los investigadores creen que la víctima presentaba lesiones de vieja data. Además los médicos que la atendieron constataron que la criatura presentaba un cuadro de desnutrición y deshidratación.
Según establecieron los peritos, la niña vivía junto a sus tres hermanos, su padre y su madrastra. La madre biológica falleció hace unos meses.
El fiscal Juan Malvasio ordenó la detención del padre de la menor y sería imputado por "homicidio agravado por el vínculo y agravantes", con lo cual la pena prevista es la cadena perpetua.
Luego de realizar un allanamiento en la vivienda, fuentes policiales revelaron que Nahiara habría estado atada a una cama desde hace mucho tiempo, ya que los peritos indicaron que la misma tenía los pies marcados como si estuviese sujetada a algo.
El cuerpo de la niña fue enviado a la morgue de Oro Verde para realizarle la autopsia completa y en las próximas horas será entregado a la familia.
El detenido y la madrastra.
Nos cerraba la puerta en la cara, pensamos que ella estaba bien. Nunca nos imaginamos que le estaban haciendo eso"
Las autoridades se contactaron con los familiares maternos de la menor. María, tía de la nena, habló con el medio elonceTV y aseguró que es un golpe bastante duro para a familia.
"Los médicos nos dijeron que fue salvajemente maltratada, quemada. Estamos esperando el llamado desde la morgue. No podemos imaginar una cosa semejante. Estamos destrozados", expresó con desolación. Además agregó indignada que a la nena no la podían ver: "No estábamos en contacto ni sabíamos si estaba bien. Cuando mi hermana murió, él (en alusión al padre) se junto con otra pareja y después de tres meses no la vimos nunca más. Nos cerraba la puerta en la cara, pensamos que ella estaba bien. Nunca nos imaginamos que le estaban haciendo eso, sino le tirábamos la puerta abajo y la traíamos con nosotros", concluyó.