21 Octubre de 2016 04:22
Sin cabello y con la intención de "emprolijar" su imagen. Fueron difundidas las imágenes de Juan Pablo Offidani y Gabriel Farías, luego de permanecer 12 días detenidos por drogar, torturar, y violar hasta la muerte a Lucía Pérez, una joven de 16 años, en la localidad de Mar del Plata.
Lucía Pérez, la joven de 16 años, fue engañada hasta la casa de Farias.
Offidani y Farías fueron trasladados ayer de la alcaidía 44 de Batán hasta Tribunales, para que presten declaración indagatoria en la causa que enfrentan por reventa de estupefacientes en la vía pública. Pero ninguna dijo ni una palabra. Ni sobre esa causa, ni sobre Lucía.
Offidani y Farías, ambos cambios en su imagen.
Ambos se mostraron con una apariencia distinta. Offidani está completamente calvo, mientras que "Cicatriz", como le dicen a Farías, está rapado. En la primer imagen que circuló de Offidani se lo vio con cabello y aspecto desprolijo.
Antes y después. A la izquierda Offidani junto a su pareja y a la derecha, cuando fue detenido.
Sobre Farías, sólo se conocían imágenes de su cuenta de Facebook. El joven de 23 años tiene fotos con el rostro tapado, exhibiendo sus tatuajes del Gauchito Gil, y con las distintas sustancias que consumía y revendía.
Farías tiene un tatuaje en la espalda del Gauchito Gil.
Pese a la movilización de ambos hasta Tribunales, ninguno declaró. Pero generaron revuelo. Luego del trámite, fueron subidos nuevamente al camión de la policía que los devolvió a Batán. En el recorrido, según cita 0223 -el medio que subió las fotos- el resto de los detenidos pretendían intimidar a los imputados por el aberrante crimen.
EL CASO
El brutal crimen ocurrió el 8 de octubre, y las escenas del horror ocurrieron en la casa donde vivía Farias, desde hacía un mes, tras separarse de su pareja, con la que tiene un hijo.
Además de estos dos imputados, se suma la reciente detención de Alejandro Maciel, de 61 años, investigado por ser quién se ofreció a limpiar la escena del crimen. Incluso habría sido el que limpió el cuerpo de Lucía para disimular las marcas de la tortura, le cambió la ropa y la llevó hasta el hospital, asegurando que se "había desplomado por exceso en el consumo de cocaína".