por Gisela Nicosia
16 Mayo de 2017 18:59El suicidio no es una salida simple. La mente de los psicópatas es más compleja de lo que parece. Cuando intentan quitarse o se quitan la vida puede suceder que entendieron lo que hicieron.
Farré se autolesionó, Leal y Gómez se ahorcaron.
La semana pasada trascendió el suicidio de Lucas Gómez, el padrastro de Florencia Di Marco, la niña que apareció sin vida y con signos de abuso en San Luis. Días después, el pai umbanda, Luis Fernando Gómez Leal, de 50 años -acusado de abusar sexualmente de una nena de 10 años y de otras cuatro mujeres- fue hallado ahorcado en una celda de la Delegación Tres de la Policía Federal.
Y en Bahía Blanca trascendió el caso del intento de suicidio de un hombre denunciado por el abuso sexual. La víctima sería su hijastra.
Los ejemplos siguen. BigBang dialogó con el perito Enrique De Rosa Alabaster al respecto y afirmó que los suicidios ocurren porque "se trata de haber caído en lo que hicieron".
Florencia tenía 12 años.
"Los que cometen delitos, cosificando a sus víctimas, no son monstruos que atacan, ni diablos con cuernos. En la mayoría de los casos son personas que tienen raptos en los que privilegian su pulsión. En el momento en el que pasan por una fase llamada "de enfriamiento", caen en la realidad. Se dan cuenta lo que le hicieron a otros y lo que hicieron a sí mismos", explica De Rosa.
En este contexto se pueden encuadrar los últimos hechos conocidos. Como el caso del pai umbanda Luis Fernando Gómez Leal, quien había sido detenido el viernes último acusado de abusar sexualmente de una nena de 10 años y de otras cuatro mujeres.
El lugar donde se habrían cometido los abusos.
El viernes anterior trascendió un caso de Bahía Blanca. Se trata de Rubén Ángel Rodríguez, el jefe de ARBA de Monte Hermoso. Estaba detenido tras haber sido denunciado por abuso sexual a una menor. Debió ser internado en el hospital local, con custodia policial luego de haber querido cortarse las venas. Rodríguez fue denunciado en 2010 por quien sería su hijastra.
Rubén Ángel Rodríguez.
Según informó el fiscal Mauricio Del Cero, en el sitio La Nueva, Rodríguez intentó quitarse la vida tras ratificarse la segunda denuncia.
"En estos casos ocurre ese rapto de suicidio por darse confrontar con el exterior, con ver lo que pasó, las secuelas de su accionar. Se da cuenta cuando sale de la situación que generó. El suicidio, en estos términos, es un hecho hasta lógico de pensar por el peso de los hechos cometidos. Y más ocurre cuando los detenidos cometen asesinatos, porque pese a que un abuso no es reparable, se pueden conformar pensando que no le quitaron la vida a otro. Depende de cómo reacciona cada criminal", afirma el especialista.
En este punto se puede citar a Fernando Farré, quien mató a su esposa, Claudia Schaefer, luego de aplicarle 74 puñaladas en 2015. Según supo BigBang, el ex empresario de cosméticos tiene marcas de heridas y lesiones que se corresponden por intentos de suicidio. Farré permenece en el Servicio Penitenciario de José León Suárez, y espera que el 29 de mayo comience el juicio por jurados.
Fernando Farré mató de 74 puñaladas a su esposa.
Por otro lado, se puede mencionar el suicidio de Lucas Gómez. Estuvo 45 días en un pabellón en San Luis donde era el único habitante. No estaba en contacto con ningún otro detenido y según se informó al momento de su llegada, allí se encontraba "resguardado". De todas maneras, se investiga si el detenido fue "inducido" o si le facilitaron herramientas para matarse.
"Las mutilaciones en las cárceles de máxima seguridad ocurren. En menor cantidad que en otras cárceles, pero suceden. Y también existe la figura legal de "inducción al suicidio" y algunos pueden pensar "nos hizo un favor a todos" pero en realidad no se llega a la verdad en muchos casos", agrega.
Gómez estaba alojado en un pabellón de apenas seis celdas. Era monitoreado por una cámara de seguridad que registraba sus movimientos, pero no captaba lo que hacía en la celda, para respetar su privacidad. Gómez se quitó la vida con un cable de red unido al cordón del jogging que tenía puesto.
También se encontraron cartas en las que le dedicaba palabras a sus hijos, su madre y su ex pareja. Eran papeles escritos con un lápiz. Ahora se analiza cómo hizo para ingresar un lápiz a su celda.
Lucas Gómez se ahorcó con un cable de red.
Todo está siendo investigado. Pero como en este caso y en el resto, la muerte del detenido no es el final del caso. "Las investigaciones no se detienen por el suicidio del acusado: se debe seguir trabajando hasta saber la verdad, o por lo menos, así debería ser", finalizó De Rosa.