Luego de ocho años de dudas, finalmente el martes Daniel Lagostena fue declarado culpable por el asesinato de su pareja, Érica Soriano. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número 9 de Lomas de Zamora dio a conocer el veredicto contra el acusado, aunque este viernes detallarán la cantidad de años de prisión que recibirá y los fundamentos del fallo.
Este viernes el tribunal dará a conocer la condena para Daniel Lagostena.
El juicio contra el detenido comenzó el pasado 4 de junio, cuando se sentó en el banquillo acusado de haber cometido un "homicidio simple en concurso ideal con aborto en contexto de violencia de género".
Tras varias audiencias, finalmente la fiscalía y la querella solicitaron en sus alegatos que Lagostena sea condenado a 25 años de prisión, mientras que su abogado defensor pidió que sea absuelto, ya que no está probado que la mujer haya sido asesinada porque nunca se encontró su cuerpo.
Érica Soriano fue asesinada en el año 2010, cuando estaba embarazada de dos meses.
Debido a esto, el martes pasado los jueces Darío Bellucci, Juan Manuel Rial y Victoria Ballvé decidieron por unanimidad la culpabilidad del sospechoso, aunque este viernes especificaran la pena y darán sus fundamentos.
Según reveló la mamá de Soriano a Página 12, a horas de saber el detalle de la condena se siente "tranquila" y "confiada", porque realmente ella ni siquiera esperaba que lo encontraran culpable.
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“Ojalá que le den 25 años. No por una cuestión de venganza por lo que le hizo a mi hija, eso ya no se puede cambiar, sino para que no le haga daño a nadie más. Esta persona tiene 54 años y cuando salga en 25 años va a ser alguien indefenso”, sostuvo Esther Romero.
La mamá de Érica, Esther Romero, quiere que Lagostena cumpla 25 años de prisión.
El caso
Érica desapareció el 20 de agosto de 2010, cuando tenía 30 años y estaba embarazada de dos meses. Según pudieron determinar los investigadores, la última persona que la vio con vida fue Lagostena, ya que ese día ambos asistieron juntos a un ginecólogo y después fueron a su casa, donde convivían desde hacía pocos meses.
Sobre esto, una amiga declaró en el juicio que esa última noche habló por teléfono con la desaparecida y que advirtió que había una discusión con su pareja en el auto.
El cuerpo de Soriano nunca fue hallado.
Desde ese momento, Soriano no volvió a comunicarse con nadie más. Al día siguiente, su familia intentó llamarla sin éxito. Por eso mismo, se presentaron en la casa que la pareja compartí. En el lugar, Lagostena dijo que su mujer se había ido, aunque adentro la policía encontró la ropa que él había dicho que la fallecida tenía al momento de abandonar la vivienda.
La sospechas de la fiscalía recaen de lleno en el acusado, y según la hipótesis que maneja, Lagostena mató e hizo desaparecer a su esposa con la complicidad de sus familiares, quienes trabajan en una casa crematoria.