Un hombre acusado de ser el autor material del crimen del futbolista de Nueva Chicago, Rodrigo Espíndola, asesinado el jueves pasado delante de su familia en la puerta de su casa de Monte Grande, fue detenido hoy.
Espíndola fue asesinado frente a su familia.
El imputado, identificado como Pablo Campos, fue apresado en un operativo realizado durante la madrugada en el cruce de las calles 9 y 110, en la localidad bonaerense de Punta Lara.
De esta forma, ya suman dos los sospechosos apresados en el marco de la causa, ya que el viernes había sido capturado Daniel Cisneros, quien de acuerdo a la pesquisa era el conductor uno de los dos autos que se utilizaron durante el asalto.
Según la investigación, el sospechoso -a quien se le secuestraron tres teléfonos celulares y dinero en efectivo- sería la persona que bajó del Ford Ka y efectuó el balazo que asesinó a Espíndola cuando intentó evitar una "entradera".
“Lo capturamos justo porque se estaba por fugar a la provincia de San Juan”, confirmó un investigador judicial.
La fiscal a cargo de la causa, Mariela Bonafine, ordenó otros tres allanamientos en los que detectó que otros tres sospechosos ya identificados pero aún no detenidos, huyeron de sus casas.
Lo capturamos justo porque se estaba por fugar a la provincia de San Juan
a sangre fría
El crimen de Espíndola fue cometido el jueves a las 23.40, cuando el jugador llegaba en un Renault Clío junto a su mujer y su hijo de 2 años a su casa en Mitre 159, en la localidad de Monte Grande.
Tras descender del vehículo, su mujer y su hija esperaban que "Rulo", como lo conocían sus íntimos, ingresara el auto en el garaje, cuando apareció un Ford Ka del cual descendió al menos un asaltante armado que lo amenazó con fines de robo.
En las imágenes de una cámara de seguridad se observa el momento en el que la mujer y su hija ingresan rápido al garaje y el futbolista sale para evitar que pudiera ingresar el ladrón.
El imputado, identificado como Pablo Campos, fue apresado durante un operativo en Punta Lara
Luego, se ve que Espíndola quiere correr y recibe el disparo mortal efectuado con una pistola calibre 9 milímetros.
El futbolista recibió un único balazo que le ingresó en el lado derecho del abdomen y cayó malherido al piso, ante la desesperación de su esposa, que intentó auxiliarlo mientras pedía ayuda a gritos.
Tanto los delincuentes que iban en el Ford Ka como los que actuaban de apoyo en un Peugeot 208, escaparon del lugar y fueron hasta el barrio El Jagüel, donde incendiaron y dejaron abandonado el primero de los autos.
Espíndola fue trasladado hasta el Hospital Santamarina de Monte Grande, donde falleció cerca de la 1 de la madrugada mientras estaba siendo operado.