por Leo Morales
11 Enero de 2023 10:49Frío y calculador. Así se mostró durante la primera jornada del juicio Hugo Tomei, quien representa la defensa de los ocho acusados de matar a golpes a Fernando Báez Sosa en Villa Gesell. Desde un principio, el letrado dejó en claro su estrategia: los rugbiers unidos y con fríos -y hasta indiferentes- gestos ante la catarata de pruebas en su contra; barbijos en un principio para confundir y preguntas incómodas a los testigos.
Por ejemplo, el letrado defensor consultó simplemente para poner en un manto de dudas cómo le habían tomado el pulso a Fernando en el momento en que estaba inconsciente tirado en la vereda tras la golpiza. Además, preguntó si lo habían movido para intentar ayudarlo. Hasta cuestionó las maniobras de RCP que realizó Virginia Pérez Antonelli, la joven que asistió a Fernando y se quedó “con las manos llenas de sangre” tras sostenerle la cabeza.
Como ya había adelantado BigBang días atrás, uno de los puntos clave de Tomei es "camuflar a Máximo Thomsen" y mantener el lenguaje no verbal de los jóvenes de Zárate en una misma sintonía (miradas hacia delante, interés en las pruebas que va presentando la querella y ni una sola mueca de tristeza, duda o arrepentimiento que haga flaquear el pacto de silencio que todos ellos edificaron una vez consumado el crimen).
Desde el inicio del juicio, el lunes 2 de enero, Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23) aparecieron casi tres años después del crimen (se cumplirán los tres años el próximo 18 de enero) con el mismo corte de pelo, asesorados hasta en su forma de sentarse, en silencio absoluto y hasta vestidos de la misma manera.
Los ocho acusados se sientan en el mismo orden. Thomsen, uno de los más complicados, ocupa la segunda fila y siempre se encuentra escoltado por Ayrton Viollaz y Enzo Comelli. Lo interesante no es tanto quiénes están a su lado sino a quién tiene delante: Matías Benicelli.
Identificado por la mayoría de los testigos como "el del rodetito" durante la etapa de instrucción, Benicelli cumplió con la orden de su abogado y se cortó el pelo. Como si esto fuera poco, todos sentados de la misma manera, las manos cruzadas por delante en la parte genital; como en posición de resguardo o una cuestión de barrera a la hora de sentarse.
Esto, claro está, no estuvo librado al azar y fue un claro intento de la defensa de los rugbiers de intentar confundir a los testigos que, uno por uno, iban declarando ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 1 de Dolores. Incluso, el uso del barbijo fue una estrategia que intentó emplear Tomei para que a sus defendidos no se le escapen muecas que pudieran complicar su imagen pública.
Los rugbiers y la nueva vendetta a Pablo Ventura: "Después anda diciendo que..."
Los acusados estuvieron durante toda la primera semana con sus caras descubiertas y recién se quitaron el cubre bocas durante la cuarta jornada del debate. Tomei está convencido, tiene confianza plena -al igual que sus defendidos- que seguirá a cargo de la defensa hasta el final del proceso. De hecho, la octava jornada del juicio se demoró y el letrado aprovechó para charlar con todos los imputados.Pero algo cambió en las últimas horas. Tomei estuvo en la cárcel de Dolores, reunido durante tres horas con los ocho acusados de cometer el homicidio de Fernando. Permaneció tres horas por la tarde en el penal, donde primero -como es habitual- se reunió con los ocho rugbiers juntos y después lo hizo con cada uno de manera individual. En ese encuentro apreció y observó cómo son los ánimos y las inquietudes entre los jóvenes de Zárate.
Hasta este punto, el letrado había evitado hablar con los medios presentes en Dolores. Sin ir más lejos, se mostraba en todo momento escoltado y aceleraba su paso cuando las cámaras de los distintos programas de televisión se acercaban. Pero de manera impensada para muchos, este miércoles, poco antes del inicio de la octava jornada del juicio y luego de haber charlado largo y tendido con sus defendidos, el abogado cambió su postura y si bien evitó hablar de asuntos puntuales del caso, mostró otra cara. "No doy notas", aclaró el abogado a metros del Juzgado, aunque agregó: "Entiendan que estoy formado académicamente y no me gustan ciertas cosas".
Fue entonces que aprovechó para disparar directamente contra Fernando Burlando, quien durante estos últimos días no se refirió en buenos términos a Tomei. "No me gusta que se hable por fuera del debate, estoy preparado para hablar en la sala de audiencias y me parece que mi silencio es el respeto al Tribunal, que es el que puede decir y evaluar la mejor de las sentencias que todos esperamos. Además, tengo un respeto profundo por el dolor de las personas que sufren por la pérdida de una vida humana y joven. El silencio me va llevar para ese lugar de respeto, que es verdadero y honesto. Quiero hablar bastante poco, sé que están trabajando pero hay algo más fuerte que es la dignidad y el respeto humano", sentenció.