28 Julio de 2023 08:47
Joaquín Sperani, de 13 años, apareció en un baldío de la cuidad cordobesa de Laboulaye el 2 de julio pasado. Su muerte se regia ciertamente bajo un manto de misterio hasta este último jueves, cuando su mejor amigo, Leandro, confesó abiertamente haber cometido el crimen. El nene de 14 años declaró que utilizó un fierro para matarlo y dijo que "estaba muy enojado" con Joaquín, intentando justificar su asesinato.
Durante la declaración con el juez de Control, Niñez, Adolescencia, Penal Juvenil, Violencia Familiar y de Género y Faltas en la ciudad de Laboulaye, Sebastián Moro, el menor “ha reconocido que es el autor del crimen”, dijo un vocero con acceso a la causa. El informante manifestó que Leandro "hizo un relato en donde admite que participó sólo, que no hubo otros participantes, que todo sucedió a partir de una fuerte discusión, que tomó un fierro y le pegó en la cabeza”.
Ataque por la espalda, 10 golpes y hormigón con sangre: cómo fue asesinado Joaquín
Su declaración “condice con lo que se ha podido reconstruir a través de las imágenes tres cámaras de seguridad, en donde claramente se los ve ingresar a los dos (a un baldío)”, y Leandro se fue solo". Conforme fue declarando, en un determinado momento el amigo de Joaquín sostuvo que “no tuvo intención de matarlo”.
En cuanto a los exámenes psicológicos, el informante manifestó que en base al informe preliminar "el chico tiene discernimiento, comprendió lo que hizo, pero quizás aún no ha dimensionado las consecuencias sobre los daños que ha ocasionado”.
El chico de 14 años será sometido a nuevos estudios para que luego la Justicia decida cómo va a continuar su situación. "Hay posibilidades de que vuelva a la tutela de sus padres, aunque primero se tendrán que establecer los resultados de los informes que aseguren el resguardo de su integridad y la de terceros”, advirtieron las fuentes del caso.
Frente a esta declaración, la mamá de Joaquín expresó su dolor. “Siempre dijo eso, de que habían tenido una discusión y que por eso lo hizo. En un momento negaba que había llevado el caño", dijo y se preguntó: "¿Cómo le podés creer a una mente retorcida como esa? ¿De qué discusión habla si mi hijo se iba riendo con él?”, preguntó. En diálogo con TN, la mujer sostuvo que el menor “es un loco que no se le mueve un pelo, es una basura humana que no puede estar libre”.
La desaparición
Sperani estaba desaparecido desde el 29 de junio por la mañana. Luego de pasar por el colegio Ipem Nº 278 “Malvinas Argentinas”, dejó su bicicleta y se fue. Sus compañeros no lo vieron durante aquella jornada. Al domingo siguiente, decenas de vecinos se sumaron a los familiares para buscarlos junto con la Policía de Córdoba.
Finalmente, un hombre y la prima de la víctima hallaron el cuerpo en una casa abandonada, a 100 metros de la escuela. Sobre ese terrible momento, Juan López, el vecino que encontró el cadáver dijo: “Nos juntamos los vecinos en la puerta de la comisaría. Queríamos colaborar. En eso sale uno de los efectivos y nos dicen que podemos ayudar panfleteando, buscando casa por casa. Y eso hicimos”.
Y sumó: “Ellos estaban con drones y no sé cuántas cosas más desde el jueves. Nosotros, humildemente, empezamos a caminar. Duró poco nuestra búsqueda, a los cinco minutos lo encontramos”. Enseguida reveló: “Estábamos caminando con dos primos de él y pasamos por una casa abandonada. Nos metimos. Apenas entramos, vimos el cadáver. Los primos empezaron a gritar. Fue una película de terror. Vi el cuerpo y no lo podía creer. Después de eso llamamos a la Policía y ya nos sacaron del lugar”.