23 Abril de 2025 11:17

Formosa no duerme. Formosa llora. María Maidana, una pequeña de tan solo cinco años que había sido reportada como desaparecida, fue hallada sin vida este martes. Su cuerpito estaba dentro de una bolsa arpillera, enterrado a apenas 1200 metros de la casa donde vivía. La noticia sacude a la provincia, mientras las autoridades detuvieron a la madre de la menor y a su pareja como principales sospechosos de un posible "homicidio calificado".
La escena fue tan brutal como desgarradora. Tierra removida en una zona alejada, cerca del río Bermejo, y un silencio denso, que rompía el corazón de los rescatistas. Dentro de la bolsa, la pequeña María, con su historia truncada antes de poder siquiera empezar a escribirla. Todo comenzó con una abuela desesperada. La mujer de 47 años que se presentó en el destacamento policial de El Bañadero al notar que su nieta no asistía al jardín de infantes desde hacía varios días.

Nadie la había visto. Nadie sabía nada. O al menos, eso decían. Cuando la policía llegó a la casa, la madre de María, una joven de apenas 20 años, dijo que la nena estaba con un familiar en la localidad de El Colorado. Pero al comunicarse con la tía, quedó en evidencia que era mentira. En apenas unas horas, la madre cambió su versión: ahora decía que María había caído al río cinco días antes. Las contradicciones, el nerviosismo y la frialdad con la que hablaba fueron señales que encendieron todas las alarmas.
Con el correr de la tarde, el horror se confirmó. Un operativo policial detectó tierra removida en una zona de difícil acceso de la Colonia Weitzel. Bajo el suelo, yacía María. Enterrada. Oculta. Callada. Como si alguien hubiese querido borrar su existencia. Su cuerpo estaba escondido en una bolsa arpillera. Las autoridades actuaron rápido. La madre de la niña y su pareja, un joven de 24 años, fueron detenidos de inmediato y trasladados a las Unidades Penitenciarias Provinciales N° 1 y 2.
La autopsia, que se realizará en la morgue del barrio San Antonio, será clave para determinar cómo y cuándo murió la niña, y si fue víctima de maltratos previos. El caso conmociona, pero también indigna. ¿Dónde estaban los mecanismos de protección? ¿Cómo es posible que una nena deje de ir al jardín sin que nadie intervenga antes? ¿Cuántas alertas se ignoraron? La denuncia no partió de su madre, ni de vecinos. Fue su abuela quien rompió el silencio.

Especialistas advierten que este crimen desnuda fallas graves en el sistema de cuidado infantil, sobre todo en zonas rurales o con menor acceso a redes de contención. "Hay que reforzar los protocolos escolares, la obligación de los establecimientos de reportar ausencias prolongadas, y generar canales de denuncia más accesibles", reclamó un abogado especializado en derecho de familia. María tenía cinco años. Cinco. Apenas comenzaba a vivir. La infancia le fue arrancada con una violencia que no encuentra explicación. Y mientras la Justicia avanza con la investigación, la investigación está a cargo del Juzgado de Instrucción y Correccional N° 2 junto con el Juzgado Civil y Comercial, del Trabajo y de Menores N° 7, queda el deber moral, como sociedad, de preguntarnos cuántas Marías hay invisibles, sin voz y sin defensa.