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Dos policías detenidos por el crimen del matrimonio en Parque Avellaneda: los habrían torturado

Los oficiales ya fueron pasados a disponibilidad por el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, seguirán detenidos acusados de “robo y homicidio criminis causae”, delitos que prevén una pena en expectativa de prisión perpetua.

17 Julio de 2019 16:29
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El 11 de junio un matrimonio fue encontrado sin vida en su casa del barrio porteño de Parque Avellaneda. Los cuerpos de la pareja habían sido descubiertos alrededor de las 15.55, cuando efectivos de la comisaría vecinal 9C de la Policía de la Ciudad que recorrían la zona observaron que el portón de la casa, ubicada sobre General Eugenio Garzón al 3500, se encontraba abierto.

Ante esta situación, los efectivos de seguridad tocaron a la puerta, pero no recibieron respuestas. En ese momento, un vecino se acercó a los policías y les comentó que a una cuadra vivía la hija de los jubilados. Luego de dar aviso a la mujer, ella los acompañó al interior de la finca y al ingresar a notaron un gran desorden y luego encontraron a dos asesinados.

El hombre, Alfredo Chirino, se encontraba con un almohadón sobre la cabeza y un orificios de bala-, mientras que su mujer, María Delia Speranza también presentaba una herida similar de bala. Las pericias determinaron que el matrimonio había sido ejecutado de un solo tiro en la cabeza a cada uno con una pistola calibre 9 milímetros y el autor del hecho usó un almohadón como silenciador.

Las víctimas, de 71 y 63 años respectivamente, estaban tiradas boca abajo en el piso del comedor diario integrado a la cocina, vestidos con ropas de gimnasia. El caso había quedado en manos de la fiscal Estela Andrades, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 1, y la principal hipótesis era la de un robo que involucraba dinero.

Esto se debía a que todos los ambientes de la casa estaban revueltos. Y si bien no se llevaron celulares, computadoras, electrodomésticos, ni unas guitarras que había en el lugar, les robaron entre 70 y 80.000 dólares que ocultaban en cartones de leche, y los torturaron a culatazos.

Pero en las últimas horas, el caso tuvo un giro inesperado: como los autores del crimen del matrimonio fueron señalados dos policías de la Ciudad, identificados como Sonia Soloaga y Diego Pachila, la primera se negó a declarar, mientras que el otro efectivo se desligó del crimen.

Uno de los investigadores reveló que la clave para conectar a la pareja de policías con la causa es una denuncia por el robo de 300.000 pesos y su arma reglamentaria que Soloaga formuló en una comisaría de la comuna 7. La oficial afirmó que el mismo día del crimen iba en su auto cuando de atrás la chocó un Volkswagen Gol y por delante la encerró un Renault Duster.

Además, advirtió que de cada auto bajó un delincuente armado. “No hubo ni un testigo de ese asalto, nadie que escuchara esos dos balazos y tampoco encontramos un video que constate que ese robo existió”, agregó uno de los investigadores. Según esa denuncia, los ladrones le robaron los 300.000 pesos en efectivo y su pistola 9 milímetros reglamentaria, con la cual ella afirmó haber efectuado dos disparos, la misma cantidad de tiros con los que mataron al matrimonio Chirico.

No hubo ni un testigo de ese asalto, nadie que escuchara esos dos balazos y tampoco encontraron un video que constate que ese robo existió. El mismo informante dijo que “hay un detalle” -que para no entorpecer la investigación se mantiene en reserva-, que conectó esta denuncia con la causa del doble crimen y por eso la mujer policía comenzó a ser investigada.

Los policías prestaban servicio en la comisaría que cubre la misma jurisdicción en la que ocurrió el crimen y se investiga si conocían a las víctimas y si por esa razón se aprovecharon de la confianza que ellas les tenían.

Ambos efectivos de la comisaría vecinal 9C, que ya fueron pasados a disponibilidad por el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, seguirán detenidos acusados de “robo y homicidio criminis causae”, delitos que prevén una pena en expectativa de prisión perpetua, hasta tanto la jueza Vanesa Peluffo resuelva en los próximos días sus situaciones procesales.

“Creemos que los torturaron a golpes para que revelen dónde tenían escondidos sus ahorros. El hombre tenía un sólo golpe en la cabeza, pero a la mujer le dieron cuatro culatazos y uno de ellos le destrozó el cráneo. La sospecha es que le pegaban a ella más duro para el marido se quiebre y entregue el dinero”, afirmó la fuente.

Según las fuentes y lo declarado por testigos, Soloaga conocía a las víctimas, ya que cubría todos los días, entre las 6 y las 14, la recorrida de la cuadra donde ocurrió el hecho, por lo que se sospecha que se aprovechó de la confianza que le tenían para entrar a la vivienda.

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