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Dos tiros por "cumplimiento de deber": cómo avanza el juicio por el asesinato de Lucas González

Las pericias y las declaraciones que complican a los 14 policías porteños imputados.

por Noa Liberman

29 Abril de 2023 08:00
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150 policías presentes al momento del operativo posterior al asesinato, un testigo civil que firmó un acta en blanco y ADN de un policía imputado en el arma de juguete implantada. Estas fueron algunas de las declaraciones más importantes que brindaron esta semana los testigos del juicio por el asesinato de Lucas González.

“Estábamos próximos a cumplir un sueño. Era una cuenta pendiente que teníamos los dos", afirmó en diálogo con BigBang Joaquin Zuñiga, sobreviviente del ataque y amigo de "toda la vida" de la víctima, quien sigue audiencia a audiencia todo lo que sucede en el juicio contra los 14 policías imputados de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires: 3 de ellos por haber disparado y once más por el encubrimiento.

El día que declaró, Zuñiga reveló: "Es por ellos, por Lucas y por el fútbol que sigo adelante. En un año y un poco más perdí oportunidades porque no podía salir de mi casa. Tuve pesadillas. Todas las noches me levantaba muy asustado. No podía salir a la calle. Me perdí pruebas de clubes por miedo a viajar solo. Me arruinaron la vida. No puedo salir a la calle tranquilo porque pienso que va a pasar de vuelta. Nunca vi un arma en el auto".

Me arruinaron la vida. No puedo salir a la calle tranquilo porque pienso que va a pasar de vuelta"

El próximo martes tendrá lugar la sexta audiencia del juicio por el crimen del menor de 17 años asesinado en manos de la Policía porteña en noviembre del 2021. Continuarán las declaraciones testimoniales, tal y como sucede desde el día uno. La familia seguirá por zoom y los imputados estarán presentes en la sede del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 25, aunque en una sala anexa a la principal.

El trauma del amigo de Lucas: “Mi vida está en pausa, no puedo salir a la calle sin miedo”

"Cuando llegó el momento de las actas, me hicieron firmar papeles en blanco. Yo les dije que me tenía que ir y me dijeron: 'Bueno, firmá esto y andá'. El revólver (de juguete) estaba en la parte de atrás del auto. Estaba del lado del conductor a un costado", afirmó en la cuarta audiencia Omar Horacio Felita, un vecino de la zona que fue reclutado para ser testigo civil de las pericias del auto de las víctimas. 

Su declaración destapó una serie de graves irregularidades en el operativo que se gestó después del asesinato y que abonan la imputación por el encubrimiento de lo sucedido. Es decir, un crimen que comenzó con tres policías porteños vestidos de civil haciendo trabajos encubiertos y continuó con un encubrimiento por parte de los superiores de la fuerza de seguridad de la Ciudad.

Gustavo Gauna, comisario inspector de la Policía Federal y jefe de la sección homicidios al momento del asesinato de Lucas, fue uno de los testigos de la anteúltima audiencia, y su declaración despejó las pocas dudas que quedaban en pie: “Las circunsancias en las que murió la víctima fueron aberrantes y las conductas que llevaron a cabo los efectivos del móvil policial ese día dejan mucho que desear. En las pericias se determinó que las armas secuestradas de los policías se utilizaron en el hecho y que no tenían riesgo de vida como para tener que utilizarlas.  La situación en la que se desarrolló el acontecimiento no fue un enfrentamiento”. 

En las pericias se determinó que las armas secuestradas de los policías se utilizaron en el hecho y que no tenían riesgo de vida como para tener que utilizarlas"

Un dato no menor para la causa tiene que ver con el vínculo entre los imputados antes, durante y después del hecho. Gabriel Alejandro Issasi, Fabián Andrés López y Juan José Nieva son los tres policías de la Ciudad que estaban vestidos de civil haciendo “tareas de campo” y que encerraron y asesinaron al menor. Todos están vinculados con el comisario inspector Daniel Alberto Santana, quien en el momento del hecho mantuvo una conversación por radio con otro efectivo y afirmó: “Están hasta las bolas”.

ADN en la pistola plantada y 150 policías: cómo sigue el juicio por el asesinato de Lucas González

No obstante, otro imputado quedó más complicado desde la última audiencia, ya que Fernando Lobo, forense de la unidad de búsqueda y evidencia reveló: “En las pericias hubo tres resultados positivos. Los perros indicaron coincidencia en el arma de juguete hallada con las personas de los hechos. Los dos canes indicaron que estaba Cuevas y Fariña y Miño (primeras policías mujeres en llegar al lugar de los hechos). Se hicieron las pruebas a 17 personas y en varias oportunidades”.

Micaela Fariña y Lorena Miño fueron las dos primeras oficiales que tuvieron contacto con los sobrevivientes, ya que los menores recurrieron a ellas en plena calle para pedirles ayuda. Ya que, asi como dijeron en su declaración, todo el tiempo pensaron que les intentaron robar.

Gregorio Dalbón, abogado querellante que acompaña y representa a la familia González, habló con BigBang y afirmó: “Los chicos se bajaron del auto y le fueron a pedir ayuda a dos policías mujeres, Micaela Fariña y Lorena Miño. Estas chicas en vez de ayudarlos, los llevaron a un costado donde estaban Cuevas, Baidón, Espinosa y Arévalo; los tiraron al piso y les dijeron que eran unos negros de mierda y que también había que pegarles un tiro. Estuvieron tirados dos horas en el piso esposados hasta que llegó el papá como si ellos fueran delincuentes”. Ninguna de las dos está detenida por el crimen.

Cabe destacar que esto coincidió con la declaración de Zuñiga, quién el día que testificó afirmó: “Fui a pedirle ayuda a una mujer policía y me puso contra la reja. Julián venía atrás en el auto. Llegamos a una esquina y a los cinco minutos empezó a llegar policía por todos lados. En ese momento nos tiran al piso, a mí y a Julián cuando llega. Nos dicen que nos pongamos boca abajo. Nos pusieron la cara contra el piso y nos gritaban que éramos unos villeros de mierda".

Nos pusieron la cara contra el piso y nos gritaban que éramos unos villeros de mierda"

Además, ese día, en medio de la sala AMIA de Comodoro Py,  Zuñiga reconoció a uno de los imputados. De acuerdo al testimonio del sobreviviente, fue Sebastián Baidón quien le dijo: “Son unos negros de mierda, a vos tamién te tengo que pegar un tiro en la cabeza”.

Tres disparan, uno lo arregla: la declaración de la médica que atendió a Lucas y el rol de Santana

"Han pasado cinco jornadas que fueron muy trascendentes. La primera y la segunda fueron indagatorias. Cambiaron su indagatoria los tres policías que dispararon. Antes afirmaron que se habían enfrentado y que uno de los chicos había eximido un arma y ahora dijeron escuetamente que actuaron en cumplimiento del deber y en legítima defensa. Algo que los acaba de destruir en cuanto a la estrategia de defensa. Nadie en el cumplimiento del deber le pega dos tiros en la cabeza a un chico de 17 años. Una vez que el auto ya escapa, se los ve a los tres siguiéndolos y pegándoles", precisó Dalbón

“El cambio de estrategia evidentemente nos da la posibilidad de darnos cuenta de que no tienen absolutamente estrategias defensivas que puedan ayudarlos a acomodar su situación procesal en algo que no sea un homicidio cuadruplemente agravado”, sumó.

Respecto a la persecución, el abogado explicó: “Los miraron, los siguieron, los persiguieron, les tiraron a matar a los cuatro. Sólo habían visto a un chico bajar a comprar un jugo y que venían de jugar al fútbol. Eso lo vieron porque cuando pasaron por al lado, los menores tenían la ventanilla baja. Los esperaron a media cuadra, los corrieron sin sirena, sin la capucha que se pone arriba del auto y sin dar ningún tipo de aviso. Bajaron del auto y les tiraron de frente. Esto también lo dijo el perito que hizo la autopsia”.

"No tenían riesgo de vida y fue una persecución ilegal": el policía que complicó a los efectivos porteños imputados

“Privaron de su libertad a menores de edad, algo que está prohibido por tratados internacionales. Les aplicaron torturas, no sólo por haberle quemado el brazo con un cigarrillo como hicieron con Lucas. Alguien dijo: 'Nadie dice nada, nadie filma'. Esto lo declaró también la médica que atendió a Lucas. Ozán también afirmó que él dijo eso. Porque claro, nadie vio nada porque vieron cómo entraban al auto, cómo estaba Lucas, vieron cómo lo quemaron para ver si tenía alguna reacción. Ahí se firmó el pacto del silencio y comenzó una missensen, que en las últimas audiencias, se empezó a desmembrar la verdad", analizó el abogado de la familia de la víctima.

"Más de 150 policías estaban desesperados. Así lo relató la oficial Maciel. Desesperados por subir a la trafic donde estaban haciendo el operativo. Yo me pregunto, en un operativo donde tenían a los supuestos delincuentes esposados, a una persona en un hospital y a un prófugo que su propia madre acompañó a la comisaría, ¿por qué estás desesperado? Si estaba controlado, ¿por qué hay 150 policías de la Ciudad?”.

Por último, Dalbón recordó la demora en la detención de los acusados y la imposibilidad de someterlos a las pericias toxicológicas: “No puedo creer que aplicaron torturas a un menor que ya estaba moribundo. Los chicos fueron presos y los policías libres. Los policías estuvieron libres tres días. Si estaban drogados nunca lo vamos a saber. El hecho del asesinato y del encubrimiento está grabado. La conversación entre Dusantos y Ozán, los dos imputados que dicen se mandaron un mocazo. El hecho quedó grabado por las cámaras de seguridad de la zona. Nosotros queremos que a cada uno le den la pena que le corresponda. Nosotros queremos la verdad”.

Quiénes son los 14 acusados del asesinato y encubrimiento

Gabriel Alejandro Issasi: 41 años, inspector de policía de la Ciudad, en el momento del hecho trabajaba en la Comuna 4. Tiene cinco hijos, de 21,18, 15, 13 y un año y un mes. Está casado y es el principal acusado de disparar con el arma homicida. Declaró que actuó en defensa propia y que “no cometió ningún delito”.

Juan José Nieva: 37 años, oficial de la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4. Tiene tres hijos, de 19,11 y 7. Declaró que actuó en defensa propia y que “no cometió ningún delito”.

Fabián Andrés López: 48 años, oficial mayor de la policía de la Ciudad que hasta el 2017 se desempeñó en la policía Federal. Casado, tiene tres hijos de 28, 19 y 12 años.  Declaró que actuó en defensa propia y que “no cometió ningún delito”.

 

Héctor Claudio Cuevas: Principal de la Comuna 4, policía de la Ciudad. En pareja, cuatro hijos de 28, 25, 21 y 12 años. Se negó a declarar y reveló que está estudiando historia en el penal.

Fabián Alberto Dusantos: 51 años, comisario de la Comisaría Vecinal 4D. Casado, tiene dos hijos de 24 y 20 años. Se negó a declarar.

Daniel Alberto Santana: 53 años, comisario inspector de la policía de la Ciudad en la comuna 4. Casado, tiene dos hijos de 20 y 16 años. Se negó a declarar.

Ramón Jesús Chocobar: 48 años. subcomisario de la Comuna 4D. Casado, con dos hijos de 26 y 19 años. Se negó a declarar. Tiene una causa en el Tribunal Oral Federal 3 por el delito de falsificación de documentos públicos. Dicha causa está a la espera de que comiencen las audiencias.

 

Sebastián Jorge Baidon: 28 años, oficial de la Comisaría Vecinal 4D. Soltero y sin hijos. Se negó a declarar.

Jonathan Alexis Martínez: 34 años, oficial de la Comisaría Vecinal 4D. Soltero, con una hija que no porta su apellido. Se negó a declarar. 

Ángel Darío Arevalos: 34 años, oficial de la Comisaría Vecinal 4D. Soltero con una hija de 10 años. Se negó a declarar pero reveló que está estudiando derecho en el penal. 

Daniel Rubén Espinosa: 33 años, oficial de la Comisaría Vecinal 4D. Soltero y sin hijos. Se negó a declarar.

Rodolfo Ozán: 54 años, comisario de la Comuna Vecinal 4. Divorciado, una hija de 22 años. Se negó a declarar.

 

Juan Horacio Romero: 51 años, comisario de la policía de la Ciudad. Jefe de la división brigada 4. Tiene una hija de 15 años, es abogado recibido y actualmente estudia comunicación en el penal. Declaró que no tuvo una “justa defensa ante el juicio” y reveló que el día del hecho llegó cuando Lucas ya no estaba.

Roberto Orlando Inca: 47 años, subcomisario de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4. Cuatro hijos de 19, 18, 10 y 7 años. Declaró que debido a la cantidad de policías presentes en el momento del asesinato, él no pudo ni acercarse al cuerpo del menor.

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