En cuestión de minutos, Horacio Marcelo González, de 54 años, tomó un revólver de color negro, marca Colt y calibre 38 corto, con sus manos y disparó tres veces: dos de los disparos fueron dirigidos hacia su mujer, Rosana Noemí Migueles (51), el restante lo utilizó para quitarse la vida. Luego de asesinar a su esposa, el hombre tomó la decisión de suicidarse de un disparo en la cabeza.
Todas las fotos tienen un mismo denominador común: las sonrisas.
Se estima que las muertes se produjeron entre las 19.30 y las 22.30 del domingo, y esta tarde recién se efectuarán las autopsias para determinar la mecánica de la muerte del matrimonio. Según sus hijas, Florencia (29) y Macarena (27), el empresario era "muy celoso" y mantenía una relación enfermiza con su mujer: solían discutir a diario y existía violencia de todo tipo.
Según las hijas del matrimonio, el hombre era "muy celoso" y mantenía una relación "enfermiza" con su mujer.
El trágico episodio sigue todavía en boca de todos los vecinos, quienes sostienen que a simple vista parecían la “familia ideal”. Pero las apariencias engañaban. Rosana Noemí Migueles estudió decoración de interiores y trabajaba en el negocio familiar de muebles y electrodomésticos llamado Delta Hogar, ubicado sobre la calle Alfredo Palacios al 800, en Los Troncos de General Pacheco.
Desde hace meses, le contaba a su hermana, Graciela Migueles, el calvario que vivía con su marido. La pareja solía mostrarse muy unida, sobre todo en las redes sociales y reuniones familiares.
La víctima compartía fotos junto a González en distintos viajes que hicieron a Europa: se los puede ver abrazados en Turquía, recorriendo un museo de Jerusalén o contemplando las ruinas romanas.
Horacio Marcelo González, de 54 años, y su mujer, Rosana Noemí Migueles, de 51.
Pero la felicidad resultó ser pasajera. El domingo, poco antes del crimen, González elaboró un plan para quedarse solo con su mujer. En aquel momento, en la casa situada en la calle De la Cañada 50, en el lote 48 del barrio Barrancas del Lago, se encontraban el empresario, la víctima, su hija Florencia y el novio de ella, que había regresado de un viaje por el interior del país.
En base a lo reconstruido por los pesquisas, González dijo estar cansado de no tener intimidad y, tras una fuerte discusión, echó al novio de su hija de la casa. A raíz de esto, Florencia decidió retirarse del hogar junto a su pareja cerca de las 19.30 y regresó después de las 22.30, horario en que se estiman se produjeron ambas muertes.
El barrio Barrancas del Lago.
Siempre en base a esa reconstrucción de los hechos, Florencia -al regresar a su casa pasadas las 22.30 del domingo- se dirigió directamente a su dormitorio sin pasar por el de sus padres. El lunes por la mañana, aún enojada por lo ocurrido el día anterior, se retiró de la vivienda sin cruzarse con sus padres, quienes yacían sin vida en el dormitorio de al lado.
Fue su hermana, Macarena, quien notó que algo extraño estaba sucediente. Al ver que Rosana no apareció por Delta Hogar, decidió cerrar temprano el negocio de muebles y dirigirse a su casa. Fue entonces que, luego de llamar a ambos en reiteradas oportunidades y recorrer todo el hogar, se topó con lo peor: su padre había asesinado a su madre y luego suicidado.
Para la familia de la víctima, excepto para su hermana Graciela, González era el compañero ideal, pero esta imagen ya quedó atrás. Fue la propia tía de las chicas la encargada de notificar los hechos a la policía, luego de que Macarena le contará lo que había ocurrido. Lo cierto es que durante los más de 35 de casados, hubo algunos indicios del fatal desenlace.
Según fuentes judiciales, González había intentado ahorcar a su mujer en una oportunidad y, tiempo después, le propinó un golpe que le fracturó el tabique de la nariz. A partir de ahí, los hechos de violencia fueron creciendo hasta el punto que Rosana decidió pedirle ayuda a su hermana, Graciela. Sin embargo, no se constató la existencia de alguna denuncia penal previa.
Los peritos revelaron que había cámaras de seguridad en distintos ambientes de la vivienda, aunque ninguna enfocaba al interior de la habitación matrimonial, lugar del trágico desenlace. En el tambor del revólver secuestrado había tres cartuchos servidos y tres intactos, lo que coincide con la cantidad de disparos que presentaban los dos cuerpos.
Horacio González y Rosana Migueles fueron hallados muertos en su casa de Nordelta
El matrimonio fallecido era dueño desde hacía muchos años del local de venta de electrodomésticos y muebles llamado "Delta Hogar", ubicado en Los Troncos. El caso quedó a cargo el fiscal Jorge Fitipaldi, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada de Benavídez.