En una noche teñida por la violencia, un intento de robo en el barrio porteño de Parque Avellaneda terminó con un menor de 16 años abatido, dos cómplices heridos y una víctima de nacionalidad venezolana alcanzada por los disparos. Todo ocurrió cuando un oficial de la Policía de la Ciudad intervino para frustrar el asalto a un delivery, en una escena que dejó a los vecinos en estado de shock. El hecho tuvo lugar en Martínez Castro al 1200, cerca de la autopista 25 de Mayo, cuando tres delincuentes descendieron de un Peugeot 208 blanco para abordar al repartidor. Sin imaginar que un policía, que había llegado al lugar por razones personales, sería testigo de la escena.
El oficial, al identificarse y dar la voz de alto, se enfrentó a los asaltantes en un intercambio de disparos que culminó con la muerte de uno de ellos, un menor con un historial criminal que incluía robos agravados y encubrimiento. Los disparos resonaron en la noche, sembrando el caos. Uno de los ladrones cayó herido en las piernas y fue trasladado al hospital Piñero por el SAME, mientras que los otros cómplices intentaron huir en el vehículo, que luego fue abandonado y secuestrado por las autoridades.
El repartidor, que había llegado al lugar para entregar un pedido, fue alcanzado por las balas disparadas por los delincuentes. También fue trasladado al mismo hospital por el Sistema de Atención Médica de Emergencia, donde permanece en recuperación. La investigación posterior reveló que el auto utilizado en el robo tenía pedido de secuestro desde el 23 de diciembre y había sido usado en un asalto ocurrido la noche anterior, a solo cinco cuadras del lugar.
El menor abatido tenía apenas 16 años, pero su corta vida ya estaba marcada por antecedentes penales graves. Para muchos, su muerte representa el trágico desenlace de un sistema que no logró intervenir a tiempo. "Esto no es solo un enfrentamiento; es un reflejo de todo lo que está mal", expresó un vecino del barrio al ser consultado por lo sucedido. Mientras tanto, el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, salió a respaldar el accionar del oficial involucrado.
A través de su cuenta personal de X, afirmó: "Ayer a la noche un oficial de la Policía de la Ciudad frustró un robo a un delivery. Al identificarse y dar la voz de alto los delincuentes lo atacaron con un arma de fuego. Al repeler la agresión abatió a uno e hirió a otro (con múltiples antecedentes penales) Quiero ser firme en el respaldo a nuestra policía. Siempre vamos a estar con aquellos que arriesguen su vida para defender a los vecinos haciendo cumplir la ley. Es con orden".
En el lugar del enfrentamiento, las autoridades encontraron una escena desoladora: 13 vainas servidas de calibre 9 milímetros, una motocicleta Motomel con la caja del delivery, y una chapa patente del Peugeot que los delincuentes abandonaron. La Fiscalía de Menores N°5 y el Juzgado de Menores N°5 trabajan en el caso, mientras la intervención de Criminalística de la Policía Federal busca esclarecer los detalles del enfrentamiento. Al mismo tiempo, el incidente reabrió el debate sobre la seguridad, el uso de la fuerza policial y las condiciones que llevan a jóvenes a involucrarse en delitos violentos.