Con el tiempo, el tráfico de droga perfecciona los métodos. Los “mulas bebés” es otro eslabón más de un negocio oscuro. En un allanamiento realizado el sábado una casilla en el centro de Santiago del Estero, la Policía encontró una sustancia extraña dentro de una mamadera. No era leche en polvo. Se trata de una letal mezcla de cocaína y otras drogas.
En la propiedad funcionaba una banda narco dedicada a distribuir sustancias de todo tipo, pero de una manera inescrupulosa: utilizaban bebés como "delivery".
El uso de los niños para entregar drogas.
Este último hallazgo se dio en un allanamiento realizado en la madrugada del sábado, en tres viviendas en el barrio Huaico Hondo y Borges, en el centro de Santiago del Estero. El operativo fue el cierre de largos meses de escuchas, infiltrados, fotografías y registro de actividades.
Se trata de una asociación de nueve familias, en la que cada una cumple un rol asignado. Los hijos de estos son los que mantienen en su cuerpo las dosis y los clientes reciben a través de ellos los pedidos.
Para lograr detenerlos, los efectivos sorprendieron a los integrantes de la banda mientras dormían. No tuvieron tiempo para desprenderse de pruebas. En total cayeron seis personas detenidas; cuatro hombres y dos mujeres. Sus edades oscilan entre los 25 y 40 años.
A diferencia de los “dealers” convencionales, esta organización se abastecía de miles de pastillas, cuyos orígenes quizás generen una nueva investigación. Y la mira está sobre las farmacias, en las que los empleados le dan utilidad a los medicamentos vencidos.
Este caso se suma a otros hechos conocidos recientemente y donde también se utilizan a los menores para distribuir droga.
Droga en los pañales
En San Miguel de Tucumán, en la casa de “La Gorda Silvana” y su pareja “El Mocho”, tal como los llamaban, se encontraron elementos de corte, balanzas, drogas y dinero. La pareja estaba en la mira de la Dirección General de Drogas Peligrosas y se logró apresarlos con pruebas contundentes.
La detención de "La Gorda Silvana".
Luego de varias semanas de trabajo encubierto, los efectivos descubrieron la manera de detenerlos. Entraron a la fuerza a la propiedad de la pareja. Allí se encontraron dos bloques de cocaína, droga fraccionada y cerca de 23 mil pesos.
La clavedel negocio era su hijo de cinco años. Según confirmaron las fuentes, “El Mocho” se subía a su moto para realizar el delivery por la zona -barrio San Miguel-, siempre llevaba consigo al pequeño. En la ropa, los juguetes y hasta en los genitales del niño escondían dosis para entregar.
Por otro lado, a fines del año pasado, en el barrio Sardi, en Mendoza capital, la Policía local detuvo a dos hombres que entregaban dosis mediante visitas a sus clientes con un bebé. La táctica era guardar “los pedidos” en el pañal del niño y entre su ropa. En el procedimiento se incautaron pequeñas cantidades de cocaína, plantas de marihuana y dos pistolas 9mm.
También, el caso que da escalofríos es el que se investiga en Miramar: un bebé de 18 meses que murió en Mar del Plata luego de tragarse una bombita de agua, tal como figura en el expediente, y fue hallado mutilado en la ruta provincial 11 a metros del arroyo “La Totora”. El cuerpo ya había sido enterrado, pero misteriosamente desapareció.
Los investigadores presumieron que se trataba de un robo del cuerpo vinculado para utilizarlo en algún rito religioso, pero tras diversos estudios, la investigación dio un giro: se analiza si se trata de un uso como “mula” para el tráfico de drogas. El cadáver estaba completamente desnudo, en estado de descomposición, y le faltaban ambos pies y manos, además de la dentadura y los órganos.