14 Julio de 2022 13:11
Todo ocurrió el 4 de agosto del año pasado, en el cruce de San Martín y Remedios de Escalada, en la localidad de Florida, partido de Vicente López, en la zona norte del Conurbano, cuando Julián Giménez - piloto de Aerolíneas Argentinas- iba a bordo de su moto marca Motomel y fue embestido por la Jeep Renegade negra, patente AD941LW, conducida por el abogado Santiago Mazzini.
“Tengo mucho dolor, te amo, perdoname. Me pasó por encima”, llegó a decirle Giménez a su mamá por teléfono mientras se encontraba herido de gravedad. Previamente, la víctima le había dado un golpe de puño al espejo izquierdo de la camioneta de su agresor mientras cruzaban las vías del ferrocarril.
Metros después, el conductor de la camioneta aceleró y cambió bruscamente de carril para impactar la moto en la que iba Giménez, quien quedó herido debajo de la Jeep y sobre la vereda. La violenta secuencia fue registrada por las cámaras del municipio y la causa fue caratulada en principio como "lesiones culposas", pero luego el fiscal Martín Gómez, de la Unidad Funcional de Instrucción de Vicente López Este, pidió la detención por "homicidio simple en grado de tentativa".
El fiscal se basó en los videos del hecho y consideró que Mazzini embistió y atropelló de manera deliberada a Giménez. El piloto permaneció internado en "estado crítico" durante 20 días en la sala de terapia intensiva de la Clínica de Olivos, donde los médicos le diagnosticaron la pérdida del bazo y un compromiso en la función renal porque el hígado también resultó dañado, hasta que el 24 de agosto finalmente falleció.
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Tras la muerte del piloto, el fiscal Gómez volvió a recaratular la causa como "homicidio simple", que tiene una pena de 8 a 25 años de prisión. La defensa de Mazzini pidió una eximición de prisión que fue rechazada tanto por el juez de Garantías 4 de San Isidro, Esteban Rossignoli, como por la Sala III de la Cámara de Apelaciones de ese departamento judicial, y durante más de tres meses, el acusado se mantuvo prófugo de la Justicia.Gustavo, el padre de la víctima, le había pedido al acusado "que se entregue" porque "no va a poder vivir con lo que hizo". "Este señor debe estar arrepentido de lo que hizo. Con un hijo en camino, arruinó la vida de Julián, la nuestra y la de él. Ahí va a tener un castigo, estamos buscando que tenga un castigo también con la justicia, que venga y se presente", había manifestado el hombre, también piloto, en diálogo con los medios.
Lo cierto es que estuvo estuvo prófugo durante tres meses con un pedido de captura vigente. De hecho, el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires ofrecía una recompensa de entre dos y cuatro millones de pesos para quienes aportaran datos sobre su paradero.
Recién en noviembre del año pasado, el abogado fue detenido durante un allanamiento realizado por la Policía Bonaerense en una vivienda de la localidad bonaerense de Don Torcuato. Fue localizado por efectivos de la SubDDI de Vicente López en una casa de la calle Obligado 925, donde vive su hermano y se ocultaba. “En este momento nos estamos dando muchos abrazos y sabemos que es lo que tenía que suceder", había afirmado el papá de la víctima.
Y agregó: "Pero para nosotros no cambió nada. Yo no esperé este momento para empezar a hacer mi duelo, sino que comenzó mucho antes. Esto no nos trae ningún beneficio en particular pero nos pone bien que se haga justicia”. Esa justicia podría llegar en los próximos meses, ya que el juez de Garantías de San Isidro Esteban Rossignoli elevó la causa a juicio oral y el imputado finalmente será juzgado por el delito que tiene prevista una pena de entre ocho y 25 años de prisión.
“Hay mérito suficiente para que los autos sean elevados a juicio. Hay que tener presente que la etapa de instrucción no define el proceso, solo lo prepara, a través de una imputación apoyada en un material probatorio suficiente para entrar en plenario”, explicó.
Cabe remarcar que Mazzini fue padre poco después de ser detenido y sus abogados intentaron por todos los medios posibles que sea acusado del delito contemplado en el artículo 84 del Código Penal que tiene prevista una pena de entre uno y cinco años de prisión para la persona que “por imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo causare a otro la muerte”. “La conducta asumida por Mazzini excedió la mera representación. Pues su obrar da cuenta a las claras de un modo de actuar totalmente intencional y dirigido a quitarle la vida a Giménez", destacó el fiscal Gómez.
De acuerdo con el funcionario, Mazzini lo "atacó nada menos que embistiéndolo a toda velocidad con un vehículo de gran porte y en una situación de plena indefensión y privándolo de cualquier margen de acción o defensa, sorprendiéndolo súbitamente". "Sin más ambages, el aquí encartado quiso para sí el resultado consecuente de su accionar”, afirmó el fiscal.
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Durante su estadía en la cárcel, Mazzini dijo estar arrepentido de haber perseguido al motociclista y afirmó, en un escrito, no haber tenido intención de lastimarlo. “Estoy destruido, la angustia es muy grande y jamás imaginé todo esto. Es una pesadilla para mí. Pienso todos los días en la familia de Julián [por la víctima] y en mi familia. Nunca tuve intención de causar ningún daño, soy incapaz de causar algún daño, de haberlo lesionado a Julián", escribió.
Y cerró: "Cuando yo sentí el golpe en el espejo retrovisor izquierdo de mi camioneta, adentro del habitáculo, fue muy fuerte el sonido, el estruendo y lo único que atiné fue alcanzarlo para que no se escape. Jamás tuve intención de lastimarlo ni siquiera de matarlo. Quiero decir que esto es una pesadilla. Jamás hubiese querido perderme el embarazo y el parto de mi hijo, y este tiempo que no puedo mirar cómo crece y criarlo. Que quede claro que no lo arrollé, frené antes”.