Cuando murió, hace dos años y medio, Arquímedes Rafael Puccio nunca pensó que su nombre estaría en boca de todos. Este año se vivió una extraña Pucciomanía: más de 13 millones de personas, más de la cantidad de votos que recibió Mauricio Macri para llegar a la Presidencia, vieron la película y la serie que retrata la historia de la siniestra familia que en los años ochenta secuestraba y mataba empresarios en su casa de dos plantas de San Isidro.
La película del clan fue un éxito de taquilla.
Macri fue votado por 12.988.349 de personas. Si se suman los más de 2.500.000 de espectadores que vieron El Clan, la película dirigida por Pablo Trapero, y los más de 10.500.000 que siguieron todos los miércoles la serie Historia de un clan, de los hermanos Sebastián y Luis Ortega, se llega a esta conclusión: más gente eligió a Puccio por sobre Macri. Aunque parezca descabellado, hay coincidencias entre el clan del crimen y la historia de Macri.
Los 11 capítulos de la serie ganaron el rating en su franja horaria.
La película
La serie
Bigbang te cuenta cuáles fueron las cinco claves del año en que la Argentina volvió a hablar del clan Puccio.
La película: “El Clan”, dirigida por Pablo Trapero, fue la punta de lanza de la Pucciomanía. Meses antes del estreno, los productores la promocionaron como un tanque comercial. Los números de la taquilla no fallaron: hasta ahora fue vista por más de dos millones y medio de espectadores y fue la elegida para representar a la Argentina en los Oscar.
Aniversario: las efemérides suelen generar interés. Del mismo modo que los 20 años del caso Barreda tuvieron en 2012 repercusión mediática, los 30 años de la caída del clan Puccio, en agosto de 2013, fue una verdadera excusa para recordar el caso.
La serie: la producción de Sebastián Ortega, dirigida por su hermano Luis, también fue un éxito. Con 12 puntos de rating promedio por emisión, ganó su horario de los miércoles desde la pantalla de Telefe.
Familia “muy normal”: el hecho de que los protagonistas de la tenebrosa historia hayan sido parte de una familia acomodada de San Isidro, que iba misa y se mostraba como una familia “ejemplar”, es otro de los factores que hicieron atractiva a esta historia.
Misterio nunca revelado: antes de morir, Puccio anunció se iba a llevar a la tumba todos los secretos. ¿Su esposa y sus hijas sabían de los secuestros? ¿Quién estaba detrás suyo? ¿Dónde está el dinero del botín?
La Pucciomanía, este año, fue imparable. Este fenómeno también atrajo a la prensa internacional: desde la BBC hasta medios estadounidenses se interesaron por el furor que generó una historia policial de la década del 80.