Marcelo Munilla Lacasa, fiscal en lo Criminal y Correccional 36, sigue investigando el crimen de Mariano Barbieri , el ingeniero civil de 42 años que fue asesinado de una puñalada en el pecho por un delincuente que lo atacó y le robó el teléfono cuando caminaba por el parque Tres de Febrero, en el barrio porteño de Palermo. También participan en la investigación agentes de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad. Resulta que en los últimos días se dieron a conocer imágenes impactantes tomadas por las cámaras de seguridad donde se ve al presunto homicida: un hombre que mide aproximadamente 1.70 metros y tiene alrededor de 30 años.
Lo último que se supo es que esta persona antes de atacar a Barbieri estuvo con un grupo de gente en situación de calle, muy cerca del dramático hecho. Sin embargo no se pueden precisar más detalles: “Está filmado en una 'ranchada' en una plaza cercana horas antes del hecho”, detallaron. Sin embargo las noticias no son para nada certeras: “Coincide con la descripción que dio el testigo ocular, que también indicó el momento del ataque y su huida”. Cualquier dato que se encuentra es un hilo de luz para este caso, ya que, según detallaron los investigadores del caso, el hombre que está buscando la Justicia “vestía un buzo colorado, jeans y zapatillas".
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Aunque las imágenes demuestran que podría tratarse del asesino, no se lo pudo constatar hasta el momento: “Su rostro está difuso ya que las cámaras que lo captan están en altura”. Por estas horas, el presunto agresor todavía sigue sin ser encontrado por los investigadores. Cabe recordar que recién doce horas después del macabro asesinato se encontró un cuchillo con manchas de sangre que podrían ser claves para la resolución de la causa.O al menos, para encontrar al asesino. Hasta el momento se espera que los resultados genéticos de esa muestra salgan a la luz luego de que se diera a conocer que la muestra le pertenecía efectivamente a una persona. Con el paso de los días la desesperación por saber quién fue el homicida crece y los investigadores reconocieron que aunque “Hay huellas dactilares parciales en la hoja del cuchillo”, es “difícil” lograr una rápida identificación de la persona.
La pregunta del millón es ¿Dónde está el celular robado? Vale mencionar, además, que el móvil del crimen fue robar el celular de Mariano. La respuesta no es para nada alentadora: los investigadores reconocieron que será difícil geolocalizar el teléfono porque “está apagado”.
¿Qué hacía Mariano Barbieri antes de morir?
Mariano disfrutaba de salir a caminar por las noches, recorrer parques, tomar aire fresco después de su jornada laboral. Había dejado su trabajo formal para emprender su propio camino como empresario y esto es lo que hacía esa noche sin pensar remotamente que su vida se extinguiría horas después.Según relató la esposa de la víctima, Maricel González Flores, él iba a meditar antes de terminar su día: “Mariano era un loco lindo que le encantaba la vida, era tan bueno que pensaba que no había maldad, así salió a Palermo a caminar”. Y detalló: “Fue a hacer una meditación de la luna y terminó apuñalado por un hijo de puta”.
A Maricel lo único que le importa es que se haga Justicia y no solamente por ella, sino porque quiere tener algo esperanzador para decirle a su hijo Luca de dos meses y medio cuando crezca: “Mi bebé se quedó sin papá. Mariano no se resistió, estoy segura, no llevaba nada. Que no quede impune”, dijo con suma tristeza. “Era una persona excepcional, le gustaba estar afuera, entrenar y meditar”, dijo Diego un amigo de Mariano que lo conocía a fondo por haber estudiado juntos en el Don Orione de Victoria.
La puñalada fatal
A las 22.45 del pasado miércoles, un sujeto se acercó a Mariano y le dio una puñalada en el corazón que según informaron los peritos le causó una herida de aproximadamente 8 milímetros lo que termino de destrozar el corazón de Barbieri.Mariano se levantó con las últimas fuerzas que quedaron y recurrió a la heladería “Cremolati” que está en la esquina de esquina de Lafinur pidiendo ayuda. Un testigo clave contó: “Entré a trabajar acá y vi que había un chico que gritaba y pedía ayuda, nunca lo relacioné con un asalto. Vi que entró a la heladería y cayó arrodillado. Crucé de chusma y era un pibe que le habían robado y lo habían apuñalado”. Allí, Barbieri dijo sus últimas palabras: “Llegó a dar su nombre, Mariano, y una señora le pidió las redes sociales. Estaba consciente y decía 'no me quiero morir´, pobre pibe”, expresó el testigo clave del caso.